Doctor José Edery Benchluch
L.M.A.
0.08.17.- El
Doctor José Edery Benchluch, natural de Larache durante el Protectorado de
España en Marruecos nació en el “Tercer Año Triunfal de 1938” (como figuraba en
los documentos de la época durante la Guerra Civil española), reside en Madrid
desde el año 1984. Campeón Nacional de Catecismo (Astete-Vilariño),
representando a los HH. Maristas de Larache, de la provincia eclesiástica
Bética, de Marruecos Español y Plazas de Soberanía durante el Congreso
Eucarístico Internacional de 1952. Estudió la Enseñanza primaria y bachiller en
colegios cristianos, judíos y musulmanes; tanto civiles, militares o
religiosos. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Granada; y
especialista en Urología; unió otras especialidades y titulaciones médico-quirúrgicas
a su curriculum profesional.
Cirujano y/o urólogo en los
hospitales de la Cruz Roja y H. Clínico (Granada), Canterac (Kenitra), Maurice
Lustau (Uxda), Khemisset y Avicene (Rabat), Español (Tánger) y Comarcal (El
Escorial).
Presidente de la Beneficencia
Española de Marruecos durante dos lustros. Médico oficial de la Embajada de
España en Marruecos. Presidente de la Comunidad Israelita de Rabat-Salé (breve
período por no haber seguido el consejo de su abuelo: “Nunca seas presidente de
judíos”). Responsable en la provincia de Rabat de la Asociación Musulmana de
Beneficencia “Ain Akhaka”. Secretario General y Vicepresidente de la B´nai
Brith (Bené Berít) en España durante 10 años. Creador y Director del Gabinete
Médico del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en Madrid hasta la
jubilación. Y actualmente Presidente (uno de los fundadores) de la “Asociación
Cultural Amigos en Marruecos-ACAM”.
Es autor de varios libros
relacionados con temas de la profesión, con viajes a países de riesgo
sanitario, viajes a África, viajes por el Magreb; así como publicaciones y
artículos tanto relacionados con su profesión como con el ámbito e idioma judeo
español (jaquetía) y sus personajes; o con relatos y vivencias en Marruecos. Ha
impartido cursos en la Escuela Diplomática. Y posee entre otras y varias altas
condecoraciones españolas, la Gran Cruz del Mérito Civil (la primera concedida
en este siglo a un judío sefardí) otorgada por su Majestad El Rey, que le
otorga el tratamiento ad vitam de
“Excelentísimo Señor”.
Dos protectorados
Con
el permiso del Dr. Edery Benchluch, reproducimos sus recuerdos sobre la
independencia de Marruecos.
El
conflicto surgido entre los gobiernos de España y Francia relacionado con la
independencia de sus Protectorados respectivos en Marruecos, según pude leer en
mi prensa habitual como era el “España de Tánger” y el “Ideal de Granada”,
comenzó a disminuir al comenzar el año 1956; a los pocos meses de haber
iniciado mis estudios universitarios de medicina en Granada. Por primera vez y
después de tres años de discrepancias políticas entre la Residencia General de
Francia en Rabat y la Alta Comisaría en Tetuán, aparentemente se calmaron. Y
desde noviembre de 1955 en que fue nombrado el antiguo Prefecto de Policía en
Francia Monsieur André Louis Dubois como nuevo Comisario Residente General del
Protectorado francés en la zona sur de Marruecos, las relaciones mejoraron con
su homologo español en Tetuán en la Zona Norte el Alto Comisario el general
Rafael García Valiño. Pudiéndose reunir ambos en las afueras de la ciudad de
Larache, en el Protectorado español cuya extensión territorial era
aproximadamente un tercio del correspondiente a la zona francesa, siendo además
más pobre y desprovisto de riquezas naturales exceptuando la región del río
Lukus
La
reunión tuvo lugar el 10 de enero de 1956 en la residencia familiar del
conocido empresario larachense Don José Gomendio (uno de los tres prestigiosos
“don José” de la ciudad junto a Gallego y Gargallo), propietario de la
“Compañía Agrícola del Lukus” que había adquirido al Barón de Rothschild hacía
unas dos décadas. La residencia denominada “El Palafito” por tener dicha
vivienda la estructura de los palafitos construidos sobre pilares, estaba
situada a unos 10 kilómetros de la ciudad, en la carretera de Alcazarquivir,
ciudad también ribereña del río Lukus más conocida como “Alcázar” pero ubicada
en el interior a 15 kilómetros al norte del límite fronterizo hispano francés
del poblado y frontera de Arbaua y a 34 kilómetros al sureste de Larache. El
encuentro entre ambos dignatarios se desarrolló sin incidencias en un ambiente
sosegado y casi bucólico, rodeados de extensas plantaciones de naranjos y de
sus famosos y codiciados frutos de reconocida fama en el exterior. Y todo en
una atmosfera impregnada de olores y fragancias de azahar. De todo ello y de
los aparentes buenos resultados de las conversaciones se hicieron eco los
periódicos españoles y franceses; y con la novedad de unos comentarios de
prensa muy favorables del encuentro en ambos países.
