María Antonia en la catedral de la Almudena. Madrid
Julia Sáez-Angulo
Julia Sáez-Angulo
Madrid, 26/02/17 .- Ha fallecido la
escultora puertorriqueña María Antonia Román Prado. El óbito se produjo ayer,
25 de febrero de 2017 en el madrileño hospital de La Paz. Estaba casada con el
ingeniero argentino Héctor Miguel Cavigliasso Baralis.
María Antonia Román Prado (San Juan
de Puerto Rico, 1947 –Madrid, 2017) estudió Bellas Artes en su país y vino a
ampliar estudios a España en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad
Complutense de Madrid, ciudad en la que ha residido durante 40 años.
Como escultora, trabajaba con la
piedra, mármoles fundamentalmente. Los artistas de su generación, como el
escultor Francisco Leiro o Pilar Carpio recuerdan a la puertorriqueña trabajando
concienzudamente en la Facultad. La abstracción era el mundo de la escultora,
una abstracción con vagas alusiones figurativas o simbolistas.
Román Prado bebió en las fuentes de los maestros Henri Moore o Jean Arp, dando una vuelta de tuerca al arte de la tercera dimensión. Expuso en su día en el Centro Washington Irwing de Madrid, en una espléndida muestra antológica de su creación plástica.
En su estudio, situado junto al frondoso parque de la Fuente del Berro, se la pudo ver metida en su escafandra gris cortando y limando el duro material de sus piezas en piedra de Calatorao, mármol de Carrara o de Macael, travertino de Almería, etc. Cuando sale de su “burka” profesional podíamos contemplar su melena rubia dorada y sus largas uñas pintadas de rojo.
Raíces
en Puerto Rico
El dibujo y el
grabado han ocupado igualmente su actividad plástica. Su temática se inspira
con frecuencia en el arte de los taínos, en un deseo de retomar las raíces
éticas de su país. Román Prado preparó su tesis doctoral precisamente sobre la
escultura taína. El Museo de América en Madrid expuso en su una gran exposición
de arte taíno que recorrió toda Europa.
Para esta escultora la investigación formal en el arte era un capítulo fundamental. “No se puede repetir lo que otros hicieron, hay que avanzar en los conceptos y en las formas”. Su obra, de una exquisitez y pureza supremas, gustan del buen acabado y el pulido majestuoso. “En el arte, la belleza nunca está de más. Los hombres de hoy están necesitados de belleza, aunque ese no sea el único objetivo del arte”, declara.
La obra de Román Prado ha participado en el “Libro de Oro de la Unesco” y el mayor deseo de la escultora era llevar a cabo una gran exposición retrospectiva en su ciudad natal San Juan, pero para ello necesitaba un patrocinador que llevara las esculturas al otro lado del océano.
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Tuve el honor de tratarla y creo que puedo añadir a todo lo dicho por Julia Sáez Angulo, que era una persona encantadora, humana, sencilla, amable, entregada a las causas que compartía, siempre la vi acompañada por su marido al que quiero desde este blogg enviar un abrazo muy fuerte y lleno de cariño.
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