L.M.A.
13.04.2022.- María José Bro (Madrid, 1966) es una relevante figura dentro de la plástica de Castilla La Mancha. Licenciada en Bellas Artes en la especialidad de grabado calcográfico y pintura por la Universidad Complutense de Madrid, tiene inscrita su tesis bajo el título Andrés Cillero y el rigor de su plástica femenina.
A lo largo de su carrera su trabajo ha ido evolucionando plásticamente desde una abstracción gestual hasta una pintura matérica de carácter naturalista en la que se pueden distinguir los delicados paisajes que han marcado su infancia y adolescencia. En sus piezas, en las que investiga en torno a la naturaleza y el retrato, todos los elementos plásticos se encuentran perfectamente equilibrados generando un sinfín de matices que despiertan los sentimientos más profundos del espectador.
Dentro de su quehacer sobresale también el interesante conjunto de relatos que ha escrito desde la época universitaria hasta la actualidad. En ellos reflexiona sobre el papel que juegan el arte y la pintura en su vida y nos desvela cuáles han sido las diferentes fuentes de inspiración que han motivado su obra.
Desde los años ochenta, sus cuadros han formado parte de muestras en numerosos espacios expositivos entre los que destacan, la Biblioteca Nacional, el Ateneo de Madrid, la Fundación Cuixart de Barcelona, la Casa de la Cultura de Alcalá de Henares y la Sala Casa de Vacas del Parque del Retiro. Además, su labor ha sido reconocida en certámenes de pintura de diversas localidades manchegas.
Actualmente compagina la creación artística con la divulgación cultural en la radio, la prensa y las redes sociales. Asimismo, ejerce como comisaria de exposiciones, forma parte del grupo Pro Arte y Cultura y es Vicepresidenta de la Asociación Cultural Contemporánea Aires Manchegos (ACCAM) cuyo objetivo es impulsar y dar a conocer la producción de artistas de esta región.
PRESENTACIÓN
Como reflejó María José Bro en su cuaderno de apuntes " Ese arte que digo que llevo dentro" (1991) Entre la naturaleza y nosotros (...) viene a interponerse un velo que es muy tupido para el común de los mortales, y casi transparente para el artista, el poeta y el músico.
La mirada del pintor no se detiene nunca. Permanentemente expuesta a los estímulos del mundo exterior encuentra la inspiración en lo más extraordinario o en aquello más insignificante.
Así, la continua contemplación de la naturaleza y el entorno ha vertebrado la producción de Bro, cuyos paisajes sin anécdota, como los denominó Modest Cuixart (1925-2007), uno de sus grandes maestros, brindan la oportunidad de bucear en un horizonte infinito que trasciende los límites de lo puramente tangible.
Este sugestivo horizonte alude a la eterna línea que define el paisaje manchego, tan presente en los recuerdos de la autora. A lo largo de los años este simbólico escenario ha generado un profundo poso que emerge incansablemente y de manera inconsciente cada vez que se enfrenta al lienzo en blanco.
De este modo, desde la década de los noventa hasta la actualidad la representación de la línea que separa el cielo y la tierra ha llevado a la artista a transitar por diversos lenguajes plásticos que van desde una potente abstracción expresionista, construida a base de fuertes pinceladas de color, como evidencian los cuadros Propuesta Creadora y Poesía Abandonada, hasta una sosegada pintura naturalista que, mediante la recreación figurativa del entorno, incita a la evasión y a la reflexión.
La muestra invita al espectador a adentrarse en un viaje infinito por estos horizontes que han determinado la existencia de María José Bro. Dichas panorámicas han dejado una profunda huella en su memoria, marcando involuntariamente su creación y resultando un conjunto de extraordinarios lienzos colmados de matices, materia y color.
Elena Yélamos
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