viernes, 1 de julio de 2022

"Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7,20) Homilía de Mons. Damian Bryl en Wrocław (Polonia), en la santa Misa de la ceremonia del doctorado Honoris Causa a Mons. Fernando Ocáriz


Monseñor Ocáriz (dcha.) y mons. Damian Bryl en Wrocław


L.M.A.

        01.07.2022.- Mons. Fernando Ocáriz recibió el doctorado Honoris Causa de la Facultad Pontificia de Teología de Breslavia (Papieski Wydział Teologiczny we Wrocławiu). El acto tuvo lugar el pasado 26 de junio. 

        Desde hace varios días estamos leyendo y reflexionando en la liturgia de la Iglesia sobre el Sermón de la Montaña, la constitución del Reino de Dios. Entre los muchos temas que allí se abordan hoy, escuchamos una llamada al discernimiento, a reflexionar sobre las actitudes y las palabras, especialmente de quienes actúan como profetas (cf. Mt 7,15-20). Para Cristo, el criterio fundamental de su veracidad son sus frutos. "Por sus frutos los conoceréis". (Mt 7,20).

Acción de gracias y ofrenda

Hoy nos reunimos, en la Catedral de Wrocław, para dar gracias a Dios por los buenos frutos de la vida y el ministerio de Monseñor Fernando Ocáriz.

En el contexto de la Palabra, que nos invita a discernir y percibir los frutos, queremos sacar estos buenos frutos para disfrutarlos juntos, pero sobre todo para alabar al Buen Dios, que es siempre la primera fuente de todo bien. 

Queremos ver todo lo que Nuestro Señor está haciendo a través de la vida y de la obra del Prelado, gracias a su corazón abierto, a su inteligencia eficaz y a su espíritu de servicio.

Hoy queremos recordar y dar gracias mediante el sacrificio de Cristo por el trabajo del Prelado a favor de los más cercanos esto es de la Prelatura del Opus Dei, especialmente como Vicario General de la Prelatura, luego Vicario Auxiliar, y finalmente, desde 2017, como Prelado del Opus Dei.

En el contexto de la ceremonia de investidura del doctorado honoris causa de hoy, queremos incluir en el sacrificio de Jesucristo la labor académica del Profesor, especialmente su trabajo como profesor de teología fundamental y dogmática en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, pero también su servicio a los Papas y a los organismos de la Santa Sede: Congregación para la Doctrina de la Fe (desde 1986), Congregación para el Clero (desde 2003) y Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización (desde 2011).

Para dar buenos frutos

Recordando la vida entregada y la profunda reflexión del Prelado Profesor, queremos preguntarnos, ¿cuándo una persona da buenos frutos? 

1. La persona de Jesucristo

En el centro de nuestra fe está la persona de Jesucristo, el Hijo de Dios, que se hizo hombre para nuestra salvación. La cristología, es decir, la reflexión científica sobre el misterio de Cristo y su obra de redención y salvación, es el centro de los intereses teológicos del profesor Ocáriz. 

Sin embargo, cabe destacar que en muchos de los escritos pastorales del Profesor podemos descubrir a la persona de Jesucristo, no como un objeto de estudio, sino como una Persona a la que reconoce como el único Dios, a la que entrega todos sus talentos.

La auténtica teología exige siempre la cristología como punto de partida y referencia constante. No hay auténtica teología sin un conocimiento adecuado de la cristología, ya que Jesucristo es la última palabra pronunciada sobre el hombre y sobre toda realidad, es la "última palabra de la creación", la "última palabra de la revelación" y, finalmente, la "última palabra de la historia".

Una aproximación a la teología en clave de cristocentrismo radical, como podría denominarse la propuesta por el Prof. Ocáriz, parece a primera vista natural y casi necesaria, pero en su caso encontró una seria justificación, abierta al mismo tiempo a la aplicación existencial, espiritual y eclesial (cf. la reseña de los logros científicos del Prof. Fernando Ocáriz por el Prof. J. Królikowski).

