Julia Sáez
Angulo
27.05.15 .- Madrid .- Carlo Emanuele Ruspoli acaba de publicar el libro El profeso y la Parapsicología, editado por Sial Pigmalión. la novela esta dentro de la saga que lleva como protagonista a el Profeso, un noble que trasvasa el tiempo y el espacio en busca de mejorar la humanidad y la sociedad en la que vive.
27.05.15 .- Madrid .- Carlo Emanuele Ruspoli acaba de publicar el libro El profeso y la Parapsicología, editado por Sial Pigmalión. la novela esta dentro de la saga que lleva como protagonista a el Profeso, un noble que trasvasa el tiempo y el espacio en busca de mejorar la humanidad y la sociedad en la que vive.
¿Por qué esa
serie sobre el Profeso?
Hace quince años decidí empezar
a escribir más en serio, pues hasta entonces me había limitado a colaborar con
algunas revistas. Tras publicar unos libros de historia, genealogía y
antropología, nació en mí la idea de crear un personaje muy especial y de escribir
sus aventuras. Tomando ejemplo del conde Galeazzo Marescotti, un glorioso
antepasado de la Edad Media, nació la figura de Giangaleazzo Ruspoli, un
caballero de Justicia o, más simplemente, un Profeso de la Orden de San Juan de
Jerusalén. Esta nueva novela histórica que acabo de presentar, El Profeso y la parapsicología, es la
décimo sexta de la serie, décimo segunda en orden cronológico. Toda mi
producción literaria se puede bajar en esta dirección: http://www.caja-pdf.es/2015/03/04/gian-galeazzo-ruspoli-y-mas/ y un resumen de mi blog en esta otra: http://www.caja-pdf.es/2015/01/13/cr-nicas-de-mi-blog/
¿En qué medida es
su alter ego?
Más que un alter ego, mi
protagonista es la clase de persona que me gustaría ser. Todo escritor tiene un
componente autobiográfico en sus textos, pero en mi caso es un sueño. Confieso que padezco de insomnio. Y al
Todopoderoso agradezco tal dolencia, que siendo tantas las noches que paso en
vela, no hay una en la que no me sienta libre. Que unas noches soy el pícaro y
necesitado sacristán Carlos, o ando metido en el pellejo del cura Don Josechu.
Otras, soy conquistador. Y otras, obispo. Y una recuerdo en la que el conclave me
eligió Papa. He sido aventurero, médico y futbolista. Premio nobel, estudiante y analfabeto. Y cien
veces casada y alguna viuda. He ganado carreras y combates. He sido
extraterrestre, demonio, ángel y San Pedro, y a la memoria me llega una noche
que fui Dios, con todo respeto. Pirata, vagabundo, buhonero, aguador, obrero y
minifalda. Militar, herido en la guerra y hasta muerto. Quijote, Sancho y
Buscón. Parado, rico, enfermo y milagroso. Pájaro, dinosaurio, conejo y
escopeta. Pero el personaje que más me
gusta es ser Profeso y hacer justicia
por el mundo. Y como no tengo límites, a veces, he sido muchas cosas a la vez. Y aun así, alguno me pregunta que por qué
escribo. Soy un hombre y ansío la
libertad. Y yo me siento libre cuando en la soledad de la madrugada, frente al
ordenador o a un folio en blanco y una pluma, soy quien en ese momento me
pregunto:- ¿Por qué no escribes? Como dijo Jean-Paul Sartre: "Quien es
auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de
ser lo que es." Y asimismo: "el hombre está condenado a ser
libre", precisamente como el Profeso, Giangaleazzo Ruspoli, sin más
ataduras de aquellas que él mismo escoge en su personal cruzada humanitaria.
¿Qué papel
histórico ha tenido la familia Ruspoli?
Acudió a la llamada de
Carlomagno hacia finales del VIII siglo, al frente de tres mil arqueros, luego Mario,
el jefe del clan escocés Douglas se convirtió, tras dar muestras de gran
valentía al ganar todas las batallas, en el asesor militar del emperador. Por
sus méritos fue premiado con el feudo de Bagnacavallo, cerca de Bolonia, y se
estableció en Italia. Los Ruspoli, antes Marescotti, por lo de Mario el escoto,
salvaron la vida de Papas, de reyes y emperadores, crearon ejércitos para
defenderlos, destacaron en la historia por su heroísmo en muchas ocasiones.
