domingo, 10 de mayo de 2015

María San Miguel y Chani Martín ponen en escena “La Mirada del Otro”, de la trilogía sobre Euzkadi





Julia Sáez-Angulo

        
         Proyecto 43-2 propone una trilogía teatral Euzcadi de Chani Martín y María San Miguel sobre la pacificación y el reencuentro en el País Vasco, después de que el grupo terrorista ETA anunciara que dejaba de matar, aunque todavía no ha depuesto las armas. La Sala Cuarta Pared la ha puesto en escena, después de inaugurarla en Eguíbar, donde se vio con aceptación y respeto.

         La mirada del otro es la segunda parte de la trilogía, interpretada por Ruth Cabeza, Pablo Rodríguez y María San Miguel, en los correspondientes papeles de mediadora jurista madrileña, preso por delitos de sangre y víctima, hija de asesinado por la espalda. Tres personajes que crean una tensión dialogada y más discursiva que la primera parte, al tratar de poner en pie los encuentros de Nanclares para acercamiento de presos y víctimas que lo desearan. Proyecto 43-2 son las coordenadas del árbol de Guernica, logo con el que se presenta la cartería y publicidad de este ambicioso y no fácil proyecto escénico.

         Si al teatro  le va bien ser espejo de la sociedad para que se contemple fuera de si misma, el proyecto 43-2 cumple a la perfección este objetivo. Chani Martín cumple muy bien su papel de preso arrepentido y atormentado, sabe transmitir muy bien al público el sentimiento de angustia y deseo de renovación de conciencia y conducta. Las dos mujeres también reflejan bien sus roles, María San Miguel algo sonriente quizás y Ruth Cabeza, un poco tocona con sus entrevistados. Todos transmiten con viveza la tensión de trasunto dramático.

       La música de Jorge Arribas y la proyección con palabras, frases y voces de los encuentros revelan el sentimiento y las emociones reflejadas. Ayudan muy bien como fondo al dialogo de los actores.



         El arco de posturas ante la situación de estos encuentros es también un abanico amplio. ¿Para qué reencontrarse?, se pregunta a los personajes y nos preguntamos el público. El perdón puede hacerse por igual sin dramatizar de nuevo la vida en exceso. Cada caminante siga su camino. El silencio y el olvido también pueden ser terapéuticos. No prolongar las historias como el guerracivilismo del 36 entre los españoles. El respeto al otro es la clave para seguir adelante. El reproche verbal no conduce a nada, sólo al desahogo egoísta.

         Algunos presos quisieron ese encuentro, sintieron la necesidad de pedir perdón a las víctimas. ¿Resulta conveniente, práctico? La duda flota en la visión del asunto. Los encuentros de Nanclares no prosperaron y crearon desconfianza, algo que ya se intuía.

Al estreno en Eíbar (Guipúzkoa) acudieron varias de las víctimas y de los victimarios que participaron en los encuentros restaurativos


Punto de partida de la Compañía

Es la memoria colectiva y la convivencia con el Otro,  con el que la compañía trabaja y pretende establecer una nueva forma de entender la realidad social utilizando como medio el teatro y el diálogo conjunto con el público.

Si en el primer espectáculo, Proyecto 43-2 exponía las distintas percepciones de la realidad que se vive en Euskadi, La mirada del otro, documenta sobre lo que fueron los encuentros entre ex miembros de ETA y víctimas directas o indirectas, con la preparación previa de los mediadores, que se desarrollaron en 2011.

Un proyecto valiente y comprometido que verá la luz tras un profundo proceso de investigación de campo dividido en dos partes: una documental y otra de entrevistas personales que se realizaron en Euskadi con los protagonistas del hecho como Txema Urkijo, Maixabel Lasa, Carmen Hernández, Iñaki García Arrizabalaga, Fernando de Luis Astarloa, Esther Pascual, Txabier Etxebarria, Mercedes Gallizo o Mónica Ceberio. La valiosísima información sonora y física obtenida de dichas entrevistas se ha convertido en composición dramática y base de programas pedagógicos del Proyecto.

Víctimas, victimarios y mediadores protagonistas sobre el escenario

En una sala de la cárcel, víctima y victimario conversan ante la presencia de un mediador externo que figura como punto equidistante para que ambos puedan ver a través de los ojos del otro. Una propuesta veraz que pretende ser herramienta para el diálogo y la reflexión sobre el conflicto vasco en pos de la convivencia pacífica y el fomento de la cultura de paz.

El espectáculo se inscribe en el marco del festival SURGE de la Comunidad de Madrid, los días 8,9 y 10 de mayo de 2015. Han colaborado en este proceso la Consejería de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco, el Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III de Madrid, el Instituto de Derechos Humanos Padre Arrupe de la Universidad de Deusto, Bodegas Luis Alegre, el festival Surge de la Comunidad de Madrid y la Sala Cuarta Pared.


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