jueves, 8 de septiembre de 2022

Canarias desde miradas ajenas


Víctor Morales Lezcano

Buen día tengas, fiel lector de La Mirada del Mundo Actual, consagrada últimamente a sus instructivas “Crónicas escurialenses”.

Por una vez y solo en calidad de recordatorio ocasional, soy de la opinión de que no resultaría intempestivo dedicar la columna que sigue al tema de las Ínsulas forasteras. Canarias desde miradas ajenas.  Se trata del título de una obra colectiva que la editorial Verbum publicó en 2009, pero que todavía merece unas líneas consagradas a una relectura de su caleidoscópico contenido. Se trata de una obra que no solo aborda la socorrida nómina de piratas y traficantes, sino también, en particular, la de aquellos sabios visitantes del archipiélago de Las Afortunadas.

Desempolvo, a continuación, algunos nombres de diferente procedencia europea, porque ellos y ellas pusieron los fundamentos de una canariología, devenida, luego, científica. Elijo unos pocos autores por obedecer a la consabida norma de observancia, dicha de economía de procedimiento, en los escritos y relatos de buena cepa.

En cabeza, creo que procede evocar el Viaje a las islas canarias, que realizó Alexander von Humboldt (1769-1859). Humboldt fue un ciudadano alemán de mucha capacidad de percepción y análisis, no solo de Las Afortunadas, sino también del Plus Ultra o del orbe americano descubierto y explorado por españoles y portugueses.

Por obedecer a la sucesión de los “selectos” canariólogos europeos que arrojaron luz, a partir de la Ilustración, tanto sobre la constitución físico-geográfica como sobre el devenir histórico de Canarias, toca referirse a dos británicos como fueron Philip Barker Web (1793-1854) y, en particular, a Olivia Stone, autora, ya a finales del siglo XIX, de la obra Tenerife y sus seis satélites (1887), bastante divulgada. Esta obra de dos descriptivos volúmenes se centra en las siete islas canarias (excluidos el islote de Los Lobos y la imaginaría San Borondón).

Y por mención merecida donde la haya invoquemos finalmente al sabio francés Sabin Berthelot (1794-1880). Berthelot fue un antropólogo de rigurosa formación, y en sentido amplio, lo fue del universo insulario en tiempos de la era prehistórica de las poblaciones indígenas que habitaban el archipiélago, cuando las naves castellanas y portuguesas, normandas y algunas genovesas, de pabellón equívoco, divisaron y exploraron Canarias, casi siempre movidos por intenciones expansionistas, cuando no siempre exentas de aspiraciones lucrativas; aunque nos pese reconocer que, desde siglos remotos, la ampliación de tierras y mares, de horizontes lejanos, ha sido siempre motivada por una conjunción de estímulos.

Berthelot, dicho sea, al final de este recordatorio, fue el alma mater genuina del Museo Canario. Es decir, de la institución insigne del pasado (un tanto presente) del archipiélago de Las Afortunadas.   


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