domingo, 12 de junio de 2022

OCTAVIO UÑA JUAREZ. Lectura poética en la Biblioteca Elena Fortún de Madrid

Octavio Uña Juarez, poeta


L.M.A.

12/6/22.- Madrid.- El escritor de Sociología Octavio Uña Juárez (Zamora, 1945) ha llevado a cabo una lectura poética en la Biblioteca “Elena Fortún” de Madrid y en el acto intervinieron Pepa Nieto y el profesor de la UNED Antonio Domínguez Rey, quien hizo la presentación y elogio del poeta:

    “El escritor es un ingeniero de las almas, dijo Stalin, y recordaba Pierre Emmanuel en 1967. El líder soviético quiso subsumir ese ingenio en “la fuerza vital colectiva” para transformar en “mundo nuevo” el orbe cósmico y liberar al hombre sometiéndolo a la esclavitud “de las formidables energías que necesita la especie humana”. En efecto, el poeta, añade Emmanuel, ha creado el primero un espacio que no conoce enteramente y que será descubierto y redescubierto indefinidamente, según sus vías interiores, por quienes quieran leerlo atentamente. Esa revelación es interior (Le monde est intérieur) al tiempo que externa, síntesis de “lo íntimo y común”, propone el físico atómico Oppenheimer como isoforma del conocimiento creador en búsqueda de la verdad. Un proyecto muy distinto, da a entender Emmanuel, del centrado en la “tiranía absoluta” de las fuerzas cósmicas concertadas con la política como redención expansiva del hombre.

Objeto-sujeto: situación, emplazamiento; circunstancia, paisaje, vida. Relación iterada entre el medio y las vías internas que crean un espacio interior: el de la poesía. Y por ello, también tensión inevitable.

Al dominio de lo real pertenecen para Octavio Uña la historia, la cultura, el saber humanista, la glorificación del conocimiento acumulado por siglos en las obras humanas. Y su poesía rezuma este saber vivencial (una forma de Lebenswelt) experimentado en el trasiego de la realidad inmediata de las cosas y el valor creativo de las ideas, desde los útiles cotidianos, domésticos, a las estatuas del pensamiento e historia: “Que este duelo de ideas contra cosas,/ que esta riña de noches contra miedos/ tengan hora final”. 

Iluminaria, título de la obra poética conjunta de Octavio Uña, recoge diez libros (Poesía reunida 1976-2017, Sial, Madrid) publicados hasta la segunda fecha indicada. Auroras homéricas y piélagos tremendos de Homero, calmas mieses marinas de Virgilio, arquitectura métrica de Horacio, sueño ideal de Cervantes (Don Quijote), León Felipe (andante, romero), Machado con sus llanuras, fuentes y cantos tan internos como colectivos, Unamuno concentrado, rescoldo de la escuela de Salamanca (Fray Luis, Arias Montano, humanistas), pero también la canción popular, el romance: “Puedan poblar la noche altas estrellas,/ pueda el día lucir sin tanto polvo,/ paren aspas y afán blancos molinos,/ si gigantes o dioses encantados”  (De Puerta de salvación 2011).


De estampas calificó Luis Alberto de Cuenca algunos de estos poemas. Y podemos añadir, de otros: viñetas, emblemas, ojos del paisaje (llanura, mar, bóveda celeste, el ojo que ve y es visto, recíproco (el verbo interno -verbum mentis-, desde san Agustín, en cuya fuente bebió Octavio Uña, a Ortega y Gasset. Templos, pedestales, retablos, lugares históricos, anclaje cultural de la civilización: abertura de la expresión a la efervescencia de la vida como manifestación de la presencia creadora y “contra el tiempo”, es decir, en permanencia. Románico y ojival, gótico, neoclásico, pero también romántico y modernista. Geografía lírica, de Toro a Auckland, de Finisterre a Bizancio, o de Funchal a Méjico, etc.

Dúctil el endecasílabo, lo encabalga a veces con heptasílabos y pentasílabos, en ritmo estrófico quebrado, usual en la poesía de postguerra, al que acompaña una apelación constante al lector, como viajero, acompañante de camino, señor noble, a la usanza renacentista, o contertulio de la historia presente en el espejo del pasado, Don Quijote y Unamuno especialmente. “Naves trajeron contra el sueño al alba/ tu antiquísimo nombre y en la tarde/ con el viento tu voz/ por islares y sirtes./ Como hundido clamor, rotos cantares,/ tu mirada fugaz, lenta tu pena” (de Cierta es la tarde, 2010).

Se une a esto un horizonte indeterminado con logro rítmico que salpica de vez en cuando la reflexión sociolírica, latente, en fusión de pasado y presente, de vivencias actuales, peregrinas, como el canto de su ilustre paisano León Felipe.  Una mirada “pentélica”, desde lo alto de la montaña griega, el Monte Pentélico de la clásica Atenas nororiental y el resplandor de su mármol blanco, el penteliké mármaros o marmor pentelicum, cuya pirita lo dora y cuyo corte limpio favorece los ajustes de los bloques y el labrado de las aristas, como en el Partenón o el Arco de Adriano, tanto el de Atenas como el de Gerasa, en Jordania. Adriano admiraba la cultura helénica y Octavio Uña, de nombre también clásico, entresaca del fondo común de la lengua adjetivos, léxico vivificador de las raíces clásicas que fecundan aún la nuestra. Y otras vece dimana el verso con esperanza infinita: “Quizá en el alba no levante el día/ y solo, a tientas y en camino incierto,/ ¿Qué mirarán tus ojos, qué destino/ tus manos?/ Mas quedará la mar:/ la sal, el son, la espuma/ serán tu eternidad y compañía./ La azul eternidad e isla olivina” (de Puerta de salvación, 2011).”

    Octavio Uña ha firmado ejemplares de sus obras en la actual Feria del Libro 2022.

Más información

https://profesoroctaviounajuarez.com/

https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Octavio+U%C3%B1a

Octavio Uña, escritor

Octavio Uña y Julia Sáez-Angulo, escritores

4 comentarios:


  1. ANTONIO DOMINGUEZ REY
    11:46 (hace 10 horas)
    para mí

    Parece inicialmente, Julia, pero no, pues se resalta el contraste ente la pretensión de absoluto dominando las conciencias en nombre de las fuerzas cósmicas (arte, ciencia: espíritu), de la colectividad socio-política, y la libertad creadora de la ciencia (Oppenheimer) y la poesía; en ese caso, el ejemplo de Octavio Uña y su abertura de infinito (llanura mesetaria, marina), hermeneusis poética de la historia, etc. Octavio tiene cinco licenciaturas, casi todo el abanico de Humanidades. Además, es contraste que vivimos actualmente y que pocos advierten. Stalin estaba obsesionado con la "fuerza" (influencia) de los escritores, que en Rusia era enorme.
    Antonio.

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  2. es marxista y lo tiene como algo deslumbrante y es una incapacidad para juzgar y razonar. Gracias, en todo caso

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  3. Para entender la obsesión de Stalin por los escritores y poetas rusos recomiendo leer a la poeta Ana Ajmatova,ella vivió esa época en Rusia y lo cuenta en Requiem y otros poemas.y vamos...no quedo un poeta vivo..

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