Julia Sáez-Angulo
26/4/21.- Madrid.- El edificio de las Escuelas Aguirre (1887), obra de Emilio Rodríguez Ayuso (1845-1891) y actual sede de Casa Árabe es uno de los principales ejemplos madrileños de la llamada arquitectura neomudejar, una tendencia historicista surgida a finales del siglo XIX. Pese a su relevancia, este edificio no contaba hasta la fecha con ningún estudio monográfico, algo que ha venido a subsanar el libro “Escuelas Aguirre de Madrid”. Neomudejar, construcción y oficio, publicado por Ediciones Asimétricas, que aborda los aspectos históricos y técnicos más relevantes del edificio.
El autor dl libro, Alejandro del Real Mateos es arquitecto técnico por la Escuela Técnica Superior de Edificación de Madrid y master en construcción y tecnología de edificios históricos por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. El libro lleva un prólogo del arquitecto madrileño Javier Mosteiro titulado : “Sobre lo pertinente de estudiar el neomudejar de Madrid”.
El elemento más característico del edificio es su fachada de ladrillo a cara vista, buen amuestra del partido que los arquitectos de la época supieron sacar a la cerámica aplantillada. El libro analiza con detalle esa fachada poniendo el acento en la complejidad de las combinaciones de aparejos empleados en su construcción.
El análisis realizado permite constatar que la elaborada superficie exterior del edificio oculta una complica distribución interna de ladrillos y juntas, sujeta a reglas rígidas, que requirió una rigurosa planificación. Los aspectos técnicos de la arquitectura decimonónica suelen quedar ocultos tras la fuerza expresiva de los lenguajes historicistas.
Queridos amigos
ResponderEliminarNo recuerdo haber vista el edificio pero, desde la foto, me parece muy bello. Entonces imagino que cerca de allí hay un café y estoy tomando un chocolate con Julia, con la Sra. Gallardo, con el Sr. Van-Halen y con Rogelio Sánchez Molero, amigos a través de este bello sitio literario y cultural. Saludos,
Raúl
¿Es mozárabe o mudéjar?
Cuál es cuál, no lo recuerdo.
Pero esto bien me lo sé:
en España hay todo eso.
Gracias Julia, ¡qué interesante!
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