viernes, 11 de marzo de 2016

Mujeres poetas de las dos Orillas del Atlántico en “Bajo la estrella, el viento”, presentadas en Casa de América en Madrid







Julia Sáez-Angulo

         Treinta y cuatro mujeres poetas en lengua española de las dos orillas del Atlántico han reunido sus poemas en el libro Bajo la estrella, el viento, publicado por la editorial Huerga y Fierro.  El libro, coordinado por María Antonia García de León, Milagros Salvador y María Sangüesa, se ha presentado en la sala Cervantes de la Casa de América, dentro de un recital poético de buena parte de la autoras. Juana Castro ha llevado a cabo el prólogo.

         La lengua española, el género y la aspiración a la igualdad son los puntos de coincidencia de estas mujeres poetas, según indica el poemario Bajo la estrella, el viento y así lo señaló Antonieta García de León en las palabras de bienvenida y presentación del acto, en el que anunció que seguirían más libros en esta dirección

         Intervinieron en primer lugar Leda María García y Ana Becciu en representación de las mujeres hispanoamericanas. Hubo una performance y la soprano y poeta Paloma Soria interpretó dos de sus poemas en bel canto, que fueron muy celebrados y aplaudidos por su ironía y belleza.

       Entre las participantes en el libro: la portorriqueña Luce Lope-Baralt, Rocío Silva, Coral Bracho, Montserrat Cano, Carmen Berenguer, Yolanda Sáenz de Tejada, Nisa Gaiburu, Isabel Miguel, Estrella Cuadrado, Malú Urriola, Teresa Espasa, M. Jesús Frontes...

         El espacio de la Sala Cervantes resultó pequeño ante tanto público, en su mayoría mujeres. Espacio difícil de ampliar y de ver, incluso de frente, por lo que el recital tuvo algo de fallido, máxime ante el apremio de la Casa de América para que terminara expresamente a la hora. Un poco de generosidad no vendría mal por parte de la institución.

Antonieta G. de León

Sor Juana Inés de la Cruz

         El libro resulta diverso y variopinto en contenido y forma. No es fácil coordinar y unir a tanta mujer poeta y ese mérito existe. Hay amor, desamor, humor, cinismo, ironía, colaboración, deseos de conciliación… todo ello referido a los hombres, la otra parte de la humanidad, que olvidó el peso y la importancia de la mujer sin haber pedido perdón por ello, como lo han hecho algunos parlamentos ante lo llevado a cabo en la historia con judíos, armenios y demás.

         El reciente día de la Mujer Trabajadora, 8 de marzo, latía en la oportunidad de esta presentación del poemario. Conmovedor el poema sobre la lapidación de una niña de trece años en un país árabe; interesante el alusivo a Sylvia Plath o a la conciliación con el hombre.

         “Muchas mujeres hubieran qerido ser antologadas en poemarios, pero no lo fueron. Quizás son Juana Inés de la Cruz fuera la primera y ¡como le costó!, dijo Leda María, quien habló de la práctica de un feminismo no recalcitrante, pero sí atento a toda igualdad de la mujer en la sociedad respecto al hombre.

         “Mientras la palabra camine y la poesía viva, tendremos esperanza”, se dijo en una de las intervenciones.


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