Julia
Sáez-Angulo
09/12/17 .- Madrid .- Las colas de
visitantes han vuelto al Museo del Prado para ver la exposición antológica “Fortuny
(1838-1874)”, todo un éxito de interés
por el artista decimonónico que nos ha dejado un legado de pintura fascinante
en cuanto a iconocografía y técnica pictórica. Un maestro del arte reconocido
por el gran público y sus colegas los pintores.
El comisario de la muestra, que
permanecerá abierta hasta marzo, es Javier Barón, jefe de conservación de pintura del
siglo XIX en el Museo del Prado. LA Fundación AXA patrocina la exposición.
Primera antológica
El Museo del
Prado dedica a la exposición de Fortunuy sus dos salas más importantes en la
ampliación del Museo. Es la primera vez que el Prado aborda una exposición
antológica de este destacado artista, buena parte de cuyas obras maestras
conserva gracias a los generosos legados de Ramón de Errazu y de Mariano
Fortuny y Madrazo, hijo del pintor, y a compras realizadas por el propio Museo.
Como
en otras exposiciones monográficas que ha realizado el Prado, se presenta una
revisión de la mejor aportación del pintor. Mariano Fortuny, el artista español
que tuvo una mayor presencia internacional en el último tercio del siglo
XIX, fue un verdadero renovador en todas las parcelas del arte que cultivó. En
la pintura al óleo, su técnica precisa, colorista y brillante le permitió una
nueva aproximación al natural, especialmente en la captación de la luz. En ello
influyó su dominio de la acuarela, que le consagró como el gran impulsor de
esta técnica en su tiempo.
La práctica asidua del dibujo, rápido y
nervioso, es el fundamento de su capacidad para reflejar los distintos
aspectos de la realidad. El cultivo del aguafuerte con una calidad
extraordinaria emancipó en España al grabado de su función de servir a la
reproducción de cuadros y situó a Fortuny entre los grandes artistas de su
tiempo. Finalmente, su pasión coleccionista le llevó a reunir en su
atelier un gran número de obras de arte y antigüedades, muchas de las cuales
figuran hoy en destacados museos.
La
exposición incluye todos los aspectos de la creación de Fortuny y, como novedad
importante, su faceta como destacado coleccionista de antigüedades, que está en
íntima relación con la búsqueda de las calidades, el color y la luz, en su
pintura. Todas las obras se han elegido cuidadosamente en función de su calidad
y significación.
Para ello se ha contado, además de con
los propios fondos del Prado, con la colaboración desinteresada de grandes
colecciones y museos de todo el mundo y con la contribución especial del
Museo Fortuny de Venecia, que presta más de 30 obras, bastantes de ellas
virtualmente inéditas, así como del Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Con motivo de esta exposición, se
lleva a cabo una serie de conferencias que amplían el conocimiento sobre la
pintura de Fortuny y se han publicado, además del espléndido catálogo de la
exposición, dos interesantes libros: Cecilia
de Madrazo. Luz y memoria de Mariano Fortuny, y “Epistolario del Archivo de
Madrazo en el Museo del Prado (I)). Cartas de Mariano Fortuny, Cecilia,
Ricardo, Raimundo e Isabel de Madrazo. editados por la Fundación María Cristina
Massaveu Peterson
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