viernes, 12 de marzo de 2021

"·Luisa Roldán. La Roldana, escultora del siglo XVII". Conferencia de Antonia Nieto en el Ateneo de San Lorenzo de El Escorial

Escultura de La Roldana


L.M.A.

    San Lorenzo de El Escorial, 9 de marzo de 202.- Antonia Nieto Saltar, Pintora,  Miembro de AMCA y AECA, ha impartido una conferencia en el Ateneo de San Lorenzo de El Escorial sobre  "·Luisa Roldán. La Roldana, escultora en barro del siglo XVII". La conferenciante recordó su vida y su trabajo artístico:

    Sevilla en el siglo XVII,  una ciudad resplandeciente en la que florecen las artes, y es de entre todos los artistas, una mujer destacará más que ninguno la  gran escultora  “La Roldana”.  

Lope de Vega, el ruiseñor de Sevilla escribió: Ciudad que a Tebas en grandeza iguala, 

A Roma en letras y armas preferida, Del árbol poderoso guarnecida, En competencia de Neptuno y Palas. 

Claramente dominaban los hombres: Diego Velázquez, Bartolomé Esteban Murillo,   Valdés Leal, Ribera, Martínez Montañez entre otros. 

 Luisa Ignacia Roldán Villavicencio  “La Roldana”, nació en Sevilla  el 8 de septiembre de 1652, se fija su partida de bautismo en la iglesia de Santa Marina. Hija y discípula del ilustre Pedro Roldán, continuadora de su legado. Comentar sobre él.  

Se sabe fue alumna de Bartolomé Esteban Murillo, donde aprende el difícil escorzo y el imprescindible dibujo. También se cree pudo recibir influencias de las obras de Martínez Montañéz.

 Es la parroquia de San Vicente donde se registran los padrones, viviendo en la calle de las Armas (Familia Navarro de los Arcos) hasta 1680 que posteriormente fueron trasladados a la parroquia del Sagrario. 

Su padre fue profesor de la Academia de Sevilla fundada en 1660. (Hoy Real Academia de BB.AA. de Santa Isabel de Hungría). 

En la Plaza de Valderrama, se encontraba el taller de Pedro Roldán, en su patio abundaban los naranjos, allí nuestra escultora de corta edad, se introducía para observar.  

 Es Sevilla en el siglo XVII, donde abundan escultores, doradores, estofadores y pintores  quienes realizaron numerosas y grandiosas obras que adornaron catedrales y conventos de Sevilla. 

 Y donde a pesar de sus muchas dificultades, destacará una mujer entre todos,  sólo contaba con el apoyo de su padre; escultora sin par, valiente y emprendedora, con la meta fijada en su afirmación como artista.  

     La leyenda popular, sugiere una agitada existencia. Rebelde guapa y con mucho amor propio, y que a pesar de todo,  vivió en esa difícil época como quiso  siendo mujer. 

     En su etapa sevillana después de su boda, se casa a los 19 años, en contra de la voluntad paterna, con su aprendiz Luis Antonio de los Arcos, en la Navidad de 1671, casamiento clandestino al que parece ser ayudó el Obispo,  este los casó según cuenta la leyenda. Al parecer la escultora tuvo que ser sacada de su casa por mandato judicial el día 17 de diciembre de 1671, teniendo lugar el casamiento el 25 del mismo mes en la Iglesia de San Marcos.

 Este suceso se conoce como “El rapto de La Roldana por el aprendiz”  que publicó en 1920 Don Santiago Montoto y que marcó la intriga que predomina  en su biografía; por otro lado, marcada por los sinsabores conyugales posteriores, y la muerte de cuatro de sus siete hijos. 

      Los acontecimientos históricos que suceden a su alrededor marcaron su existencia. Las carencias que produjeron la  bancarrota que asolaba al país, le afectaron en su remuneración. 

 Una curiosa información registrada es:  

 La Escuela de San Fernando, encargó la obra sobre San Fernando, Patrón de Sevilla, a su padre, siendo el boceto  rechazado sobre el Santo;  este pide ayuda a su hija y Luisa realiza los toques  y cambios  necesarios, trabaja intensamente durante horas, al mostrar a su padre la nueva imagen, este sorprendido la felicita y  corre a mostrarla, siendo admirada y admitida por todos los componentes del Cabildo. 

