“Historia de la persecución religiosa en España1936 - 1939”, escrita por Antonio Montero Moreno y editada por la BAC

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"Turba sin Dios"(1934), cuadro de Francisco Soria Aedo

Julia Sáez-Angulo

            30/9/19 .- Madrid .- Se trata de un clásico. Historia de la persecución religiosa en España1936 - 1939, escrito por Antonio Montero Moreno y editada por la BAC. Un libro publicado hace más de 25 años y actualmente se trata de una edición revisada de una obra del actual obispo de Mérida-Badajoz, que informa de unos datos y hechos históricos que conviene conocer y cotejar ante una realidad actual en la que no está ausente la cristiano-fobia. Datos y hechos que no siempre tiene presente la denominada “memoria histórica” en manos de políticos, cuando debiera estar en manos de los historiadores para bien de todos. La Biblioteca de Autores Cristianos, BAC, ha sido la encargada de esta oportuna reedición.

            Joaquín L. Ortega, director de la BAC, recuerda en la inicia Nota del Editor: “Esta obra, antes de su publicación por la BAC, había recibido ya el refrendo académico de la Universidad Pontificia de Salamanca como tesis doctoral en su Facultad de Teología. Publicada en 1961, se vendieron muy pronto veinte mil ejemplares en dos ediciones seguidas, quedando agotada a los dos años de su aparición.

            Paralelamente a su éxito editorial, la obra alcanzó también una destacada resonancia dentro y fuera de nuestras fronteras, en los ambientes historiográficos, ponderándose a un tiempo el rigor de la labor investigadora, la ecuanimidad en el relato, la amplitud y el equilibrio en el uso de las informaciones, su incontaminación política e ideológica y la diafanidad de su estilo literario.”

            El índice del libro acoge los siguientes apartados: La iglesia, fuera de la ley; Geografía y volumen de las bajas eclesiásticas; Florilegio de la persecución. A estas partes se añade un apéndice legislativo y otro estadístico que son muy elocuentes. Entre los numerosos capítulos se recogen: Cimientos históricos del anticlericalismo español; El laicismo agresivo de la segunda República; Extensión y profundidad de la persecución religiosa; La organización eclesiástica clandestina; Fervor cristiano en las grandes urbes; Vitalidad religiosa en las cárceles de Madrid y Barcelona...

            Resulta curiosa y cruel la persecución religiosa en algunos puntos de la geografía española como Barbastro, capital trágica de Aragón, las matanzas colectivas en Cataluña, la persecución levantina en determinadas fechas, Andalucía y sus holocaustos , muertos en Paracuellos del Jarama... Estos perseguidos y asesinados lo fueron por el solo hecho de tener creencias y/o prácticas religiosas. La persecución fue tan cruel y sangrienta, que en algunas casas se destruyeron libros de horas, vidas de santos y objetos religiosos artísticos ante las continuas visitas e indagaciones en las casas, de las que algunos de sus habitantes salían derechos a su ejecución por las brigadas de la muerte. No fueron las víctimas las que iniciaron la guerra civil, sino la “carne de cañón” civil en las ciudades y pueblos.

            Historia de la persecución religiosa en España1936 – 1939 acoge la documentación episcopal y pontificia en las etapas republicana, bélica y postbélica, en la que se pone de manifiesto datos como los asesinatos anónimos de monjas, la peligrosa vecindad con la sotana, los martirios sucesivos... en suma una antología de heroísmo y crueldad. 
       Algunas familias sufrieron un verdadero exterminio por sus creencias religiosas, como la familia Spínola, entre Extremadura y Madrid. Quizás el cuadro más elocuente sobre esta persecución religiosa sea "Turba sin Dios", del pintor Francisco Soria Ahedo. Una pintura profética de 1934. 
               Nati Cañada también ha pintado un gran cuadro con los 13 obispos martirizados durante la guerra civil española, pintura que se encuentra en la iglesia de las Calatravas de Madrid. En ningún país ni guerra del mundo se han martirizado 13 obispos en un mismo periodo, salvo en España.

            Leyendo este libro, una llega a la conclusión de que es la política, o más bien los políticos, los que siembran el odio, y por ende, la persecución, mientras que es la Iglesia la que predica el perdón y el amor del mensaje de Cristo en el Evangelio.