Luis Berrutti, ante el cartel de la Fundación en Valdemanco
Julia Sáez-Angulo
16/o7/20 .- Valdemanco. Madrid.- Llegó a la sierra de La Cabrera, en el norte de Madrid y tuvo una epifanía nocturna, con la luna llena como testigo. ¡Este es mi lugar para vivir y trabajar!, dijo el escultor y pintor Luis Berrutti (Montevideo. Uruguay, 1944), afincado en España desde muy joven, después de pasar su tiempo de becas en París y otros países europeos. Al comienzo en Ibiza, Toledo y Madrid capital, pero desde comienzos de 2000 en su amada sierra norte madrileña, donde conoce cada rincón de su historia y cada piedra por donde han pasado celtas, romanos y árabes.
Poco a poco, después de aquella primera revelación en la noche, Berrutti fue instalando su taller de escultor con piedra blanca y rosa de Colmenar o acero cortén para representar la “fauna” humana, dicho sea con toda la compasión hacia el hombre moderno, que sube y baja las escaleras, viaja en el metro, busca refugios ergómicos… Lo más sorprendente y digno de admiración es su conocimiento de la anatomía humana, de su maestría para plasmar las tensiones, gestos, posturas… y todo ello de memoria, sin modelo. “Me basta conmigo mismo y todos mis conocimientos previos”.
La escultura es grande y pesa, pero no es óbice para que la ancle bien al suelo, ya que las tormentas de aire, pueden superar los 150 km por hora.
La diseñadora y grabadora Charo Villa, su pareja habitual, va y viene desde su residencia en Madrid donde trabaja, porque también tiene instalado su taller y su tórculo en la Fundación Berrutti en La Cabrera, abierta siempre al público.
“Me gusta esta soledad elegida”, explica Berrutti, al que le aturde la capital, cuando baja a Madrid y se queda algunos días junto a Charo Villa en el apartamento de ella. “Aquí -se refiera a La Cabrera- disfruto con mi primera luna que es Charo y con la segunda en todas sus fases del ciclo lunar”. También le visita periódicamente su hijo.
Luis Berrutti, menudo y flaco como un santón vegetariano, con el pelo blanco, es un orador filosófico, cuando habla del hombre y su circunstancia, de la condición humana y su tarea como el mito de Sísifo. Mientras paseamos por su Museo al Aire Libre, me muestra algunas grandes piedras que ofrecen petroglifos a la vista y que él descubrí al deshelarse una gran nevada, de las muchas que abundan en el invierno de La Cabrera. Los expertos de la Comunidad llegaron a su enclave y dijeron que se trataba de inscripciones celtas.
¿De dónde sacará este hombre esa fuerza física para hacer estas potentes esculturas?, me preguntaba yo y concluí que de su fuerza interior y su poderosa mente.
En su amplio estudio de pintura acristalado, guarda cuadros de su etapa postcubista en París, expresionista de Madrid capital y recientes. La pintura al óleo le relaja y descansa de la absorbente escultura. El arte está en la bidimensionalidad y tercera dimensión, todo es cuestión de la creatividad del artista. Berrutti acaricia un proyecto para una gran exposición en Madrid, que ójala se lleve a cabo cuanto antes. Este singular escultor se la merece.
Más información
Luis Berrutti, uruguayo/español y Adriana Zapisek, argentina/polaca
"Mujeres", escultura de Berrtti en acero cortén
Luis Berrutti junto a la escultura "Bajando al Metro"
"Charo Villa", retrato escultórico de L. Berrutti
Escultura en el Museo Fundación Luis Berrutti al aire libre
Escultura en el Museo Fundación Luis Berrutti al aire libre
La Fundación Berruti se encuentra en el término municipal de Valdemanco, no en La Cabrera. Ambos pueblos, Valdemanco y La Cabrera se asientan en las faldas de, esto si, la Sierra de La Cabrera.
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