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Julia Sáez-Angulo
10/09/18 .- MADRID.- Miguel
Domenech, patrono del Museo Casa Spínola en Azuaga, sobrino del pintor
surrealista Salvador Dalí –ambos hijos de sus respectivos padres notarios-, contribuyó notablemente a la difusión y entrega del patrimonio Dalí al Estado
Español, que es como decir a todos los ciudadanos españoles. Hijo del notario
de Azuaga (Badajoz) que se casó con dama pacense, llevó a cabo numerosas
gestiones de su tío Salvador para donar las obras a España.
Ahora Miguel Domenech Martínez es patrono
del citado museo Casa Spínola, junto a Amalia León de Amusátegui, Mayte
Barreiros Spínola y autoridades locales del municipio pacense.
Salvador Dalí Domenech, marqués de
Dalí de Púbol (Figueras, 1904 -1989), genio donde los haya, creador del
surrealismo onírico, frente al conceptual del belga René Magritte, fue amigo de
la familia Spínola, a decir verdad, más amigo de Julia González-Cocho de Spínola, madre de
Mayte Spínola, si bien esta pintora entró en contacto con el pintor a través de
su responsabilidad en la Asociación Mundial de Amigos de la Infancia, AMADE,
junto a Isabel Carswell, esposa de Alfredo Sánchez-Bella, ministro de
Información y Turismo de 1969 a 1973.
AMADE era una institución
internacional fundada y presidida por la princesa Gracia de Mónaco, a favor de
los niños necesitados. Otto de Habsburgo, figura destacada internacionalmente en AMADE, y las citadas damas figuraban en la
sección de España. Hoy es la princesa Carolina de Mónaco la presidenta
internacional de AMADE. Mayte Spínola, que se ocupaba de la sección artística
de AMADE, convocó un concurso internacional de dibujo infantil, cuyos premios y participantes .miles de ellos- están hoy conservados en la Fundación Gabarrón en Valladolid. Los pintores
Antonio López, María Moreno, Gerardo Rueda, Nati Cañada y Cristóbal Gabarrón fueron llamados al jurado
permanente, junto con los críticos de arte Antonio Morales y Carlos García-Osuna.
Mayte Spínola e Isabel Carswell
consiguieron organizar para AMADE la primera exposición de joyas de Dalí en
España, que tuvo un gran éxito de público y crítica. Fue en 1973 en Madrid; las
piezas venían sobre todo de Nueva York. Hermosa su joya el reloj que se
derrite, simbolizando la fluidez del tiempo. El ministerio de Información y
Turismo publicó un catálogo al respecto.
Graciliano Barreiros, propietario e
ingeniero de la empresa de automoción Barreiros, y su esposa Mayte Spínola,
regalaron un cuadro de Salvador Dalí a su sobrina Mariluz Barreiros –hija de
Eduardo- cuando se casó con Alberto Comenges. Mayte guarda en su archivo algunos dibujos y
escritos de Dalí.
Años más tarde, cuando Miguel
Domenech, que llegó a ser presidente madrileño de la UCD, fue una de las piezas
clave en la intervención junto a su tío Salvador Dalí, para traer su obra a la
casa de Cadaqués y al museo de Figueras, en la región del Ampurdán. A su muerte, Dalí dejó al Estado Español y a
la Generalitat un total de 700 obras de arte propias, valoradas en aquel
momento, 1989, en doce mil millones de pesetas. Dalí ha sido el artista que más
obras ha dejado a los españoles.
S.M. el rey Don Juan Carlos le concedió
el título nobiliario a Dalí, que el artista quiso solo y exclusivamente para
él, sin que pasara a ninguno de sus parientes. La ciudad de Barcelona
olvidó encargar una escultura pública a Dalí, como lo hizo con Joan Miró y
Antoni Tapies. Madrid sí se la encargó una para la plaza de Felipe II, donde
luce y es motivo de fotografías de los turistas (el corazón de la estatua fue
robado varias veces hasta que se lo hizo fijo).
El año de la EXPO-92 en Sevilla, Génova realizó otra EXPO universal y el pabellón de España fue construido por Fomento de Construcciones y Contratas, firma que ayudó a la financiación. El comisario de la EXPO fue el diplomático y escritor Silos
Manso. Para aquella exposición mundial, Esther Koplowitz pidió la colaboración
de Mayte Spínola, que convocó de nuevo a Miguel Doménech para que participara
con un cuadro de Dalí en Génova y así lo hizo; también figuró una pintura de
Miró de la Fundación Joan Miró, un retrato del rey Don Juan Carlos, por Nati
Cañada y otro de Mayte . Estos dos últimos quedaron en la ópera de
Génova.
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