2. Filiación divina

El hombre, al aceptar a Cristo y su gracia, recibe la dignidad de la filiación divina, es introducido en la vida trinitaria de Dios, participa en la comunidad de vida y de amor con las Personas divinas. Para el profesor, la filiación divina no sólo es una cuestión teológica clave sino también formativa, ya que es la plena trascendencia del hombre y la cima de su desarrollo personal.

Se puede decir que el concepto de participación extraído de la teología de Santo Tomás de Aquino es una categoría fundamental de la teología del profesor Ocáriz. Considera que la participación es la categoría que mejor corresponde a la noción paulina de filiación de Dios, lo que permite dar un carácter existencial y espiritual a la teología, así como formar actitudes espirituales y un estilo de compromiso apostólico adecuados. 

En estas investigaciones, el Padre Profesor continúa, desarrolla, profundiza teológicamente, pero también propaga las ideas muy cercanas al fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá.

3 La Iglesia 

Una extensión natural de la cristología del Profesor es la eclesiología mostrando la presencia de Jesucristo en su Iglesia. La reflexión dogmática y apologética profunda sobre el misterio de la Iglesia no sólo procede de un estudio sólido, sino también del amor a la Iglesia, de la identificación profunda con ella y de la dedicación plena a su misión.

El profesor Ocáriz, en su trabajo teológico y en su actitud como estudioso de la Iglesia, muestra claramente que es un hombre de Iglesia, que sirve a la Iglesia, que presenta su enseñanza y, si es necesario, la defiende. Una característica especial es el vínculo con el Santo Padre y el Magisterio de la Iglesia, especialmente con la enseñanza del Concilio Vaticano II. 

También aquí se muestra la especial relación con el Fundador del Opus Dei, que escribió: "Cooperando en esta expansión por todo el mundo, llevad al Papa los últimos confines de la tierra, para que el mundo entero sea un solo redil y un solo pastor: ¡un solo apostolado!" (Forja, 638)

4 Diálogo con el mundo 

En estos tiempos de confusión y de cumplimiento de las palabras evangélicas sobre los falsos profetas, agradecemos especialmente al Prof. Ocáriz su enseñanza: sólida, evangélica, firmemente enraizada en la tradición y, al mismo tiempo, asumiendo con valentía los desafíos contemporáneos. 

En su investigación teológica, Ocáriz reflexionó sobre muchas corrientes de pensamiento e ideologías contemporáneas e históricas: el pensamiento ilustrado, el pensamiento marxista, el modernismo, el fundamentalismo, la revolución y otras.

Podemos decir que nuestro Doctor Honorario conoce profundamente el espíritu de los tiempos en que vive la Iglesia contemporánea. Sin embargo, al tratar estos temas no pretende tanto presentar una crítica de los mismos, sino que intenta encontrar una respuesta a la pregunta de qué es lo que fascina a la gente en estas diversas propuestas y, al mismo tiempo, trata de identificar si no hay alguna apertura a la fe cristiana escondida en estas fascinaciones, si no hay algún "hueco" a la espera del Evangelio. Se podría decir que su objetivo es dar una respuesta a la pregunta de si Jesucristo, que es la plenitud y la última palabra pronunciada sobre el hombre, no es en cierto modo la respuesta a estas búsquedas ideológicas (véase la reseña de los logros científicos del Prof. Fernando Ocáriz por el Prof. J. Królikowski).

La reflexión teológica del Profesor entra en el fondo de las cosas. No es sólo una descripción de la realidad, sino descubrir la verdad y el sentido de la realidad a la luz de la Palabra de Dios. Su teología está marcada por el pensamiento metafísico. Lleva al lector o al oyente a encontrar respuestas a las preguntas últimas y más profundas del hombre contemporáneo. Este estilo de hacer teología es cercano a la vida y ayuda al hombre a encontrar el sentido de esta vida.

5 Vocación 

Cuando con espíritu de fe miramos al hombre, a su trabajo, a su compromiso, a su servicio, nuestro pensamiento se dirige al don de Dios, a la “gratitud donada”, a la vocación. 

