Invitados a la casa de la Ribera del Manzanares
Julia Sáez-Angulo
Fotos: Saslovsky, Zapisek, Romseneí
5/2/23.- Madrid.- La escultora ecuatoriana en Madrid Patricia Larrea Almeida y su esposo, el físico-informático Antonio de la Cuerda y Fernández-Solís son los mejores anfitriones del arte y la poesía en su madrileña y bella casa con jardín, situada en la singular colonia de la Ribera del Manzanares. Por ella han pasado números artistas visuales y poetas, en simultáneos encuentros artísticos y gastronómicos. Allí nadie entra sin su certificado de creatividad en el arte.
En el encuentro más reciente han estado María Jesús Escotet, directora del Centro Cultural Moncloa; Tatiana Maslenikof de Malisson (antigua dueña del restaurante El Cosaco); la pintora Adriana Zapizek; el mecenas Mario Saslovsky; la crítica de arte Julia Sáez-Angulo; Pilar de Felipe y Romseneí. Este último ha llevado a cabo un pequeño recital de poemas al final del almuerzo, en el que no faltaron elogios a la anfitriona.
Durante el aperitivo de quesos varios, granos de uva y aceitunas, discrepancia narrativa matrimonial, ante las servilletas étnicas guatemaltecas. Antonio nos contó que las hacían las monjitas trinitarias en favor de niños guatemaltecos y, cuando vino Patricia, dijo que las hacían directamente las muchachas guatemaltecas para ayudarse como madres solteras. Creo que la versión de Patricia era la auténtica, pero yo me quedé con la fabulada de Antonio, no sé por qué me gustó más. No dejo que la realidad me estropee una buena crónica.
Después de bendecir en castellano y en hebreo, almorzamos en el comedor de invierno y esperamos pronto la primavera para pasar al de verano junto al jardín, en días de sol como el de ayer. El menú sabroso y prolongado: sopa de melón con limón y clavo; quiche Lorraine y ensalada de pepino con yogurt; ternera asada con arroz a la abuela. Para terminar bizcocho de zanahoria y nueces acompañado de puré de frutas. Café-café de Ecuador y no se permitían descafeinados, porque no había en la casa, sitio cabal, para las que osamos pedir un café desprovisto de atributos. No es serio. Junto a café/café, bombones argentinos Cachafaz.
Se habló mucho de kéfir búlgaro y sus propiedades curativas y causantes de longevidad en los habitantes del Cáucaso. El kéfir se cría o se cultiva en la casa, además de consumirlo, por eso los anfitriones están estupendos. Todos los invitados acabamos con un trozo de kéfir congelado para llevarnos a casa y seguir expandiendo su consumo y propiedades. “Es el alimento de la amistad, porque no se vende, se va regalando a los amigos”, nos dice Antonio a medida que va entregando el obsequio del kéfir helado a cada uno de nosotros. Luego supe que el kefir de Mercedes Ballesteros y Pablo Reviriego procedía de esta casa.
Antonio es un ángel. Con una carrera brillante como uno de los pioneros de la Informática en España -organizó la inclusión de los aparatos en el Congreso de España- yo lo conocí y traté en su día como Secretario General de la Academia de la Hispanidad a la que ambos pertenecemos.
En los muros, en torno a la mesa, la colección de arte de la casa, en la que resalta un Francisco Mateos, que compraron poco antes de morir el maestro al que conocieron. Cerca. las esculturas de Patricia Larrea en madera, cerámica y vidrio -últimamente está con el vidrio- ; en una vitrina, huacos de barro y obsidiana. Un paseo por el arte.
Las evocaciones del pasado trajeron a la memoria la presencia en la casa de poetas, pintores y escultores -la presencia de fotografías lo avalan- como Luis López Anglada, José Hierro, José María Gómez, Renán Flores Jaramillo, Oswaldo Guayasamín, Hipólito Hidalgo de Caviedes, José Martínez, Pilar Aroca, Luis Crespo, Helen Constante, Quesada, el Duque de Veragua Cristóbal Colón…
Por casa de Patricia y Antonio, que acaban de ser abuelos por cuarta vez, han pasado y siguen pasando numerosos artistas y escritores hispanos que viajan a Madrid. El estudio de la escultora es como un apartamento en el jardín y permite la independencia. Ellos practican con maestría el arte de la hospitalidad.
A la salida, ya de anochecida, Patricia nos mostró en el cielo una estrella de su propiedad, a la que se dirige cada noche para hablar con Dios y con su mamá. A ella encomienda a su familia y a sus amigos enfermos. Como todos sus amigos estamos algo tocados con algún achaque, agradecemos sus rezos.
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Patricia+Larrea
Antonio, María Jesús, Romseneí y Patricia
Wonderful people.Enjoy
ResponderEliminarMe ha gustado esta crónica tan personalizada . Besos
ResponderEliminarJulia Marina
Preciosa publicación mi querida Patty. Saludos.
ResponderEliminarMis FELICITACIONES , muy orgulloso de saber que tenemos en Madrid(España) una mujer de altos kilates.un abrazo muy cariñoso y.sincero de.mi parte Sonia y.toda mi flia.Que sigas cosechando éxitos.
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