12.09.2021.- Madrid.-
Conocí a Joseph Borrell trabajando en el Gabinete de Prensa del Gabinete del Ministro de Fomento, en la Castellana.. Le conocí dando tres ruedas de prensa a lo largo de una misma jornada laboral. Transportes Terrestres, Conservación de Carreteras, y Medio Ambiente y Cambio Climático.
Con el suave acento un poco untuoso que le caracterizaba, nunca jamás vi a un ministro dar tres ruedas de prensa sobre temas tan distintos a lo largo del mismo día.
Borrell entonces empleaba sus horas libres en seguir estudiando cuanto se le pusiera a tiro, cursillos, convenciones, grupos de conocimiento, simposios... Formaba pareja con Cristina Narbona, quien ya como Ministra presentaría mi trilogía sobre el Cambio Climático.
Pero Borrell me fascinó siempre, desde el primer día, y me impresionó.
No era autoritario ni déspota como otros políticos, sino todo lo contrario; tampoco creído, sino sencillo y excepcional escuchador. Me daba la mano al final de las entrevistas, manos ligeramente húmedas, pero con esa sonrisa tan personal.
Borrell era un catalán venido a Madrid, enamorado del centralismo político nacional y enemigo acérrimo de las autonomías, disgregadoras de un país tan singular y problemático como el nuestro. Lo tenía claro.
Ahora, Ministro de Exteriores de la Comunidad Europea para España, tras la salida de los Estados Unidos de Afganistán; ha advertido como siempre el primero de un hecho importantísimo: Ausente ya los Estados Unidos de la protección del mundo libre y de la cultura occidental, se hace imprescindible, imperiosa y urgentemente, la creación de un ejército de los “Estado Unidos de Europa”, para su defensa y para el ataque. Para frenar al mundo árabe, a Al Qaeda, a los grupos y sectas internas enemigas precisamente de Al Qaeda y a la vez de Occidente, a los nuevos Osama Bin Laden que se están formando y están a punto de surgir y de liderar, a los terroristas que se están infiltrando entre los viajeros y turistas de los aviones que van y vienen.
La inteligencia USA fracasó estrepitosamente hace ahora mismo 20 años, y las Torres Gemelas fueron penetradas por dos aviones comerciales llenos de pasajeros y de queroseno; por unos radicales islamistas provistos de unos cortaúñas, y un príncipe hijo de un jeque millonario que veraneando en Marbella y en el Puerro Banús se había educado e instruido en universidades americanas e inglesas.
El presidente Jo Biden no quiere más féretros nutridos de marines ni más gastos militares defendiendo un pueblo traicionero e inútil como el afgano; “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. Por eso “Los Estados Unidos de Europa” tienen que saberse defender de forma autónoma; No más trenes de Atocha reventados.
Y Josep Borrell lo ha visto claro, hay que crear un ejército moderno y poderoso a toda prisa…, y si fuese preciso, con armamento nuclear mucho mejor. Nos jugamos el futuro. Nos jugamos la vida.
Germán Ubillos Orsolich
Me fío más de un Ejército de la OTAM que de uno europeo. Europa es demasiado tribal -como África- para que funcione bien.
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