lunes, 4 de octubre de 2021

“Autómatas: Técnica, arte, creatividad”, conferencia de Tomás Paredes en la programación de AMCA


Tomás Paredes Romero, crítico de arte


Julia Sáez-Angulo

4/10/2021.- Madrid.- “Autómatas: Técnica, arte, creatividad” ha sido el título de la  conferencia de Tomás Paredes en la programación llevada a cabo por la Asociación Madrileña de Críticos de Arte, AMCA, que tiene lugar en la Biblioteca Eugenio Trías del parque del Retiro de Madrid.

El conferenciante, critico de arte, presentado por Esther Plaza, presidenta de AMCA, hizo un recorrido por la historia de los autómatas, a los que describió como figuras mecánicas de movimiento espontáneo, salidos de manos de artistas que, con el tiempo, muchos de ellos han acabado arrumbados como archiperres.  A caballo entre la técnica, el arte y la creatividad, en suma, los autómatas los crean y los disfrutan las personas.

    ¿Ciencia, poesía, demencia, artesanía, arte?, se pregunta el conferenciante. "El hombre es un animal político, que convive y requiere para su desarrollo argumentar sus sensaciones y materializar sus necesidades espirituales y sus fantasías. Un autómata es un sueño articulado, que nos representa y determina las visiones que del hombre se tienen.  Es también la ambición casi déica de dar vida a objetos inanes. Los autómatas son muchas cosas en una: evidenciarlas, comentarlas, debatirlas, es un sano ejercicio para la mente y la imaginación".

Paredes recordó que el Ayuntamiento de Madrid cuenta con una orquesta de autómatas, que ha sido recientemente restaurada y se pondrá en breve a la vista de los ciudadanos.

Hizo un repaso de algunas referencias históricas de autómatas en Egipto o Etiopía, pero la verdadera cuna de los autómatas, señaló, se encuentra en la Grecia arcaica. La palabra autómatas viene del griego y de ahí pasó al latín y a nuestra lengua. Según la mitología clásica greco-romana, Dédalo, arquitecto y hábil constructor, autor del laberinto de Creta, hizo, entre otras obras las alas para volar de su hijo Ícaro. Talos era el gran gigante sujeto de tornillos, que recorría para vigilar la isla de Creta y, cuando divisaba un extranjero, entraba en el fuego se calentaba al rojo vivo y abrazaba al intruso. Habló de los inventos de Perdis o de la paloma mecánica voladora de unos 300 metros y de Andreida, la mujer mecánica, también referencias del pasado.

Los romanos fueron menos referentes de los autómatas, a los que consideraban simples fetiches o juguetes privados de los ricos. 

De Al Ándalus se conocen algunos autómatas del tiempo de los Omeyas y Tomás Paredes citó algunos autores, poetas de la escuela hebraica hispana, como Solomo Ibn Gabirol (1021-1058), que se construyó una ingeniosa muñeca de tamaño natural.

  De Francia citó el autómata león de oro que Giuliano de Medicis regaló a Francisco I en su coronación en 1515. También de finales del XVI figura el célebre Golem, construido por el rabino de Praga, Judá Loew (1520-1609), que vigilaba la sinagoga y el gueto judío de la ciudad.

Entre los muchos ejemplos históricos de autómatas, recordó a Juanelo Turriano (1500-1585), que trabajo para Carlos V y construyó ingenios para subir el agua del Tajo a Toledo y el célebre Hombre de Palo que recogía la comida y las limosnas para su inventor en la ciudad imperial.

René Descartes (1556-1650), cuando se retiró a Holanda, también fue constructor de una muñeca autómata, que representaba a su hija muerta a los cinco años. O Jacques de Besançon (activo entre 1480 y 1500), creador de un pastor tamaño natural que tocaba la flauta o un pato que graznaba, comía grano, digería y defecaba.

En el siglo XVIII fueron numerosos los ingenios autómatas creados, entre ellos jugadores de ajedrez.

Oscar Kokoschka (1886-1980) 19fue célebre pintor austríaco, y mando construir una muñeca que representaba a la pianista Alma Mahler, cuando ésta le abandonó. Muchas de estas muñecas de tamaño natural del pasado fueron considerada escabrosas.

Paredes citó también en su conferencia al singular poeta uruguayo Felisberto Hernández (1902-1964), que hace hablar a los objetos en su obra. Recordó el célebre maniquí “Cinthia”, que se construyó y exhibió para los grandes almacenes de la Quinta Avenida de Nueva York en el XX; de “Gineida” en “La Eva futura”, del francés Villiers de l´Isle-Adam; de la “mujer de cera” con la que hablaba Ramón Gómez de la Serna; los maniquíes de Celedonio Perellón en su estudio…

Para terminar el conferenciante se dirigió a los críticos de arte, en su mayoría asistentes al acto, a los que recordó que, “en una época narcisista, su misión era reconocer el talento de otro: el artista”.

Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/2021/07/el-supuesto-hombre-de-palo-del-inventor.html


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