NATURALEZA Y PRIMAVERA
Ya lo advirtió Schopenhauer, la Naturaleza
florece indiferente al sufrimiento
de los hombres.
Ella avanza orgullosa, impasible,
con su ciclo fértil y ciego al dolor.
Ahí está, enhiesta, hermosa, segura
de su pujanza, la Primavera
engalanada en colores, retadora de atención.
Han florecido las flores de abril en marzo;
el nuevo clima las llevó a brotar.
Alegres, amarillas, trepadoras,
se adhieren al muro para subir y exhibirse.
Los cactus envidiosos también afloran
en la humildad de sus macetas y arriates.
La pluma de santa Teresa dibuja
campanillas rojas y mira atenta
las hojas verde-tierno de la hiedra
fecunda.
La parra virgen asoma su primeros brotes
para ornar la dureza de los muros
y los dientes de león surgen del césped.
La Primavera, un silencio, un regalo,
un jardín para mitigar la pena y dotarla
de esperanza
miércoles, 25 de marzo de 2020
La Naturaleza, con su doble filo de vida y muerte, su constante morir y renacer, maravillosa y cruel al mismo tiempo... De ella formamos parte. El ser humano es parte de ella y, sin embargo, desde el principio de los tiempos, ha tenido, por una parte que servirse de ella y, por otra, luchar contra su devenir para irse afirmando como ser que piensa, siente y progresa. Armonizar y aceptar sus ciclos lleva toda la existencia de cada uno de nosotros. En estos tiempos de lucha contra su parte imprevisible y llena de daño imprevisible ( independientemente de lo que algunos hagamos o hayan hecho para alterarla a lo largo de los últimos siglos ) ver florecer las plantas es un rasgo de esperanza. Esa esperanza nos tiene que mover. La Historia está llena de guerras, catástrofes naturales, de épocas duras para la Humanidad. Esta es una de ellas. Si ponemos amor y esperanza y sabemos compartir el dolor y también, con generosidad, los duros tiempos que vendran económicamente después, quizás demos un paso adelante en este proceso e intento de encontrar la luz y vencer a las tinieblas. Quizás la solidaridad venza al egoísmo, como ya lo está haciendo en muchos casos, quizás reflexionemos y aprendamos y olvidando la vanidad y el confort propio ayudemos a sobrellevar y cambiar su destino a los que nada tienen.
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