Recuerdo
que según la prensa el Residente General Monsieur Dubois, cuyo “mandato” en
Rabat duraría algo más de un año hasta la Independencia del país aunque fuese
superior al año de duración de sus dos predecesores en el cargo el General
Boyer de Latour y Gilbert Granval, había hecho referencia a los extensos
bosques de alcornoques (denominados “montados” por los portugueses) de la
región que había visitado. Que los larachenses denominan “La Ghaba” (significa
en árabe dialectal “bosque”), y que observó a lo largo de la carretera poco
después de salir de Larache. Árboles del género “Quercus” (también lo son las
encinas o ilex y algunas especies de robles, y de los que existen más de 500
especies diferentes) similares a los que el Señor Dubois había visto en el
interior de las regiones de Rabat y de Kenitra que correspondía a los grandes
bosques de “La Mamora”. Este tipo de alcornoque recuerdo que mis compañeros de
pensión que estudiaban farmacia, en sus asignaturas de “Farma” y “Botánica”
figuraba con el nombre de “Quercus larachensis” también llamados “Quercus
lusitanica”, con cuya variedad se había poblado y repoblado Extremadura.
Quiebro:
Negociaciones directas
Pero
este canto de sirenas, tras el encuentro y reunión de los dos máximos
responsables políticos de ambas zonas de Protectorado, comenzó a disiparse
cuando un mes después, el 15 de febrero, se iniciaron en París sin
participación, y creo que incluso sin conocimiento oficial de España,
negociaciones directas entre Francia y Marruecos. Con la presencia del Sultan
Sidi Mohamed Ben Yousef, a quien Francia había desterrado junto con su familia,
primero a la isla de Córcega en agosto de 1953 y posteriormente en enero de
1954 a la isla de Madagascar. Pero el gobierno francés tuvo que reponerle el 16
de noviembre de 1955 en el trono alauita que había usurpado u ocupado a su
pesar por imposición gala su anciano tío Mohamed Ben Arafa. Por lo que Mohamed
V había reinado con el título de Sultan desde 1927 a 1953; y tras el destierro
desde 1955 a 1957, año este de 1957 en que sustituye el título de Sultan por el
de Rey.
Asistieron
a las negociaciones el Presidente de la República René Coty que presidió el
país desde finales de 1953 hasta enero de 1959 en que transmitió la presidencia
al General De Gaulle poniendo fin a la IV República; y su Primer Ministro el
socialista de línea marxista Guy Mollet cuyo Gobierno dirigió entre 1956 y 1957
durante la IV República. Y dos semanas después, un viernes 2 de marzo de 1956,
una declaración conjunta del abogado socialista Cristian Pineau que era desde
febrero el Ministro de Asuntos Exteriores (hasta mayo de 1958) y del marroquí
natural de Berkane, ex militar y ex Bajá de Sefrou M´Barek Sid Bekkaï como
Primer Ministro, con el correspondiente protocolo e intercambio documental,
confirmaba solemnemente el reconocimiento por parte de Francia de la
independencia de Marruecos. Información que se transmitió públicamente en un
discurso por radio el 7 de marzo al pueblo marroquí.
La
rapidez con la que Francia reconoció la independencia de su zona de
Protectorado en Marruecos puso a España en una situación política muy
inconfortable. Lo que en términos de juego de cartas llamaríamos “ganar y/o
forzar la mano”. Por lo que al mes siguiente, del cuatro al siete de abril, el
Sultan Mohamed Ben Yousef fue recibido en Madrid con grandes honores, visitas y
programaciones castrenses por el Jefe del Estado español Francisco Franco
Bahamonde. A este encuentro y visita el Sultan asistió bien predispuesto, como
me había relatado muchos años después el que fue primer Embajador de España en
Marruecos tras la Independencia y entonces Cónsul General en Rabat desde 1953 el
diplomático mallorquín José Felipe de Alcover; que había acompañado al monarca
en el viaje y visitas a Madrid. Ya que en los días y reuniones previas del
viaje, nuestro Cónsul cuyas relaciones con el Sultan eran muy cordiales, no
dejó de recordarle que el Gobierno español nunca apoyó al “seudo Sultán”
Mohamed Ben Arafa. Y que durante el destierro de Mohamed V, como Cónsul y
representante de España en el protectorado francés se abstuvo de acuerdo con
Madrid, como signo oficial de disconformidad, de visitar el Palacio Real en
Rabat. Alcover ya había sido Cónsul en Casablanca en 1943 y permaneció como
Embajador en Rabat hasta agosto de 1958 en que fue sustituido por Cristóbal del
Castillo quien durante 10 años desde 1945 había sido Cónsul General en Tánger y
al que conocí por primera vez en la clínica del cirujano urólogo larachense Dr.
Amran (“Armando”) Amselem Benmaman en la tangerina calle de San Francisco,
donde el Cónsul era un asiduo paciente
El
sábado 7 de abril de 1956, ya entrada la madrugada del domingo, se da a conocer
desde el Palacio del Pardo, tras duras y largas conversaciones a pesar del
ambiente cordial y en las que había participado el Ministro de Asuntos
Exteriores Alberto Martín Artajo, un comunicado en el que se reproducía casi en
su totalidad el Protocolo franco marroquí del 2 de marzo. Por el que el
Gobierno español reconocía la plena soberanía y la independencia de Marruecos
pero sin ninguna alusión a Ceuta y Melilla que eran consideradas parte
integrante de España.
El
domingo 8 de abril a las 10 de la mañana, a las pocas horas después del
comunicado, en un avión de las Fuerzas Aéreas españolas y pilotado por el
Teniente General González Gallarza según comentarios de la tripulación, el
Sultan Mohamed V llegó al pequeño aeropuerto de Armilla en Granada donde fue
recibido por las más altas autoridades de la ciudad y por un numeroso grupo de
universitarios de Marruecos, estudiantes en la ciudad. Era una soleada mañana
dominical de primavera donde las parejas granadinas solían disfrutar de románticos
paseos por el denominado popularmente “Tontódromo”(o “Paseo de los Tontos”).
Itinerario que iba desde Puerta Real por el Paseo del Salón y de la Bomba hasta
el Parque del popular merendero “El Kiosco de las Titas”.
Tras
descender Mohamed V del avión y unos breves saludos protocolarios con las
autoridades, el Sultán se dirigió directamente a los estudiantes que no
parábamos de vitorearle a pie de pista. Pero lo curioso fue que se dirigió
directamente primero hacia mi persona y me saludó dándome la mano, con unas
palabras que no retuve por la sorpresa y emoción del momento. Y con cara
risueña aunque con grandes ojeras y signos de fatiga por las intensas
conversaciones de unas horas antes en Madrid, al mismo tiempo que continuaba
saludando a los estudiantes nos repetía en árabe y en francés: “Desde anoche ya
tenemos la total independencia”. El que se dirigiera a mi primeramente es
porque yo estaba algo adelantado en primera fila, ya que por mi pequeña
estatura siempre solía colocarme en todos los actos y acontecimientos el
primero y por delante, para que no me estorbasen la visión. Lo que me permitió
en esta ocasión aparecer destacado el lunes saludando al Sultan, en la primera
página del periódico “El Ideal” de Granada, página casi amarillenta que conservo
con cariño y nostalgia.
Entre
los estudiantes en el aeropuerto de Armilla que fuimos a recibirle, estaban mis
compañeros larachenses y tetuaníes de la Residencia de Estudiantes del “Carmen
de la Victoria” en la Cuesta del Chapí. Como los galenos Enrique Reinoso
(Tetuán) o Daniel Calbo (Larache). Entre los marroquíes que vivían en la “Casa
de Estudios Árabes”, situada frente al “Carmen de la Victoria”, también en la
Cuesta del Chapí que daba acceso al Sacromonte (por lo que los estudios de
algunos quizas dejaban a veces que desear) recuerdo a los futuros galenos
oriundos de Tetuán. Como al que siguió siendo mi compañero y amigo en Rabat Dr.
Fadel Ben Yaich magnífico cantaor y aficionado al flamenco que fue asesinado en
el atentado del Palacio de Skhirat siendo el médico personal del Rey Hassan II.
Desde su alto cargo siempre mantuvo una estrecha relación con sus antiguos
compañeros de la Facultad. Mohamed Nesh Nesh destacado líder socialista ya
desde entonces, que nos organizó un simposium en Granada con Mehdi Ben Barka
líder de la UNFP y primer presidente entonces del Parlamento; al oftalmólogo
Ali Loh; a los inseparables rifeños y futuros galenos Bennani y Madani
habituales en los tablaos y salas de la calle San Matías; al futuro cardiólogo
tetuaní Arafa Benajiba, etc. Algunos universitarios acudieron acompañados de
sus novias; entre las que recuerdo a dos. A Carmen, guapa y simpática, novia de
Fadel Ben Yaich y compañera de colegio de mi futura esposa y con la que años
después continuamos manteniendo en Rabat una sincera amistad; y a la entonces
llamativa y moldeada Puri novia de Enrique Reinoso, con la que también se casó
al terminar la Carrera. Muchos de estos compañeros marroquíes al ocupar con los
años altos cargos en la Administración o en sector privado continuaron con una
intensa relación con España y ex compañeros. Como por ejemplo Fadel Ben Yaich
que siendo Médico Jefe de la Provincia de Taza contrató a decenas de médicos
españoles de Granada, muchos antiguos compañeros, para los hospitales y centros
sanitarios de su provincia.
