Pintura surrealista de Salvador Dalí
Julia Sáez-Angulo
16/3/21.- Madrid.- “Expón, que algo queda” es un ensayo de Eduardo Moga (Bardelona, 1962), en el que se invita a exponer la obra de arte, porque “siempre difunde y pone en contacto” al autor con espectadores. El libro ha sido publicado por la editorial Polibea, en la colección “La espada en el ágata”. Lleva un prólogo de Jesús Aguado.
Moga se interesa por toda clase de exposiciones y museos y abre su libro con una cita de Avelino Hernández: “Las impresiones de contemplar son sensaciones del existir”. El índice del libro acoge apartados como: El surrealismo, un arte práctico; Picasso, un escritor que pinta; Sorolla, maestro de la luz, en Londres; Jaume Plensa, una exposición en el MACBA; Los dadaístas rusos; Caravaggio y sus secuaces; Los retratos de Goya; Los hijos de Rubens; El mundo perdido de John Constable; Momias, Una de vikingos; Turner…
En el libro se dice: “Asistir a una exposición es asomarse al mundo: a una expresión del mundo, al igual que una fórmula matemática expresa un hecho, o una sucesión de hechos de la realidad, a un mundo cifrado que guarda en sus signos, en sus recovecos, una significación mayor, acaso plena. Las oscuras leyes que rigen el funcionamiento de las cosas se iluminan, sin revelarse, en las exposiciones. Un persigue el camino tortuoso que persiguen para ser lo que son, y también el no menos asendereado que ha recorrido la mente humana para alcanzarlas”, se dice en el libro.
“En las exposiciones confluyen la historia y el presente: los infinitos esfuerzos del hombre por representar sus deseos y sus esperanzas, y también sus fracasos, y la contemplación asombrada en la abrumadora fugacidad de este instante. En la; lo que nos ha precedido y lo que fatalmente nos continuará exposiciones, nosotros somos lo expuesto: lo que hemos querido ser y lo que fatalmente somos; lo mirado y quien mira”.
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