"Katmandú", pintura de Gutiérrez Díez
Julia Sáez-Angulo
25/5/23.- Madrid.- Han pasado cinco décadas desde que la pintora Carmen Gutiérrez Díez empezara a exponer en Madrid, lo hizo al tiempo que estudiaba Bellas Artes en la Facultad de la Universidad Complutense. Su trayectoria profesional se ha caracterizado por una constancia en pintar y exponer sus diversas series pictóricas y fotográficas, en su mayoría fruto de su atención y mirada en los distintos viajes que ha llevado a cabo a lo largo del mundo.
Viajar y pintar han sido las constantes en la vida de esta pintora madrileña, que acaricia ya la idea de una gran retrospectiva que muestra su trabajo artístico, en el que el dibujo, el color, la materia y la composición revela su buen saber hacer. En su amplio estudio situado junto al parque de las Ventas, la autora lleva a cabo su trabajo, con disciplina diaria admirable.
Sus series pictóricas más destacadas: África, Cuba, India, Katmandú, Pompeya, Venecia, Herculano, Valdegangas…, además de Rostros y Espectáculos.
Gutiérrez Díez -así le gusta firmar- ha recorrido África, donde plasmó expresivos rostros de hombres y mujeres; Cuba, donde se enamoró del colorido de la isla en todos los campos; India o Katmandú, donde se dejó seducir artísticamente por los colores de Oriente y por las mujeres fuertes de aquellos territorios; seguidamente a Italia, donde quedó fascinada por Venecia, vivero de eternas “vedute” o los vestigios y la poética de la ruina de que hablara Miguel Ángel, por los restos de muros y estucos que quedaban tras la gran. erupción del Vesubio, en los que la artista visual veía sombras, fantasmas y quimeras, que, de alguna manera, plasmó en sus cuadros resueltos en colores azules, blancos y grises, más fríos, melancólicos.
En el caso del balneario de Valdegangas, la pintora optó por recoger en fotografías toda la belleza de un edificio en ruinas y abandonado, en el que la naturaleza se adueña poco a poco del lugar con los brazos de arbustos, matas y ranúnculos. Pero la autora quiere intervenir también la escena con la presencia de un objeto elegido que interfiere como de modo fantasmal el espacio. La serie es de una belleza insólita.
La pintora trabaja sobre tabla de amplio borde, porque la planitud y lisura de la madera se aviene mejor con su pintura, tablas debidamente preparadas con foso de distinto cromatismo, que va a reaparecer de los fondos a la superficie definitiva del cuadro. Los bordes son prolongación, sin solución de continuidad, del motivo del cuadro.
Abstracción y figura se alternan con inteligencia en los cuadros de Gutiérrez Díez, abstracción como fondo o complemento del cuadro, junto a la figura representada. En general, la pintora no concibe el cuadro sin presencia humana, “me gusta mucho la pintura”, confiesa la autora.
Gutiérrez Díez ha expuesto en instituciones como el Ateneo de Madrid, el Espacio Cibeles, el Palacio de Benacazón, centros culturales, galerías de arte… Más de una treintena de exposiciones individuales y medio centenar de colectivas. Su obra pictórica, bella y sugerente, está presente en algunos museos y permanece en manos de coleccionistas aficionados a su pintura.
En suma, una trayectoria firme, profesional, a buen ritmo, digna de llevar a cabo una amplia exposición retrospectiva que muestre todo su recorrido.
Carmen Gutiérrez Díez, pintora
Muy bella la obra de Carmen Gutierrez,me parece muy sugerente el cuadro de "Katmandú".
ResponderEliminarEstela Elmquist