L.M.A.
02.07.2021.- La crisis actual hispano-marroquí ha provocado una preocupante escalada verbal teñida de reproches y discrepancias, que nos retrotrae a épocas pasadas, ajenas por completo tanto a las circunstancias de un mundo globalizado, como a las relaciones bilaterales que unen las dos orillas del Estrecho desde tiempos remotos.
Durante semanas, desde los dos lados, escuchamos discursos, referencias y prejuicios de antaño, que no pensábamos que pudiesen aparecer de nuevo en la escena pública. La amplitud del espacio mediático, especialmente en las redes sociales, ha proporcionado a estos
discursos una vasta difusión, que pone en peligro la convivencia entre dos pueblos hermanos y amigos, y que supera incluso la naturaleza diplomática del conflicto actual, hasta llegar a una fase de enfrentamiento totalmente fuera de lugar.
Recuperar las épocas de conflictos bélicos de nuestra historia común y destacar solamente la hostilidad es un camino peligroso que va en contra de la lógica humana y del patrimonio de convivencia interreligiosa e intercambio cultural que los pueblos ribereños hemos construido durante nuestras etapas históricas. Estamos ante un discurso radical e innecesario que pretende acabar con el gran esfuerzo de diálogo, investigación y mutua comprensión que la sociedad civil y la clase intelectual de España y Marruecos han desarrollado.
La situación actual no encaja en absoluto, desde el punto de vista científico, con el resultado de años de investigación humanista en las universidades marroquíes y españolas, que ofrecieron una nueva visión de esta historia compartida fundada sobre los fecundos solapamientos de las civilizaciones ibérica y magrebí. Un riguroso trabajo académico en las ramas de historia, literatura, lengua y codicología, que condujo tanto a reforzar los vínculos intelectuales y culturales como a fomentar los valores comunes entre las dos orillas del Estrecho de Gibraltar. Una realidad histórica contrastada, hasta tal punto que ha llegado a ser reflejada en la actual Constitución marroquí en vigor desde 2011, y en la que el reino de Marruecos reconoce la cultura andalusí con sus dos ramas árabe y sefardí, como principales elementos de la identidad del país.
De la misma manera, la cooperación cultural, artística y creativa entre marroquíes y españoles se ha intensificado en los últimos años hasta cotas nunca alcanzadas antes. Es la interrelación personal de la población civil la que ha logrado este espíritu de hermanamiento. Somos del criterio de que la política no puede convertirse en un obstáculo para que aquel siga creciendo; al contrario, ha de ser un instrumento para desarrollarlo más y más.
El espíritu de concordia y convivencia debe reinar en todo momento entre nuestros países y estar en el epicentro de la mirada en cualquier conversación política para así asegurar la soberanía y la estabilidad interna en Marruecos y España. Por lo tanto, invitamos a la sociedad civil de ambas orillas del Estrecho de Gibraltar a que despliegue su gran capacidad intelectual y esgrima su inventiva para plantear nuevas alternativas de convivencia y hacer aportaciones constructivas por un fecundo patrimonio que beneficie a las dos sociedades en su conjunto.
Instamos a las personas de bien de ambos lados del Estrecho a sumarse a los esfuerzos de recuperación de unas relaciones hispano-marroquíes basadas en la mutua confianza y en el respeto, que nos impulsen hacia un futuro, donde deben dominar la paz, la cooperación y la prosperidad. Para ello, debemos plantar cara españoles y marroquíes a ese discurso erróneo y envenenado que están utilizando algunos grupos mediáticos y redes sociales, basado en bulos y manipulaciones perversas, que solo pretenden levantar el telón de fondo xenófobo y de sentimientos que hemos de erradicar con total firmeza.
Por último, apostamos por una cooperación sólida entre las organizaciones de la sociedad civil de ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, para que nuestra aportación sea consensuada, colectiva y útil para un amplio abanico de ciudadanos ribereños que convergen en el Estrecho.
Este manifiesto ha sido confeccionado por ABDERRAHMAN EL ANJERI, director del Festival Entrerritmos de Larache; VÍCTOR MORALES LEZCANO, historiador, miembro de la Real Academia Española de la Historia; SAID EL GHAZI EL IMLAHI, doctor en Historia y Ciencias Políticas e investigador; JOSÉ SARRIA CUEVAS, poeta y secretario general Asociación Colegial de Escritores en Andalucía; MOHAMED CHOUIRDI BOUHARMA AKHRIF, hispanista; AZIZ KANJA, escritor e historiador; ABDELMUNIN EL AMRANI, periodista; IMAM LAJJAM, traductor e intérprete, y SERGIO BARCE, escritor, Premio Tres Culturas de Novela, y abogado.
A este manifiesto se han adherido expresamente otras 234 personalidades, artistas, intelectuales y miembros de la sociedad civil de ambas orillas.
José Antonio González Alcantud
ResponderEliminarEstimada amiga: buenismo que creo sólo beneficia a la perversa dictadura marroquí en su fase crítica actual. No cuenten conmigo, hasta que no se reconozcan los legítimos derechos saharauis. Saludos cordiales por lo demás.
Mucho le agradezco a la señora Julia Sáez-Angulo la publicación del Manifiesto, a favor del entendimiento hispano-marroquí. Lo he suscrito convencida, pero, por una generosidad ajena a mi voluntad, no figura adecuadamente mi perfil académico junto a mi firma; solo soy licenciada en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid.
