Asistentes al homenaje a Norka
Julia Sáez-Angulo
Fotos: Luis Magán
25/2/23 .- Madrid.- Sus hijo Mario Villarroel -Villasierra en el mundo del arte-, asegura que su mamá se lee un libro cada día, que es una lectora empedernida. Norka Sierraalta, celebre abogada venezolana, ha recibido un homenaje de amigos españoles y venezolanos en Madrid, convocados por sus hijos Mario y Michelle y sus nietas Michi y Fabiola, para celebrar su llegada Madrid desde Nueva York y conmemorar los catorce años que abrió su casa en la capital de España.
Al poco de comenzar llegaron también sus hijos Morris Villarroel y esposa Sheila. El esposo, Dr. Mario Villarroel Lander se encuentra actualmente de viaje en Venezuela.
Norka Sierraalta (Coro. Falcón. Venezuela, 1947), esposa del abogado Dr. Mario Villarroel, presidente internacional de Cruz Roja y la Media Luna, y primer observador de la institución en las Naciones Unidas en 1991, tiene una trayectoria profesional brillante, principalmente como abogada de familia y fue muy popular como defensora de los derechos de las mujeres, a través de un programa de la Radio Televisión de Caracas, en el que informaba de modo divulgable, sobre los distintos campos en los que la mujer debía defenderse en la sociedad.
Norka cuenta que su nombre ruso y se debe a que le gustó a su mamá, porque cuando nació había una actriz famosa que se llamaba de esa manera. “Un nombre ruso que, al parecer, significa visón”, explica. La vida de Norka, llena de trabajos, cargos oficiales e institucionales, actuaciones judiciales, sucesos y anécdotas, da para unas memorias amenas, que no descarta escribirlas algún día.
Su esposo ya cuenta con una casi biografía personal como presidente de Cruz Roja Internacional, bajo el título "Ante los retos del futuro", escrita en su día por el periodista español José Carlos Clemente.
Hablando de su familia e infancia, se recordó que su apellido Sierraalta viene de la traducción alemana de Hoheberg, una rama de esa noble familia germana, que se afincó en Venezuela y que, ante la dificultad de pronunciar el apellido alemán, se decidió traducirlo al español como Sierraalta, de ahí que algunos la llamaran a ella “la duquesa de Adicora”, por la localidad en que nació.
Tanto la Dra. Norka Sierraalta como su marido el Dr. Mario Villarroel han sido notables abogados de los presidentes venezolanos, especialmente de Jaime Ramon Lusinchi y Marcos Pérez Jiménez. Del primero se conserva en familia un precioso escritorio taraceado en madera, que se ha restaurado no hace mucho en Madrid y luce, de nuevo impecable. Con ambos presidentes, los abogados trabajaron para un divorcio y una salida de la cárcel.
En el despacho de los Villarroel llegó a trabajar un centenar de abogados.
Entre los casos jurídicos más sonados popularmente, llevados a cabo por Norka en su carrera profesional destaca el de la separación matrimonial de los cantantes y actores de telenovelas José Luis Rodríguez el Puma y Lila Morillo en 1986. Se dio la circunstancia de que el primero eligió a Norka como abogada, y Lila, a Mario, esposo de Norka, por lo que la situación fue muy comentada en los medios informativos. Ambos abogados lograron finalmente una separación con acuerdo entre ambas partes. Norka recuerda con humor su viaje a Miami para entrevistarse con El Puma, que le esperaba con un flamante y “extraño” color azul celeste.
La abogada venezolana recuerda con cariño a la princesa Diana de Gales, a quien trató a través de su relación con la Cruz Roja Internacional, que presidía su esposo. Han cenado juntas en varias ocasiones y en una de ellas, su hija Marion Villarroel, interpretó al piano, por lo que, al día siguiente, la princesa de Gales, les envió una bonita foto con sus dos hijos, dedicada. “Nunca haría daño a mis hijos, porque son los únicos que me han querido”, recuerda Norka de una confidencia que le hizo la princesa Diana. La abogada estuvo presente en el entierro de Diana de Gales.
El matrimonio de Norka y Mario o Mario y Norka tiene cuatros hijos, tres varones y una mujer. Los tres hombres se dedicaron también a la abogacía, siguiendo la saga de sus padres. Fue Mario Villarroel, el hijo mayor, el que dejó las leyes, cuando empezó a tunear y customizar motos e instrumentos musicales, jugando con el color y decidió finalmente dedicarse por completo a las artes plásticas. En 2021, Villasierra tuvo una importante exposición retrospectiva de su obra en el Palacio de Santa Bárbara en Madrid. Próximamente va a exponer su obra más reciente en Caracas.
Norka, que lucía un precioso aderezo de oro blanco y zafiros, que presta a sus nueras cuando lo requieren, atendió cordialmente a los asistentes, entre los que se encontraban Mayte Spínola, fundadora del Grupo pro Arte y Cultura, con el que colabora Villasierra; Manuela Picó, profesora en su día del pintor; Luis Magán y Susana Arregui; Lola Rodríguez y su esposo César; el periodista venezolano Aurelio Manzano…
En los salones de la casa lucía una buena colección de pintura, que iba desde un delicado Sorolla a un singular Cruz-Díez de primera época, cuadro en el que retrata a su hija, una niña, en rasgos figurativos, con una geometría incipiente, que habría de caracterizarle más adelante como estilo definitivo. Las firmas de autores venezolanos eran mayoritarias y no faltaban, por supuesto, dos hermosas esculturas de Villasierra, una de acero y la otra de un instrumento de cuerda intervenido con engranajes y pigmentos.
Asistentes invitados
Fabiola Villarroel entre dos amigas
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