Julia Sáez-Angulo
Fotos recientes: Mercedes Marcos
12/08/22.- El Escorial.- Toda Guerra Civil es la visita de Saturno para devorar a sus hijos. La Guerra Civil Española de 1936-39, GCE, no es una excepción sino la corroboración más explícita del aserto. Todos los veranos, el 11 de agosto escucho en la sólida y hermosa iglesia de San Bernabé, edificada por Francisco de Mora en 1595 el recuerdo emocionado de la saca de tres sacerdotes de aquel hermoso templo, para llevarlos con violencia al denominado la Piedra del Mochuelo, en la carretera de Valladolid, para fusilarlos, junto al padre Teófilo Benjamín Fernández de Legaria Goñi (Torralba del Río. Navarra, 1898-El Escorial, 1936), del convento de los Sagrados Corazones, que fue también fusilado, en su caso por la espalda, mientras se dirigía al paredón.
Sus nombres resonaron de nuevo en la iglesia de san Bernabé: Víctor Navalpotro Hernando (Soria, 1880-El Escorial, 1936) era el párroco; Antolín Rodríguez de Palacio (Truchillas. León, 1913-El Escorial, 1936 y Arecio Mendoza García, ex-coadjutor, adscritos por el Obispado a la parroquia de San Bernabé. Los tres están enterrados en el cementerio de El Escorial.
Don Teófilo, corazonista, había creado en su convento un Hospital de Sangre en favor de todos. Los primeros son siervos de Dios, camino de su canonización, y el padre Teófilo, ya es considerado canónicamente como Beato. Lo mandó matar un miliciano al que el corazonista había favorecido en varias ocasiones.
En paralelo fueron asesinados en Paracuellos del Jarama 73 religiosos por milicianos del Frente Popular, 63 de esos religiosos procedían del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial en los días 28 y 30 de noviembre de 1936, entre ellos el padre Julián Zarco, académico de la Historia y bibliotecario de la Real Biblioteca. Los primeros años de la GCE fueron brutales en el frente y en la retaguardia.
RELATO POR PRIMERA VEZ
Pese a llevar varias décadas veraneando en El Escorial y escuchar emocionada, cada año, el relato de estas muertes en la iglesia de San Bernabé (es de justicia que una parroquia recuerde el aniversario de su párroco y otros dos curas inocentes asesinados), va a ser la primera vez que yo escriba una crónica sobre la conmemoración de aquellos sucesos. Quizás, en años anteriores, me influyó el espíritu conciliador de la Transición Política de los 80: "olvidar y perdonar; perdonar y olvidar"; no lo consideré políticamente correcto o fui cómoda o cobarde por ello, pero en estos tiempos de memoria histórica y memoria democrática, he pensado que ya es hora de hacerlo. La verdad es un tigre que salta con sus garras o repitamos el tópico: la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero.
Recordemos que en la Guerra Civil Española se asesinaron nada menos que doce obispos, por simple y pura cristianofobia, anticlericalismo o eclesiofobia de los come-curas, que ya venía de atrás, en tiempos de la II República y que estalló, sin que el poder republicano lo impidiera. En ninguna guerra, en ningún otro país del mundo se ha dado tal “cosecha de muerte” en obispos. Las cifras aceptadas de esa cristianofobia que llevaba directamente a la muerte en la retaguardia durante la GCE son: 12 obispos, 4.184 sacerdotes seculares, 2.365 religiosos y 283 religiosas, con un total de 6.832 víctimas a las que hay que añadir más de tres mil seglares que padecieron por la misma causa: ser cristianos y no renegar de ello.
Una eclesiofobia insuflada principalmente por el marxismo leninismo, que insuflaba buena parte de la izquierda española de la II República Española. "España ha dejado de ser católica", afirmó el presidente Manuel Azaña, con una inoportunidad manifiesta.
