Por Julia
Sáez-Angulo
Visto lo sucedido en la manifestación de Barcelona con el No tinc por, convertida en buena parte en
exhibición separatista, olvidando a las víctimas y sin respeto institucional
alguno, no es difícil llegar a la conclusión de que Cataluña vive una violencia
moral, como la vivió el país vasco en tiempos de la banda terrorista ETA, como
lo refleja inmejorablemente la novela Patria
de Fernando Aramburu.
Cuando
los hermanos Sardá –ella fue la locutora en la plaza de Cataluña- hablan de que
los que quieran pueden manifestar su sentir español o poner una bandera de
España en sus ventanas y balcones, lo hacen como bellacos, porque la violencia
moral es casi peor que la física, ya que se trata de un aislamiento social
feroz, que no permite un debate claro y transparente, porque surge el aislamiento y las represalias
morales, cuando se practica el cruce de acera o “se bajan los ojos para no
saludar” cuando se ve al vecino que no es independentista, cuando se señala y marca de un modo u otro la
casa o al que no piensa políticamente igual…
Todo
esto se vive y se produce hoy en Cataluña, la antigua patria del seny, convertida hoy en campo social de
confrontación por políticos que han desatado el separatismo para tapar sus
vergüenzas de "partido nacionalista cobra 3%", que se ha visto obligado a cambiar
de nombre y a aliarse con los antisistema, que los gobiernan en punta de lanza
de sus actuaciones. Políticos desleales, hijos del diablo, que siembran la discordia entre el pueblo.
Mucho
amo a Cataluña, donde he pasado durante bastantes años largas vacaciones de
Navidad y este verano de doble viaje, uno de ellos de diez días de turismo. En
esta hermosa tierra cuento con amigos excelentes, pero me duele también la
presencia de energúmenos que han llevado a esta tierra a disentir de modo cruel
o silencioso en las familias, que aíslan a sus conciudadanos por no agitar la
estelada, por no pensar como ellos.
La
violencia moral arruina a los hombres, tanto a las víctimas de ella como a los agresores.
Siembra un cáncer en todos ellos. Cataluña vive hoy violencia moral y necesitará lustros para
restañar la mala semilla que políticos busca-conflictos-sociales en vez de
gestores-de-concordia-ciudadana han creado o han permitido crear por dejación.
Que razón tienes Julia, comparto todo lo que comentas, y es una pena pero es la verdad, te felicito por tus escritos en la Mirada Aztual, un abrazo.
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