Luego vinieron los demás feudos de Cervéteri (a mi familia se debe el
conocimiento de la civilización etrusca), de Vignanello, de Morignano (cuyo
ducado llevo yo mismo), etcétera. En época contemporánea entre las dos guerras
mundiales, los Ruspoli italianos, mis tíos y mi abuelo, consiguieron por sus
hazañas militares quince medallas al valor, de las que cinco fueron de oro. En
Roma y en Italia hay calles dedicadas a su memoria. Cuando el presidente
Pertini visitó El Alamein sintió un deseo de agradecer a la familia tanto valor
y tanta sangre derramado por Italia.
¿Qué papel tiene
hoy la nobleza?
¿Nobleza? ¿Aristocracia?
¿Élites? En toda sociedad humana las ha habido, las hay y las habrá. La
sociedad española e italiana en particular, y las sociedades occidentales en
general, las necesitan como clases directoras, de ello no hay duda. Pero es
obvio también que no pueden fundarse ya en la sangre, la estirpe o el linaje
-es decir, en el mero automatismo, por lo demás tan azaroso, del nacimiento y
la herencia-, sino sólo y exclusivamente en la valía y en el esfuerzo personal.
Y es que el origen del more nobilium
fue precisamente ese afán de superación personal, esa búsqueda constante de la
perfección a través de la práctica de la virtud. Grecia nos enseñó a buscar la
belleza, la bondad y la sabiduría; Roma nos dio el concepto de libertas, basada siempre en las leyes;
la Cristiandad, el del respeto e incluso el amor al prójimo; la Caballería
medieval, un estricto código del honor... Por eso me parece que resulta bien
comprobado que en la España e Italia post-modernas y globalizadas, a la llamada
Nobleza española o italiana -compuestas sólo de meros poseedores de Títulos y
de meros descendientes de nobles- solamente les queda continuar vegetando y
mirándose en el ombligo de una vanidad que siempre será ridícula -y además tan
innecesaria a la sociedad actual-; o bien plantearse el recurso de aceptar con
resignación y con dignidad su extinción definitiva como estamento o grupo
social, dedicándose sus asociaciones colegiales, como mucho, a una mera labor
cultural de conservación de una a veces estimable memoria histórica, pero
evitando por cierto los tintes pseudo-historicistas y el malhadado orgullo de
clase -o de casta, mejor dicho-. El cambio del viejo concepto de Nobleza al
único hoy admisible -el de Familias Históricas- parece insoslayable, aunque a
ello se resistan los descendientes de hidalgos de aldea que hoy pueblan y
gobiernan -y prostituyen- las corporaciones nobiliarias, que obviamente saldrían
perjudicados en el cambio, ya que sus modestos linajes jamás han hecho ni
siquiera una pequeña parte de la Historia de España o de Italia. ¿Aristocracia?
¿Élites? Las hay en la España y la Italia de hoy, por supuesto; pero los
actuales descendientes de la hispáno-italica Nobleza, la que existió y rigió
los destinos de ambos países durante la Edad Media y la Edad Moderna, ya no son
ni una cosa ni la otra porque no buscan ni practican apenas la virtud, ni
tampoco tienen el amparo legal, porque apenas existen ni para el Estado ni para
el Derecho. Y para colmo carecen de poder económico. Y ya sabemos que la
nobleza sin ley, sin virtud y sin patrimonio, no puede ser ya nada más que una
insustancial y molesta vanidad.
¿Cómo traduciría
usted el lema “Nobleza obliga”?
Creo que ya contesté a esa
pregunta. Hay que ver la Nobleza en el contexto de la respuesta anterior y en
nuestra época.
Su divisa es en
francés ¿Por qué?
Si
se refiere al lema francés de los Ruspoli: «Mieux tard que jamais. » Creo que simplemente es porque en la época en
la que fue elegido el lema de los Ruspoli, los franceses protegían los Estados
Pontificios.
¿Por qué optó por
la literatura en vez de la historia?
La literatura es mi gran
afición, pero mi profesión es la de arquitecto. Llegué a ella más por un reto
de mi padre que por otro tipo de circunstancias. Pero la afición se ha vuelto
ahora en una segunda profesión…
Egipto será su
siguiente campo literario ¿por qué?
Adoro ese país y lo visito con frecuencia.