El párroco actual de la iglesia de San Bernabé, don Florentino de Andrés Jalvo nos hizo a los presentes un recordatorio puntual de los hechos: los milicianos, primero detuvieron a los tres sacerdotes el 21 de julio de 1936 y los tuvieron encerrados en la iglesia en condiciones infrahumanas hasta las 22 horas del 11 de agosto de ese mismo año, cuando los sacaron y llevaron, como corderos inocentes, al matadero de la Piedra del Mochuelo, a tres km de El Escorial, en la carretera hacia Valdemorillo. Al día siguiente, 12 de agosto, se encontraron allí sus cadáveres. Al terminar el relato, el párroco de hoy rezó por ellos y por sus verdugos y nos recordó igualmente las palabras del Padre Nuestro enseñado por Cristo a sus seguidores en el Evangelio: Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Todos lo escuchamos con respeto y en silencio.
En la canonización en Tarragona, el 13 de octubre 2013, de 522 mártires de la Iglesia en la zona republicana durante la GCE, el cardenal Angelo Amato, enviado por el Papa Francisco, afirmó que “los clérigos asesinados fueron víctimas de “una radical persecución religiosa que se proponía el exterminio programado de la Iglesia”. A las cosas hay que llamarlas por su nombre. La revolución soviética había puesto su caldo de cultivo, con el aserto de Marx de que "la religión es el opio del pueblo". Representantes de Rusia, asesoraban desde los hoteles Gaylord´s y Lux en Madrid.
“Turba sin Dios”, cuadro de 1934 por Soria Aedo
Como crítica de arte, he recordado un célebre cuadro titulado “Turba sin Dios” (1934) del artista Francisco Soria Aedo, pintado en plena II República, ¡antes de la GCE!, que da cuenta de esa cristianofobia existente, un cuadro, en la línea de los Disparates de Goya, comprometido y “exiliado”, hoy en poder de su nieto el pintor Alejandro Aguilar Soria. Un cuadro "políticamente incorrecto"
“Turba sin Dios" es una pintura al óleo de gran formato (230 x 300 cm) que representa la destrucción con saña de un gran Cristo crucificado por una turba de hombres y mujeres enfebrecidos y alocados por el odio a juzgar por sus miradas, que llevan en sus manos todos los elementos para su destrucción: una soga en el cuello del crucificado para tirar de ella y degollar la imagen, una gran piedra para destrozar el cuerpo, una tea de fuego para la quema de la iglesia y la estatua y unas tenazas para destruirlo. Uno de los agresores, con una venda en la frente, viste ornamentos sagrados expoliados con mofa y escarnio y aparece en el ángulo lateral izquierdo de la escena representada. Nada menos que once figuras, cinco a un lado y seis al otro del cuadro, que rodean al Cristo como duodécima figura de la composición”, describía la crítico de arte Elisa Sáez en una ponencia del Congreso sobre Arte Político, organizado por AECA, la Asociación Española de Críticos de Arte, en el Museo Reina Sofía en 2015.
El escritor republicano Arturo Barea lamenta estos hechos de odio, fuego y barbarie en las iglesias madrileñas, en su trilogía “La forja de un rebelde”. El "no es eso, no es eso" dicho por Ortega y Gasset al ver aquellos desmanes.
Los hechos son los hechos comprobados ante la Historia y la memoria de cada cual es siempre subjetiva e interpretadora. Siempre duele más lo propio que lo ajeno, esto no hay quien lo dude. El recuerdo y la honra a los propios, muertos de manera violenta, forma parte de la piedad en la antropología humana. Cada nación, cada grupo, canta o llora sus gestas y sufrimiento. Cada familia llora y recuerda a los suyos. Es la intrahistoria de la que hablaba Miguel de Unamuno, más real y dolorosa, que la historia oficial y el relato móvil y amañado de los políticos, siempre sesgados hacia sus intereses de parte. Astutos rastreadores de votos, que llegan para sembrar la discordia.
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/2015/11/turba-sin-dios-1934-oleo-de-alejandro.html
https://elpais.com/diario/2003/12/07/domingo/1070772758_850215.html
"Turba sin Dios" (1934), o/l del pintor Francisco Soria Aedo
Antolín Rodríguez de Palacio (1913-1936) coadjutor de San Bernabé. El Escorial
Padre Teófilo B. Fernández de Legaria (Navarra, 1898-El Escorial, 1936)
Magnifico relato, valiente y justo. Mi aplauso y reconociemiento. Germán Ubillos.
