Ana Montojo, autora del poemario “Este atronador silencio de los pájaros”

Julia Sáez-Angulo

            La escritora Ana Montojo es la autora del poemario Este atronador silencio de los pájaros, publicado por la editorial Lastura en la colección Alcalima. La escritora Teresa Núñez ha escrito una amplia introducción para el libro.

            La poeta también es autora del libro de versos Jaime, dedicado a su hijo de ocho años que “falleció de forma inesperada”, publicado en la misma editorial Lastura.

            El libro se abre con una cita del portugués Fernando Pessoa: “Amo como ama el amor./ No conozco otra razón para amar que amarte./¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?

            Este atronador silencio de los pájaros es un poemario amoroso, donde sobre sobresale el deseo afectivo, sexual y sexual de los versos. El tú amado está al lado y se le observa y se le exige, al menos en el pensamiento. En ocasiones con lenguaje coloquial.

            Cállate, por favor, calla un momento/, de las manos quietas, y de una puta vez, mírame tres segundos a los ojos, dice en el poema “Mírame”.

            La voz poética lleva la consciencia e iniciativa del sentimiento y lo ausculta y sopesa hasta la fruición, al tiempo que se exige seguir soñando frente a los fracasos.

            Y los cuerpos/ -que no tienen principio ni vergüenza-/ de pronto se amotinan, se licúan,/ se hacen agua, enredados/ en la engañosa fiebre del abrazo,  son algunos de los versos del libro.

            La mayoría de los poemas van precedidas de citas de otros vates, casi siempre de autoría femenina, lo que indica que la autora es una gran lectora de poesía.

            Ana Montojo Micó (Madrid, 1979) ha publicado tres libros de poemas: La niebla del tiempo (2010), Plantas de interior (2012), Vivir con lo puesto (2015) y la plaquette Jaime (2016). También ha escrito una novela Memoria secreta de una niña bien.

            “Y sin embargo soy tan miserable/que no tengo más patria que tu cuerpo,/ más bandera que el tono de tus ojos/ más religión que el santo de tu nombre/ ni más ideología que quererte, dicen los versos finales de su poema “Tan miserable”.