Alejo Schapire, escritor (Foto El Independiente)
Julia Sáez-Angulo
25/4/21,- Madrid.- En el libro “La traición progresista” de Alejo Schapire (Buenos Aires, 1973), con prólogo de Pola Oloxarac, publicado por la editorial Península en la colección libros del Zorzal, se analiza y desmenuza la posición antisistema de la izquierda cultural.
La izquierda que hasta ayer luchaba por la libertad de expresión en Occidente hoy justifica la censura en nombre del no ofender sus propias posturas. El libro es un intento de comprender las razones, las consecuencias y los mecanismos encerrados en esa traición, con lucidez y valentía. Las universidades americanas exportan buena parte de esas actitudes de lo políticamente correcto y otras actitudes que derivan en populismo progre de niños más o menos bien situados en América y Europa. Han creado un nuevo orden moral asfixiante, con lenguaje exclusivo e inclusivo en determinados campos, con nuevo antisemitismo, y, antisistema por sistema.
Izquierda identitaria en tribus infinitas que van desde el nacionalismo político, allí donde brota, a la mínima tribu de por ejemplo la categoría “mujer negra y minusválida”.
“Hoy, la conquista de la democracia liberal, hija de la Ilustración, descubre que está siendo traicionada desde la izquierda”, dice Schapire. “Los mecanismos de intimidación, censura y segregación son los mismos que operan en los campos universitarios de Estados Unidos o el Reino Unido. La denuncia del universalismo como un invento chauvinista blanco y su reemplazo por una visión tribal de la enseñanza da lugar a una cultura basada en el resentimiento y la victimización”, añade.
Schapire explica: “La caída del Muro de Berlín, y con ella el desmoronamiento del mundo soviético dejó al progre doblemente desarmado (…) Para una parte de la izquierda, este vacío iba a ser llenado, de manera espectacular, el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.”
“El terrorismo islamista le daba al progresismo un poder de fuego y los recursos económicos que había perdido con el derrumbe de la Unión Soviética y sus satélites. La peregrinación a Moscú o, a Cuba, se haría a partir de entonces a Teherán. Este matrimonio entre la izquierda y los sectores más retrógrados de la teocracia machista y homofóbica de Oriente Medio desataría una retórica y una violencia física de tipo antisemita sin parangón desde la Segunda Guerra Mundial.”
Por otro lado, “Puño de hierro y mandíbula de cristal” es la norma de la izquierda cultural”, dice Antonio Soto Ivars, autor del libro “La casa del ahorcado” (Debate, 2021). El autor alude a los mandobles que lanza esa izquierda a la mandíbula sus adversarios, cuando no enemigos, y lo dolidos que se sienten cuando estos les lanzan sus propios golpes a su propia mandíbula.
Por su parte, Jorge Fernández Díaz apunta en su novela "La traición", como la izquierda cultural de la progresía sueña con alcanzar el poder para imponer su dictadura totalitaria, mientras que si lo pierde acude con su victimismo, lamentos y quejas a los organismo de derechos humanos, a los reductos eclesiásticos y otros refugios de perdedores cínicos.
avier villán zapatero
ResponderEliminar12:36 (hace 0 minutos)
para Julio, mí
Siempre dije y escribí que la PROGRESÍA es la negación de la izquierda Y me pusieron a caer de un burro. En su columna de ABC Martín Ferrand, in memoriam, escribió ¨´Villán ve un PROGRE y sale corriendo.