"Entre las vocaciones suscitadas por el Espíritu en la Iglesia, destaca la de teólogo, cuya tarea particular es adquirir, en relación con el Magisterio, una comprensión cada vez más profunda de la Palabra de Dios contenida en las Escrituras inspiradas y transmitida a través de la Tradición viva de la Iglesia. (...) La teología, como ciencia que, respondiendo a la llamada de la verdad, busca la comprensión de la fe, ayuda al Pueblo de Dios a justificar la esperanza ante todos los que la reclaman, según el mandato apostólico (cf. 1 Pedro 3,15)". (San Juan Pablo II, Instrucción sobre la vocación del teólogo en la Iglesia, nº 6).

En esta solemne Eucaristía, damos gracias a Dios Padre, dador de toda vocación, por su don, que en la vida del Prelado da hermosos frutos.

6 Coherencia de vida

La teología no es una ciencia que nazca sólo en un escritorio y en una biblioteca, sino que nace ante todo de una relación viva con Cristo y de una participación comprometida en la vida de la Iglesia. Leyendo los escritos del Padre Profesor descubrimos a un teólogo que une el estudio científico de la teología con la meditación de los misterios de Dios. 

El Profesor quiere conocer no sólo con la mente sino también con el corazón el misterio de Dios revelado en Jesucristo. Al describir los frutos de sus investigaciones científicas, nos introduce en el misterio que contempla al mismo tiempo, que modela profundamente su corazón y que luego proclama y explica con audacia. Así podemos decir de la dimensión contemplativa de la teología de nuestro Doctor Honoris Causa, y al mismo tiempo de su profundo aspecto pastoral.

La actitud del profesor Ocáriz responde al fuerte desafío planteado por san Juan Pablo II, que escribió a los teólogos: "Puesto que el objeto de la teología es la Verdad, el Dios vivo y su plan de salvación revelado en Jesucristo, el teólogo -en virtud de su vocación- debe vivir una vida de intensa fe y combinar siempre la investigación científica con la oración. Esto le permitirá desarrollar una mayor sensibilidad al "sentido sobrenatural de la fe" del que todo depende y en el que encontrará una regla infalible para guiar su reflexión y un criterio para evaluar la corrección de sus resultados" (Juan Pablo II, Instrucción sobre la vocación del teólogo en la Iglesia, nº 8). 

La plena realización de la vocación del teólogo es un importante servicio a la comunidad de la Iglesia. "Recordando siempre que él mismo es también un miembro del Pueblo de Dios, el teólogo debe respetarles y esforzarse por darles una enseñanza que no viole en absoluto la doctrina de la fe. La libertad propia de la investigación teológica se realiza dentro de la fe de la Iglesia" (Juan Pablo II, Instrucción sobre la vocación del teólogo en la Iglesia, nº 11).

Otra característica especial del profesor Ocáriz como sacerdote, teólogo y superior es su profundo arraigo en su comunidad eclesial, que es la prelatura del Opus Dei y su fundador, San Josemaría Escrivá. Tanto en sus cartas pastorales como en su obra científica vuelve constantemente a su pensamiento y espíritu. Este enfoque está en consonancia con la convicción eclesiástica de que la fecundidad espiritual de una institución está relacionada con la fidelidad al carisma transmitido a su fundador (véase la reseña de la producción científica del P. Fernando Ocáriz por el Prof. J. Królikowski).

***

En esta Eucaristía, en la acción de gracias que Jesucristo ofrece al Padre, incluimos la persona del Prelado y todo lo que el Buen Dios ha hecho y hace a través de él en la vida de la Prelatura, del mundo académico y de la Iglesia universal.

Pedimos hoy a Dios que la fuerza que brota de la Eucaristía acompañe al Prelado en todas las situaciones, intenciones y cosas por venir.

Que esta experiencia de comunión y cercanía con Cristo eucarístico, y de comunión y cercanía con los hermanos en la fe, sea para vosotros fuente de alegría, paz y esperanza.


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