 “Era obra de Luisa”.  El pintor italiano Lucas Jordán que se encontraba en España la felicitó efusivamente.  

 Prontamente comienza a recibir encargos, ya era valorada por su trabajo como estofadora además de escultora. 

En 2010 se identificó la autoría de La Virgen de la Estrella en Sevilla, antes atribuida a Pedro de Mena; la Virgen de Belén en Salamanca; el Cristo del Perdón en Fregenalde la Sierra;  Ángel Confortador en la Capilla de Monte Sión en Sevilla; el Ángel en la Capilla de Jesús del Gran Poder en la Colegiata de San Isidro Madrid. Se llegó a decirse de ella “es la reina del policromado”. 

Periodo gaditano, 1686-1688

     Hacia el 1686 marcha Luisa con su familia a Cádiz, posiblemente llamados por el Cabildo,  quizás debido al éxito alcanzado por El Ecce Homo, su primera gran obra maestra realizado y datado en 1684, encargado por la Orden Tercera de los Descalzos y que se encuentra en la Catedral de Cádiz (se han autentificado otras cuatro esculturas del  Ecce-Homo). 

    Allí la familia vivirá durante dos años. 

    Constan las obras realizadas “La Virgen de la Soledad” y otras muchas obras que por no estar documentadas, figuran entre las atribuciones; entre ella varias Dolorosas.

 Señala el inicio de su madurez artística, ejemplo de esta madurez son los Santos Patronos de Cádiz y las esculturas para el monumento de dicha ciudad. 

    Faltan documentos que daten su estancia en Cádiz.  

    En 1688, decide trasladarse a Madrid (este periodo madrileño durará hasta su muerte en 1704) 

Fue Antonio Palomino, gran pintor del Barroco nacido en Bujalance (Córdoba) quien intervino en su traslado a Madrid.

     Esta decisión significó dentro del estilo de la escultora, la plenitud de su arte, un barroco armonioso, expresivo, realista, narrativo y emocional, atreviéndose a requerir  lo que ninguna mujer había logrado hasta entonces: ser nombrada Escultora de Cámara del rey. 

    Este dato está confirmado por documentos pertenecientes a los expedientes registrados sobre la escultora y que se encuentran en el archivo de Palacio Real de Madrid. 

    La primera constancia documental de su estancia en la corte viene de del 28 de febrero de 1688, fecha del bautizo de su hija Mª Bernarda en la parroquia de San Bernardo. 

En esta época su arte va a dar muchos y buenos frutos. 

     Cristóbal de Ontañón, que era ayuda de Cámara del rey Carlos II, y el Marqués de Villafranca fueron sus protectores. 

 De las primeras obras realizadas se cree fue “Los desposorios místicos de Santa Catalina” hoy se encuentra en Nueva York al igual que otras de sus obras. 

 La primera mujer reconocida, que trabajó en la corte de Carlos II, ya que el 15 de octubre de 1692, es nombrada Escultora de Cámara.  

    Felipe V lo hará posteriormente en 1701)  logrando gran prestigio entre los artistas de su época, desarrollando un trabajo elegante, equilibrado, de gran expresividad y sentimiento, prevaleciendo la técnica del estofado en su policromía.

    Y desde Madrid, su fama se extiende por todo el país y trasciende sus fronteras,  a  través de una Europa convulsionada, a la remota Moscú, donde en distintas ciudades, se encuentran varias de sus obras, se sabe que nunca visitó Rusia, a pesar de numerosas leyendas no ciertas que se publicaron,   Pilar de Arístegui pintora y escritora, publicó en su libro La Roldana la historia de una espléndida mujer y de su mayor pasión: la pasión de vivir.

     Su obra infunde pasión, a sus esculturas, tanto en imágenes dolientes, como La Macarena considerada la Virgen más bella de España; o el Eccehomo, son dinámicas y enérgicos: el San Miguel, los Ángeles lampareros, la ternura de sus belenes o La Divina Pastora con su Niño Quitapenas. 

     Muchas de sus obras se han perdido lamentablemente, una bella Inmaculada Concepción, María Magdalena quemada en 1936 entre otras. 

