Rafael Valdivia Blánquez, escritor y Director del Museo Mayte Spínola en Marmolejo (Jáen)
L.M.A.
Marmolejo. Jaén, 5/3/21.- Rafael Valdivia Blánquez (Marmolejo. Jaén, 1987) estudió Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Universidad de Granada. Es concejal de Obras y Urbanismo, además de Cultura, en el Ayuntamiento de Marmolejo. Ha ejercido como profesor de Ciencias. Dirige el Museo Mayte Spínola de Arte Contemporáneo y es escritor de poesía y narrativa. Actualmente prepara una novela. Se siente orgulloso de Marmolejo, el pueblo con el mejor balneario de aguas medicinales del mundo.
FIN
A don Manuel
Se terminó la historia,
y el libro se cerró.
En algún lugar de la memoria…
ya de olvido su memoria manchó.
Es aquel quien ha sido, en cada momento,
Satán y Gloria,
silencio y grito, pluma y tintero,
el saber ignorante
del saber entero.
Ahora, es aquel que es
hecho carne el olvido,
el dolor, la tristeza,
es el suspiro de aquel quien ha sido.
Se rompen las páginas con crudeza,
los versos se bañan en el pasado…
a medida que mengua su viveza.
Vuelan palabras,
párrafos en la confusión de lo trascendente…
y el olvido da tanta ligereza
que ni sabe si es pasado o presente.
Lo inmortal se sumergió en la pereza,
hasta que el agobio del desorden
cerró su libro sin delicadeza.
Y yo,
estúpido e incapaz
de abrir eso que el destino cerró.
Intento rescatar aquello que es fugaz:
las páginas, la alegría, las letras,
las palabras, las tardes perdidas de cada día,
las miradas, lo humano, lo cuerdo
y el vago detalle de su recuerdo:
en su huir enloquecía
cual ludópata de la incoherencia
y en su semblante leía
restos dolorosos de su conciencia,
al tiempo que cada día,
su amor resistía a la decadencia.
*****
¿QUÉ QUIERO SER?
¿Tarde otoñal o desierto abrasivo?
Soy polvo, que por el agua fecundo,
y mueca de tu rostro. El sueño vivo.
Que no quiero ser barro en este mundo,
pues la rosa negra se pinta entera.
Seguir siendo yo, mas vagabundo.
Vivir cual pronombres en la ribera
de un río que murmulle dos te quieros,
y hable de ilusiones pasajeras.
Admirar abrazados un lucero
que al luto de la noche haga frente,
y susurrarte el tercer te quiero.
Hacerme ahora al amor repelente;
más tarde, gritarte el cuarto te quiero
y sanar con besos mi alma hiriente.
Mas de todo eso ya fui prisionero.
Y corazón de un poeta enamorado ni ser,
ni no ser, ni aparentar quiero.
Ser el sentimiento de lo versado,
con mis brazos de ritmo abrazarte
y que tus sentidos sean anulados.
Que mi rima callada intente ahogarte
en un soplo de estrofas sin sentido.
Que mis palabras sean vestigios del arte
suicida, personal, restringido
a una mente ladrona y prisionera
en vivir lo que siempre se ha vivido.
Ser la sensación de lo cohibido,
estrofa, pronombre, ladrón,
ser lo que en la ribera se ha vivido.
Ser beso, el quinto te quiero,
ilusión, ser suicida, arte, poesía… ser
de tus latidos de amor la canción.
Rafael Valdivia Blánquez
Ha sido un placer conocerte, Rafael. Es un placer leerte en esos versos. Enhorabuena
ResponderEliminarEstimados amigos
ResponderEliminarSuscribo plenamente el anterior cometario del toledano Sánchez Molero. Bellos versos. Saludos,
Raúl
¡Muchas gracias a Julia y gracias a todos!
ResponderEliminar¡Muchas gracias a Julia y gracias a todos!
ResponderEliminarGran alegría leer una voz nueva, joven y colega de mi hijo como Ingeniero de Caminos.
ResponderEliminarMi enhorabuena por tus versos. Me encantaría coincidir alguna vez, en este mundo donde el verso fluye y hace la vida más serena.
Un abrazo.
Amalia