Julia Sáez-Angulo
7/10/2021.- Marta Diumenjó atrapó la filosofía del pop, arte visual, visible y “sonoro” por excelencia y lo lleva a la figura humana, a sus retratos muy aceptados, a las bicis, objetos, papeles, etiquetas, códigos de barras… La publicidad no andaba lejos. El color nacarado, más que explosivo, de la obra da calor a su dibujo potente y certero. Los ecos de Alex Katz se dejan sentir.
La pintora, madrileña y residente en Madrid, expuso en la Universidad de Alcalá, al tiempo que publicó un libro/catálogo bajo el título “La pintura de Marta Diumenjó”. Ella estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense y trabajó durante diez años en el mundo de la publicidad, para dar paso a continuación, sin ningún género de dudas a la pintura y solo la pintura.
Son muchos los retratos que le encargan por su buen resultado visual y efectista. Atrapa la mirada porque sabe elegir el fondo, la pose, el ornamento o más bien la falta de ornamento. Sus figuras humanas, sus retratos con plena sonrisa -el peligro son los dientes para muchos retratistas- contagia buen humor.
La historiadora de Arte María José Arnaiz escribe en el catálogo: “Marta Diumenjó surge desde el mundo de la publicidad. Y en este punto debemos recordar a aquellos pintores que iniciaron la renovación de la modernidad, allá por el final del siglo XIX, que acomodaron su pintura a los nuevos lenguajes y posibilidades de su época, diseñando carteles y pintura de impacto. El viaje que ellos iniciaron y que ha tenido interesantes aportaciones para la Historia del Arte con la incorporación del cómic, el anuncio y la marca publicitaria, es de ida y vuelta”.
“La obra de Marta Diumenjó utiliza ese lenguaje expresivo para derivarlo hacia una interiorización, el detallismo de lo concreto y lo íntimo y personal. El valor de lo minúsculo, la representación de lo cotidiano y el protagonismo de los objetos recuperados del anonimato nos sitúan, junto a un poderoso cambio de escala y a una explosión de color, plenamente en nuestra época”.
Los personajes históricos lucen en su paleta, como la Princesa de Éboli, con su parche ocular, o José Luis de Villalonga con el puro en la mano, o las diversas maternidades de un presente y una modernidad pasmosa.
Arnau Puig, filósofo y critico de arte, también aporta un ensayo en el catálogo de Diumenjó y recuerda que “los artistas del pop-art se dieron cuenta de que las formas adscritas a un logo, son también autonomías que se rigen según propias rigurosidades formales, al margen de su causa”.
¡Fantástica Marta Diumenyo!
ResponderEliminarEres fantásticas con tus cuadros!!!
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