Julia
Sáez-Angulo
31.10.17 .- JERUSALÉN .- Los padres franciscanos celebran sus 800 aniversario de presencia y custodia de los Santos
Lugares en Tierra Santa, un mérito que todos, especialmente los cristianos, han
de agradecer a una orden de origen medieval, que conoce muy bien la tierra de
Israel y los lugares por los que discurrió la vida de Jesucristo.
Miles
de peregrinos de todas las confesiones cristianas visitan cada año los lugares
santos de Israel, desde las primeras ermitas, iglesias o basílicas bizantinas,
sucesivamente arrasadas y reconstruidas, por los avatares de la historia, hasta
nuestros días.
Hay
tres lugares que están especialmente conocidos y datados en lo que a la vida de
Cristo se refieren: Belén por su nacimiento, Nazareth donde residió el Mesías,
y el Calvario, por ser el lugar donde Cristo fue apresado, sufrió la pasión de
su ajusticiamiento, muerte y finalmente fue enterrado en un sepulcro de roca
viva perteneciente a José de Arimatea.
Hay
otros lugares, que las sucesivas excavaciones y estudios han ido poniendo de
manifiesto como el cenáculo, no lejos de la tumba del rey David, la Vía
Dolorosa, el castillo de Herodes, o bien se conoce el lugar, pero no
exactamente el emplazamiento de los hechos, como la casa de Lázaro en Betania,
la dormición o tránsito de la Virgen María Madre de Cristo (custodiada por los
asuncionistas), el monte de las Bienaventuranzas, Getsemaní, el huerto de los
Olivos, monte Tabor, Caná, etc.
Israel,
en especial Jerusalén, está considerada
como Ciudad Santa por los cristianos, judíos y musulmanes, de ahí el deseo y la
codicia que ha despertado a lo largo de la historia. Hasta mediados del siglo
XX, Jerusalén era casi tan solo la ciudad amurallada, pero su expansión se ha hecho
realidad a partir de la II Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña entregó a los
judíos víctimas del holocausto nazi la tierra de Israel –bajo mandato inglés- para
que tuviera un Estado.
CRUZ DE JERUSALÉN. SIMBOLIZA LAS 5 LLAGAS DE CRISTO.
Católicos, ortodoxos y armenios
Los
franciscanos han custodiado como pocos los Santos Lugares repartidos tradicionalmente
entre católicos, ortodoxos y armenios, que se han disputado cada centímetro
cuadrado de espacio. El lugar más elocuente a este respecto es el de la
basílica de Belén, en la que los ortodoxos custodian el sitio donde nació
Cristo, señalado por una gran estrella de plata y los católicos, el pesebre
donde fue depositado el cuerpo de Cristo niño, después de que su madre María lo
envolviera en pañales.
Los
franciscanos tiene fama de rudos pero firmes y eficaces custodios de los
lugares de Tierra Santa, frente a las sucesivas dificultades a lo largo de los
siglos. España tiene una institución denominada Santos Lugares, que depende del
Ministerio de Asuntos Exteriores, encomendada precisamente a los franciscanos
desde hace siglos.
No
olvidemos que Cristo era judío, perteneciente al grupo de los fariseos, que
–frente a los saduceos- creían en la resurrección de los muertos. Era de la tribu de Judá y de la estirpe de David. Él rezó bajo
los muros del célebre templo de Salomón, sobre el que profetizó que no quedaría
piedra sobre piedra. El templo sufrió tres grandes destrucciones: de los
samaritanos, los babilonios y finalmente, los romanos. De las dos primeras destrucciones se
reconstruyó, no así de la última, ya que solo queda el muro oeste, conocido
como el muro de las lamentaciones, junto al que rezan hombres y mujeres de la religión judía por
separado.
Los
franciscanos llevan a cabo desde antiguo -800 años- la hermosa tarea de
sostener la liturgia cristiana en los Santos Lugares, recibir y atender a los
numerosos peregrinos –palmeros a Israel, romeros a Roma y peregrinos a Santiago
de Compostela, se decía antiguamente- que viajan cada año. A estas tareas se
suman las docentes, ecuménicas y arqueológicas para conocer mejor una tierra
que rezuma historia bajo cada piedra o cada mota de polvo.
En los conventos franciscanos y casas de alojamiento de peregrinos se puede ver, además de su escudo con los brazo cruzados de Cristo y San Francisco, la cruz de Jerusalén, con cinco representaciones que simbolizan las cinco llagas de Cristo. El emblema de la Teotocos o Madre de Dios, una T grande con un círculo en su travesaño queda para los santos lugares en manos de los ortodoxos.
En los conventos franciscanos y casas de alojamiento de peregrinos se puede ver, además de su escudo con los brazo cruzados de Cristo y San Francisco, la cruz de Jerusalén, con cinco representaciones que simbolizan las cinco llagas de Cristo. El emblema de la Teotocos o Madre de Dios, una T grande con un círculo en su travesaño queda para los santos lugares en manos de los ortodoxos.
No
olvidemos que San Francisco de Asís, fundador de la orden viajó a Tierra Santa
en 1219-1220. A este santo viajero a Tierra Santa seguirían otros muchos, entre
ellos el beato Álvaro del Portillo, poco antes de su muerte en 1994.
Hoy la Fundación Internacional Saxum, un Centro de Información e Interpretación del Opus Dei, para guías y viajeros a Tierra Santa, perpetúa la devoción y memoria por la historia y los lugares en los que estuvo Nuestro Señor Jesucristo y el desarrollo bíblico de la historia del pueblo de Israel, padres mayores en la fe de los cristianos.
Hoy la Fundación Internacional Saxum, un Centro de Información e Interpretación del Opus Dei, para guías y viajeros a Tierra Santa, perpetúa la devoción y memoria por la historia y los lugares en los que estuvo Nuestro Señor Jesucristo y el desarrollo bíblico de la historia del pueblo de Israel, padres mayores en la fe de los cristianos.
Las
últimas excavaciones arqueológicas van poniendo de manifiesto con mayor
claridad la historia de Israel, sobre todo de Jerusalén, si bien en algunos
lugares resulta imposible hacerlo, como sucede en las mezquitas o lugares
sagrados de los musulmanes, en los que está prohibido todo tipo de excavaciones.
Tampoco
los cristianos tienen excesivas facilidades por parte de las autoridades del
Estado de Israel, siempre celoso de su identidad y exclusividad judía. Esta actitud y
dificultades ha hecho que muchos cristianos acaben por abandonar Tierra Santa y
disminuya su presencia en la zona. La mayoría de los cristianos son de origen y raza árabes.
Junto a la basílica de la Natividad -donde se encuentra la estrella de plata que regalaron los Reyes Católicos de España al lugar donde nació Cristo- se permitió la construcción de una gran mezquita, algo a todas luces inadecuado, ya que cada confesión pudiera tener un emplazamiento y atmósfera mística y estética diferentes. Algunos alegan que desde la presencia otomana, se construye una mezquita frente a la iglesia original.
Junto a la basílica de la Natividad -donde se encuentra la estrella de plata que regalaron los Reyes Católicos de España al lugar donde nació Cristo- se permitió la construcción de una gran mezquita, algo a todas luces inadecuado, ya que cada confesión pudiera tener un emplazamiento y atmósfera mística y estética diferentes. Algunos alegan que desde la presencia otomana, se construye una mezquita frente a la iglesia original.
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