Estuve allí hace menos de un mes y estoy concibiendo una nueva entrega de mi
serie El Profeso, a favor de los coptos. La idea nace de las conversaciones que
tuve con el párroco de la iglesia más antigua de Egipto, construida sobre la
cripta donde vivió la Sagrada Familia durante tres meses, para huir de Herodes.
Y de mi indignación del mal trato que se da a estos pueblos cristianos,
mientras Occidente mira por el otro lado.
Dado su libro,
¿qué poder tiene hoy la masonería?
Sigue siendo muy intenso, pese
a que hoy mantiene en la mayoría de países donde está presente, un perfil
minimalista o secreto para evitar llamar demasiado la atención. Los creadores y
firmantes de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica fueron todos
masones, empezando por Benjamín Franklin. Napoleón Bonaparte puso a su hermano
José al frente de la Logia francesa con el fin de incrementar la influencia
francesa en Europa y en Sur América. España ha tenido masones muy ilustres,
Ortega y Gasset, Blasco Ibáñez, Gaudí,
Machado, Ramón y Cajal, y un largo etcétera. Franco escribió un libro contra la
masonería bajo seudónimo. E Italia tuvo una logia famosa denominada P2 que
intentó organizar un golpe de Estado. En Austria es motivo de orgullo
pertenecer a la masonería. Un último apunte a favor de la masonería. El Reino
de Italia (1860) fue fruto de una audaz acción del militar y político Giuseppe
Garibaldi. Sin embargo el rebelde italiano recibió poca ayuda del gobierno
piamontés, entonces presidido por el conde de Cavour. Hacía falta dinero para
financiar la expedición y, por medio de otro grande patriota político y
activista Giuseppe Mazzini, su gran amigo, Garibaldi logró financiar la
expedición con dinero de la masonería inglesa. Ergo, si la masonería no hubiese
ayudado, Italia no se hubiera reunificado.
¿Y las ciencias
ocultas?
La última novela trata
precisamente del control mental y más en general de fenómenos parapsicológicos.
He intentado incluso de buscar respuestas científico-literarias a lo aún
inexplicable, con la ayuda de un amigo neurocirujano, pero sobre todo siempre
intento entretener a los lectores con una historia de una compleja intriga
internacional en la que mi protagonista, el Profeso, jugará un papel fundamental,
como de costumbre, porque toda su vida es una cruzada contra los grandes
defectos de la sociedad. Por medio de sus extraordinarias capacidades extra
sensoriales, el Profeso viaja en lo astral, en el espacio y el tiempo, gracias
a la meditación trascendental cuántica, por lo que puede estar en cualquier
lugar y en cualquier momento. Tras las dos primeras novelas medievales de la
serie, El Profeso y Asesinato en el Letrán, en las que mi personaje va
siguiendo, a su manera, las líneas maestras trazadas por la Orden de San Juan (tuitio fidei et obsequium pauperum),
Giangaleazzo decide ampliar su campo de acción. Mantiene su condición de
Profeso a secas, arrincona los cargos u honores como: Caballero Bailío Gran
Cruz de Justicia, Gran Prior de Pisa, Caballero Apóstol de la Vera Cruz, o
Lugarteniente de Gran Maestre, y no utiliza los títulos nobiliarios de su
linaje. Podría ser más, pero no quiere.
¿Qué libro está
leyendo ahora?
Tengo unos veinte en mi mesilla
de noche esperando ser leídos. El que acabo de empezar es Hombres Buenos de
Arturo Pérez Reverte
¿Qué película,
obra de teatro o museo recomienda?
En España el museo del Prado
sin lugar a dudas, pero fuera… vuelvo a Egipto con el museo de El Cairo, sin
olvidar los museos Vaticanos y la galería Borghese de Roma, pero se me están
amontonando las ideas: ¿Qué me dice del altar de Pérgamo, Las puertas de
Babilonia o la cabeza de Nefertiti en Berlín? El Louvre, El British Museum y
un largo etcétera. En cuanto a películas o teatro prefiero las comedias a los
dramas, bastantes problemas tenemos en el mundo actual.
Estupendo artículo Julia sobre mi amigo Carlo E. Ruspoli
ResponderEliminarMe parece un burdo plagio este libro. Es una copia exacta de "El círculo oscuro" de Douglas Preston y Lincon Child, publicado en noviembre de 2008. Lo único que hace es cambiarles los nombres a los protagonistas, pero las las líneas de texto son las mismas. Una verguenza.
ResponderEliminarEl libro en inglés es "The Wheel of Darkness"
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