ResponderEliminarLa tragedia que habría que superar.
ResponderEliminarMuy bien, Julia. En estos tiempos donde la memoria histérica solo viene de un lado. Aquellos barros trajeron luego los lodos de las depuraciones, etc. después de la Guerra INCIVIL. La transición pretendió reconciliar.... pero estos descerebrados que nos dirigen (es un decir) quieren seguir echando barro sobre la tragedia. Un artículo, crónica como esta, merece su lugar. Yo podría contar la historia del alcalde y su hermano párroco, originarios de Jumilla, este último ya beatificado, que solo se dedicaron a hacer el bien y que fueron sacados y fusilados por milicianos una noche oscura y sin piedad. En fin, es cierto que hubo episodios terribles como el de las 13 rosas, que fue un escarmiento con chicas elegidas al azar por unos indeseables con decisión sobre cuerpos y almas, ebrios de poder... y, al parecer, de otras cosas. De los dos lados hubo terribles represalias. Nos debería dar vergüenza como seres humanos lo que ocurrió. Y lo terrible es que nuestros dirigentes (ninguno vivió aquellos tiempos) y las juventudes adoctrinadas hagan bandera solo de un lado. Un saludo y gracias por seguir dando ejemplo y testimonio literario y vital de la Literatura, el Arte, el pensamiento y la vida, claro.
EMILIO
ResponderEliminarJUSTICIA PARA TODOS... PERO NO VOLVER A SEMBRAR EL ODIO QUE LLEVO AL DESASTRE A NUESTRO PAÍS. ES DIFÍCIL, PORQUE A CADA FAMILIA LE TOCÓ UNA PARTE DE ABUELOS O TIOS-ABUELOS EN UNO DE LOS LADOS. PERO NO HAY OTRA. O SEGUIREMOS ETERNAMIENTE EN EL GUERRA-CIVILISMO. SEGUIR EL EJEMPLO DE GENTE QUE ERA REPUBLICANA, COMO ORTEGA Y MUCHOS OTROS, PERO ENTENDIERON QUE LA REPÚBLICA FUE UN GOBIERNO FALLIDO QUE FUE INCAPAZ DE MANTENER LA CONVIVENCIA Y SUMIÓ A ESPAÑA EN EL CAOS (Y LO DICE ALGUIEN QUE, EN SU JUVENTUD, FUE UN COMBATIVO UNIVERSITARIO CONTRA EL RÉGIMEN Y QUE AHORA MIRA TODO CON MÁS PERSPECTIVA) ES LO ÚNICO QUE PUEDE HACER QUE LA BALANZA NO SE DECANTE OTRA VEZ ENRE VENCEDORES Y VENCIDOS, COMO OCURRIÓ EN EL 39. ESTAMOS CASI UN SIGLO DESPUÉS Y SEGUIMOS ROMPIENDO MÁRMOLES Y CAMBIANDO NOMBRES DE CALLES EN INCLUSO CAMPOS DE FÚTBOL, COMO EN CADIZ, DONDE EL ESTADIO RAMÓN DE CARRANZA SE HA CAMBIADO EL NOMBRE DE TODA LA VIDA, EN CONTRA DE TODA LA POBLACIÓN DE LA CIUDAD, PORQUE SEGÚN EL MÁXIMO EDIL, ERA FRANQUISTA. Y LO MISMO CON JUAN DE LA CIERVA, QUITAR LA PLACA DE PEMÁN, ETC. POBRES VENGANZAS DE GENTE QUE DICE INCLUSO QUE PERSONAJES COMO EL ALMIRANTE CERVERA O YA PUESTOS, CRISTOBAL COLÓN, PERMÍTASEME LA IRONIA, ERAN FASCISTAS. EN FIN... ¿CUÁNDO SE EXAMINARÁ LA HISTORIA DESDE LOS HECHOS OBJETIVOS NO DESDE LAS EMOCIONES Y LA IGNORANCIA?