Julia Sáez-Angulo
24/10/18
.- MADRID.- Vive a caballo entre las Bahamas, Argentina y España. Es una bella
y activa dama ecologista; en América la llama Green Lady por su empeño
combativo en salvar la Naturaleza y ofrecer a los ciudadanos un hábitat más
genuino y sano. Algunas lenguas dicen, que ella está todavía más bella y feliz,
desde que se casó recientemente con un escritor y noble español; ahora es
condesa del Valle Suchill. La ceremonia tuvo lugar en la capilla católica del
castillo de Gmünd (Austria), con nobles padrinos como testigos. Nadie duda de
que el amor embellece. La feliz pareja acaba de cruzar el océano a las Américas,
pero en unos meses los veremos de nuevo en España y nos alegrarán con su
presencia.
Alicia Pardo Lastra (Buenos Aires….)
, argentina de origen cántabro y residente en Bahamas, es vicepresidenta del Grupo pro Arte y
Cultura, al que ha pertenecido y apoyado desde el primer momento. La
donación y exposición del Grupo en Salta (Argentina) no se concibe sin ella. Su
cuadro para esa institución era precioso: una rosa roja gigantesca con un
impactante cambio de escala. Los motivos de su pintura se acercan casi siempre
a la Naturaleza y ahora cuenta con un amplio estudio en Madrid –de ello se
ocupó pronto Ramón, un esposo atento y sin celos ante su arte-, que de seguro
le influirá, por esa relación indisociable de continente y contenido. Pese a
sus ocupaciones patrimoniales y sus intervenciones en foros de defensa del
medio ambiente (yo la imagino, como a baronesa Thyssen-Bornemisza, capaz de
encadenarse a un árbol para salvarlo), su dedicación a la pintura es factor
clave en su vida.
Mayte Spínola, fundadora del Grupo,
dice de Alicia que es una gran amiga y que con ella se ríe hasta decir basta.
No hay mejor cosa que reírse con los amigos. Han viajado juntas y han
compartido algunas temporadas y aventuras en común dignas de recordar en el
presente y el futuro. La geografía de América y Europa no tiene secretos para
ella, aunque queden recovecos por descubrir. Ha pasado largas temporadas en los
Estados Unidos, donde conocen bien sus pautas de ecologista para respetar el
medio ambiente, de ahí su epíteto de Green Lady.
Alicia es mujer exigente,
perfeccionista y muy suya. No aguanta tonterías, estupideces ni cosas mal
hechas. Es capaz de enseñar al que no sabe, pero de exigir, cuando ya lo ha
hecho. Sus bellos y sonrientes ojos claros, pueden afilarse como saetas ante el interlocutor que no sabe estar
en su sitio o si este no se atiene a lo convenido. Puede cantar las cuarenta al
Lucero del Alba. Es una mujer fuerte. Ella conoce bien los protocolos.
Como no podía ser menos, Alicia
Pardo tiene una finca extraordinaria, La
Angostura, en la zona más exclusiva de la Argentina, no lejos del hotel del
hermano de Máxima Zorreguieta, reina de Holanda. En esa finca, junto al río
Correntoso, Alicia recibe visitas de altura –sobre todo de gringos- para disfrutar
la flora y la fauna del lugar en toda su prístina pureza. Como sabe que el arte
se aviene bien con la naturaleza, ha encargado un soberbio proyecto de land art, de un artista de la cuadra de Marta Moriarty, proyecto que quizás
pueda ser visitado en un futuro.
¿Qué más decir de Alicia Pardo
Lastra? Pues como dirían los latinos: De
Alicia nunquam satis (de Alicia nunca se hablará bastante); seguramente su
esposo escritor podrá hacerlo a su medida, porque Alicia tiene el listón muy
alto.
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