Conserva obras: Sevilla; Cádiz; Madrid; Murcia; Barcelona; Cuenca;  Guadalajara; en León El Cristo del Perdón, se sabe estuvo en la cárcel;  Badajoz;  Navarra;  Móstoles;  Puerto de Sta. María; Jerez; Puerto Real; Osuna; Málaga…

Su obra se extendió a EE.UU.,  Rusia, Alemania, y otros países de los que no se conoce su paradero. 

     Su escultura “El Arcángel San Miguel” fechado en 1692, se ve que ha sido captado por la escultora en un momento fugaz y tiene parte en cierto modo un aire rococó, que preludia el estilo del siglo XIII. Se halla en El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.  

      Contrariamente a lo esperado, el nombramiento de “Escultora de Cámara” no ayudó a La Roldana económicamente, cada vez empeoraba por la falta de pago de la Real Hacienda. 

La situación del reino, era mala debido a la nefasta administración.

El condestable de Castilla informa al rey de su precaria situación. 

    Según Ceán Bermúdez, le conceden una renta anual, que ascendía a unos cien ducados por año. 

Este debía comenzar a ganarlo desde 1692, estos tardaban en llegar, y Luisa comienza sus súplicas de ayuda.

    En 1693 le son pagados 25 doblones de a dos escudos de oro, dada la gran necesidad que estaba pasando la familia. 

     Durante tres años Luisa repetiría sus peticiones de ayudas a la reina Mariana, suplicando le den un vestuario o una ayuda de costa o lo que fuese de su mayor agrado. 

    Como consecuencia de esta necesidad, en 1695 le conceden de nuevo una renta anual.  Esto sucedía en 1697, donde suplicó le dieran una habitación del Tesoro que estaban vacías.

     A pesar de ello el Condestable se negaba a pagarle el salario, al no saber “de que caridad se le ha de dar la ración que le toca al oficio de escultora”. 

     A pesar de esta escasez, el Consejo pone obstáculos y exige que Luisa pague la “annata” y abone los 15.000 maravedíes, antes de que ella pudiese recibir alguno de sus salarios. 

     Por lo tanto, es evidente el gran sentido de independencia de nuestra escultora, cuando en Sevilla el taller de su padre gozaba de un gran éxito, siendo el mejor taller de toda Andalucía. 

     Por esta época, es probable realizara “La Virgen de la leche” hoy en la Catedral de Santiago de Compostela, donde se lee ya el título de “Escultora de Cámara”.

Existe un boceto de esta talla de pequeñas dimensiones en Sevilla. Esta obra puede que fuera un regalo del rey Carlos a su prometida Mariana de Neoburgo, cuando esta llegó a España para contraer matrimonio, pues se sabe que desembarcó en Galicia. 

 -Obras documentadas entre seguras y atribuidas: 125, otras  80 para la Corte. De las obras pérdidas no se conoce su  paradero.  

La Roldana disfrutó de un gran reconocimiento social y artístico en vida, murió después de hacer declaración de votos de pobreza, el 10 de enero de 1704¿ en Madrid, siendo enterrada en secreto en la parroquia de San Andrés. ¿

Ironía del destino, el día de su muerte,  la  Academia de San Lucas de Roma la nombraba Académica. 

 Su obra se inscribe en el trabajo de la Imaginería Andaluza  

 Se cree fue maestra de su primo Pedro Duque Cornejo (1678-1757), aunque se atribuye su aprendizaje a Pedro Roldán padre de nuestra escultora. Es obvio que ella participó en su enseñanza y fue quien lo introdujo en Madrid; siendo indudable su talla como escultor y pintor, retablista barroco de la escuela sevillana. 

Su sepelio tuvo lugar en la Mezquita de Córdoba. 

Sin embargo aún no se sabe con certeza el lugar donde se encuentra los restos de Luisa  Roldán Villavicencio.  

 Se cree puede encontrarse en el convento de las Descalzas o en el de la Encarnación en Madrid.

La Fama y el recuerdo han esclarecido con el tiempo el nombre de Luisa Roldán, y ha pasado a las páginas de la Historia del Arte peninsular con justo olvido de quienes estando más cerca la rodearon de sinsabores.

Algunos de estos datos, han sido divulgados por María Victoria García Olloqui, Profesora Titular de Historia del Arte, en la Facultad de Ciencias de la Educación de Sevilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario