martes, 22 de noviembre de 2016

“Hambriento”, primer libro de poesía de Nach, artista del Hip Hop







Julia Sáez-Angulo


            Hambriento es el primer libro de poesía del artista del Hip Hop Nach, que ha dado salida a su sed de vida, a sus reflexiones y obsesiones libres, nacidas del corazón. Un trabajo de cuatro años de reflexión y recogida escrita. Un libro publicado por la editorial Planeta.

            El libro, en pasta dura, tiene cinco partes tituladas: Hambriento, Puertas y Maniquíes, Huertos de soledad, Volviendo a casa, y Momentos.

            Ansia de vivir y deseos de hacerlo con pensamiento y pasión por la palabra. El libro va dedicado a Isabel Olmo, “sin ella no existiría este libro”, dice Nash. “Los cuatro últimos años de mi vida han sido como un río fluyendo hacia la montaña: el primer año desesperado por calmar mi hambre,/ el segundo año tocando puertas y maniquíes/ el tercero frenando para vomitar mi soledad/ el cuarto intentando volver a casa”, escribe el autor en un prólogo poético.

            Ignacio Fornés Olmo (Albacete, 1974), criado en Alicante, es un rapero, poeta, sociólogo y autor, conocido inicialmente por Nach Scratch –ahora solo por Nach, es uno de los mejores raperos de habla hispana, bien conocido internacionalmente. Su carrera musical comenzó en 1994. Su discografía cuenta con once títulos.

            La primera parte de su libro Hambriento se abre con una cita de Miguel de Unamuno: Y acaso aquí, podemos insertar, por medio digresivo, una reflexión sobre el terrible misterio del remordimiento, quicio de la moral religiosa. Cuando nos pesa de veras, cuando nos remuerde el haber cometido o el haber omitido algún acto, lo que nos pesa es el haber asesinado con aquella comisión u omisión un yo ex futuro, el haber destruido otro hombre posble. Ya que el hombre íntimo, el eterno, es hijo de sus obras. Y sus obras de él. Y aquí está el trágico círculo vicioso de la conciencia”.

            Nach es un buen lector, un poeta intenso y difusivo: “Me arde la vida en los besos que aún no he dado/ en aquellos pueblos cuyos nombres desconozco. Soy una bola de fuego, contando historias que ojalá pueda vivir, como un torbellino alejándose del lujo hueco y del ruido”, escribe.


            “Vivir es pura inercia, / y dicen que nada se pierde/ del todo…” dice Nach en otro momento.


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