Y
a otros apreciados amigos, compañeros y paisanos de Marruecos que han sido
destacados profesionales de la medicina y de la abogacía, pero de los que mis
maltrechas neuronas no recuerda los nombres aunque sí la cara, figura, actuaciones
y afecto. A todos ellos Mohamed V les fue saludando uno a uno estrechándoles la
mano y a veces con algunas palabras. Actitud que siempre recordamos
agradecidos, puesto que el cansancio se apreciaba que iba aumentando en el
Soberano. Y todavía le esperaba el recorrido por la ciudad ante los vítores de
la población, la recepción oficial, la visita al mausoleo de los Reyes
Católicos que solicitó y el almuerzo en el Generalife, antes de descansar en
los aposentos que le habían reservado del Parador Nacional de San Francisco, en
la Alhambra.
Sultán Mohamed V
Fallecimiento del
sultán, comendador de los creyentes
Cursando
el sexto curso de la Carrera en el año 1961 me llegó la triste noticia del
accidental fallecimiento del querido Sultán y Amir al Muminim (“Comendador de
los creyentes”) Mohamed El Jemis (jemis significa “quinto” como le solía llamar
el pueblo) en medio de una simple intervención quirúrgica de tabique nasal, en
forma similar a lo acaecido en Madrid a la madre de la Reina Sofía. El óbito
del monarca alauita fue muy sentido por todo el pueblo marroquí y en gran
manera entre sus súbditos judíos (legislativamente “protegidos” del Sultan). Ya
que durante todo su reinado fue su gran defensor; y especialmente de forma muy
valiente oponiéndose al régimen pro nazi del Gobierno de Vichy a las medidas
discriminatorias y antijudías impuestas por los franceses en su Zona de
Protectorado de Marruecos. Medidas más acentuadas y antijudías a las usuales
discriminatorias que siempre existieron durante todo el Protectorado francés. A
diferencia y en contraste con la Zona del Protectorado español donde nunca
existieron dichas medidas, ni siquiera actos excepto alguno puntual y aislado.
Y quizás con la excepción durante la Guerra Civil española de la actuación
durante el conflicto y primeros años de la Guerra Mundial, de actos y actuaciones
antijudías a cargo de La Falange española, principalmente en Tetuán; con
similares características a como actuó en Ceuta y en Melilla.
Mohamed
V por su actuación en defensa de sus súbditos judíos durante el Protectorado de
Francia en Marruecos, ha sido propuesto por personalidades judías para el
título de “Justo entre las Naciones”, único mandatario o personalidad árabe
propuesta hasta la fecha. Al igual que en honor de su hijo el Rey Hassan II,
los judíos de origen marroquí han dado el nombre de ambos monarcas a numerosas
plazas y monumentos en ciudades de Israel. Uno de estos fue promovido por el
coronel israelí de carros blindados natural de Larache, Eliahu Barak
(transformación de su nombre larachense de Elías Belity, conocidos empresarios
de chatarrería en la ciudad del Lukus) durante su campaña para Alcalde de la
importante ciudad de Rehovot.
Para
una más amplia y extensa información de este artículo consultar la última edición
actualizada de mi obra Viajando por el
Magreb (600 páginas, fotos en color).
Dr. José Edery Benchluch,
Madrid Abril 2014
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Gracias ferazmal Yusef por esta trajectories muy interesante llena de detalles que no conocía. Uno de ellos se refiere a Ehud Barak. No sabía que era de origen Laranchese ni que su apellido original era Beliti. Mi madre también tenía familia materna de Beliti que conocí en Rabat. Nuestro amado Mohamed el hamis tuve la dicha de verle cuando el tren donde viajaba se paró en Soko l'Arba. Te deseo mucha saha y raha con tu querida Lea. Un abrazo estrechado te dejo.
ResponderEliminarMercedes Barcessat Bendayan
Shalom, Pepe.
ResponderEliminarBuena sintesis.
Espero y deseo que estés bien de moral y ánimos.
Un abrazo.
Gracias doctor Edery. Muy interesante todo lo que envía. Aprendo mucha historia desconocida para mí. Un saludo a Lolita de quien recuerdo el té más rico y dulce que he probado nunca.
ResponderEliminarNunca pudimos cantar en la Casa de Israel. Ojalá pudiéramos tocar pronto con la orquesta a la que pertenezco. Maripi Albo