ResponderEliminarSe me olvidó firmar el comentario sobre mi perfil. Muchas gracias y mucho ánimo a todos. Teresa Pereira Rodríguez.
ResponderEliminarPor ninguno de los 243 conductos que han firmado este manifiesto me ha llegado la opción de adherirme al mismo. Creo que la denuncia del clima malsano que se ha establecido entre nuestros dos países debe superarse y un documento como este puede contribuir a empezar a lograrlo. Es muy justo señalar la "preocupante escalada verbal" que hemos visto entre tertulianos en el país de las tertulias y en medios de comunicación y redes sociales del mismo, pero también igualmente en medios marroquíes, incluidos algunos oficialistas, que han difundido bulos de gran envergadura confundiendo a la opinión. La xenofobia ha campado por sus repetos en las dos orillas llegando hasta provocar una muerte racista en la región de Murcia. Me adhiero al espíritu del manifiesto de intelectuales y pienso que en paralelo debe activarse una actitud de autocrítica en cada una de nuestras dos sociedades que nos haga salir del estrecho nacionalismo que acostumbramos. Adhesión a ese espíritu de necesaria concordia que no nos debe impedir la lucidez para criticar los desvaríos de la política cuando se presenten. Desde 1978 he hecho mía una máxima que aprendí de Maati Jorio cuando era embajador de Marruecos en España: "Las críticas de los amigos son siempre bien recibidas".
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ResponderEliminarOctavio Uña
14:56 (hace 1 minuto)
para mí
Gracias,Julia.Me adhiero a ese manifiesto.Un abrazo.
Octavio Uña Juárez
Catedrático de Sociología
Catedrático de Filosofía
Muchísimas gracias por enviarme este manifiesto tan interesante sobre la situación en Marruecos…Me ha encantado y lo pasare a mis colegas historiadores. Victor Morales Lezcano fue profesor mío en la Universidad Autónoma hace bastantes años…Son Gente muy seria
ResponderEliminarMaría Hernandez-Sampelayo Matos
Profesor Ayudante Doctor
Facultad de C.C. Jurídicas y Sociales
Universidad Rey Juan Carlos
Madrid/ ESPAÑA
… Y porque si aún quedan retos-desencuentros en la política española-marroquí y prejuicios y percepciones negativas del imaginario sobre ambos países, empero, existen hechos, sobre todo culturales, que certifican que lo marroquí y lo español se entreteje, puesto que, desde siempre, intelectuales y escritores de nuestros dos pueblos han mantenido relaciones cordiales, y sus textos –traducidos en una y otra lengua– permanecen como legado importante en ambas Literaturas.
ResponderEliminarEn el incidente de la “isla Perejil”, fui recibida por Abdeslam Baraka –por entonces nuestro embajador marroquí en Madrid–: entrevista que dio lugar a mi creación, “Marruecos, un vecino al alcance de la mano”, que fue publicado.
Leonor MERINO
Dra. Universidad Autónoma de Madrid
Escritora-Poeta. Traductora
Dir.ª "Colección Poética Wallāda". Ed. Diwan
Moises Ponce De Leon Y Iglesias
ResponderEliminarBuenos días,
Con todos mis respetos su manifiesto
(Manifiesto de intelectuales ante la escalada España-Marruecos )
persigue lavarle la cara al régimen teocrático medieval; firmado por intelectuales compañeros de viaje del tal régimen, como el primero de los adherentes, prócer de la quinta columna marroquí en Francia... puro buenismo 'equidistante' y malsano...
¿Se imagina usted un manifiesto de 'intelectuales' que pasara por encima de las iniquidades del franquismo?
Respetuosamente
Moisés Ponce de León Iglesias
MCF
PS Me permito recomendarle, para su información, la lectura de un librito :
Moisés Ponce de León Iglesias
ResponderEliminarMCF
PS Me permito recomendarle, para su información, la lectura de un librito :
https://www.usc.gal/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/descargas/CESO-libro-Sahara-es-2.pdf
Tal como las conocemos, las relaciones entre los Estados, que no entre los pueblos al igual que la vida humana llevan implícitas un cociente de sufrimiento, de incomprensión y de absurdo existencial. Toda la historia está llena del tránsito fatal por determinadas crisis, en las que los pueblos pueden acrisolarse, pero que también pueden significar una serie de traumas nunca superados. El manifiesto de intelectuales está en la órbita de superarlos. Aspiro y deseo por una confraternización de los pueblos marroquí y español. La ausencia de prejuicios, la superación de traumas que hayan podido surgir en las relaciones inter-estatales puede aspirar a limpiar de obstáculos el camino, a fin de que los pueblos se encuentren entre sí en su transparencia de hermanos, sirviéndose mutuamente, como conviene entre los miembros de una misma familia. Este proyecto puede parecer utópico, y de hecho lo es. Pero la utopía pertenece a la realidad, porque ésta no se reduce a lo que es y puede ser medido, sino que incluye lo que en ella es posible y puede ser en el futuro. La utopía expresa todas las posibilidades de concreción de la realidad. Y como aún no han sido concretadas, convoca a nuevas realizaciones, a superar lo ya hecho y ensayado, hacia unas formas más plenas y humanizadoras. Hagamos realidad esa fraternidad hispano-marroquí.
ResponderEliminarF. Pastor, pensionista.