Las técnicas
japonesas, con más de 600 años de antigüedad, respetan y ayudan a conservar la
esencia original de las obras
Julia Sáez-Angulo
-8 de agosto
de 2018- La Biblioteca Nacional de España ha iniciado un proceso de restauración
de carteles taurinos de comienzos del siglo XX en el que se aplican los
materiales y técnicas japonesas. Este sistema se utiliza desde hace cientos de
años en Asia para favorecer la preservación del papel, pero es novedoso y
llamativo en Europa y América. En este procedimiento se emplean materiales que
puedan eliminarse fácilmente en el caso de
cometer un error o de ser necesario otro tratamiento.
Los
carteles de ferias de toros de ciudades como San Sebastián o Sevilla, que
tuvieron lugar entre 1903 y 1920, adquiridos por la BNE, “estaban compuestos
por papeles de celulosa muy degradada, pegados a otros elementos y que en
algunos casos presentaban desperfectos, por lo que la restauración ha sido
complicada”, señala Luis Crespo, conservador-restaurador de bienes culturales y
especialista en tratamientos de papel y pergamino de la Biblioteca Nacional de
España.
Tal y
como explica Crespo, este procedimiento, que puede prolongarse hasta un mes y
medio, comienza con la adhesión temporal por el verso del cartel de, al menos,
dos capas de un papel formado por pulpa de pasta mecánica y rayón (una fibra
muy utilizada en la confección textil).
Tras
este primer paso, se vierte una sustancia compuesta, entre otros materiales,
por un derivado semicelulósico en forma de gel con el fin de separar el cartel
del soporte original, prosigue Crespo. “A continuación se procede a un
abundante enjuagado de ambas caras de cada panel que conforma el cartel, para
así eliminar todos los restos de rayón, de geles y de los antiguos adhesivos.
Tras su secado, se adhieren por la trasera diversos papeles japoneses de una fibra
especialmente larga, fina y resistente que no altera la esencia de la obra y le
otorga la consistencia necesaria para poder reforzar las zonas que estaban
perdidas o dañadas previamente al tratamiento”, afirma el restaurador.
Posteriormente,
relata Crespo, se aplican a las grietas del cartel unas tiras de refuerzo, tras
las cuales se coloca una nueva capa de papel japonés para mantener la firmeza.
El siguiente paso que el experto indica es completar las zonas que faltan por
medio de los “injertos” y una vez que la superficie está completa se aplica
color a toda la obra.
Finalmente,
se coloca para su estirado y secado definitivo en unos paneles de secado
temporal, realizados en el propio taller de la BNE según la tradición japonesa.
Una vez acabado este proceso se recortan las partes sobrantes de los papeles
que se han ido añadiendo en el conjunto del cartel y se enrolla para su
conservación.
Luis
Crespo, uno de los mayores expertos en la restauración de papel y que figura
entre el reducido grupo de especialistas que emplea estas técnicas japonesas en
Europa, intenta trasladar el conocimiento nipón a la conservación del papel occidental,
material que presenta unas características y problemas bien distintos de los
papeles orientales para los que fueron concebidas estas técnicas y
herramientas. Partidario de no emplear productos sintéticos y de encontrar las
soluciones con materiales naturales fácilmente asequibles, Crespo se enfrenta a
los retos de la restauración de papel donde apenas hay margen de error y donde
el control de la humedad de los adhesivos y de los componentes cobra una
importancia primordial en el proceso de restauración.
El taller
de restauración del Departamento de preservación y conservación de la BNE es
uno de los más prestigiosos de España y numerosos estudiantes y profesionales
solicitan realizar sus prácticas en él. Alumnos españoles, mexicanos e ingleses
acuden al taller de restauración donde Crespo trata de enseñarles las técnicas
(el uso de las brochas y herramientas, los adhesivos naturales como las algas y
el almidón…) y los métodos de trabajo (la postura, la limpieza, la serenidad,
la respiración…). En definitiva, pretende inculcar una actitud mental para
trabajar que él resume como “dar el máximo como profesional anónimo e intentar
ser felices a través del trabajo”.
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