Madrid a 10 de mayo, 2023
Quiero comenzar este escrito reconociendo que he sido durante muchos años de mi vida, médico de plantilla del hospital Ramón y Cajal de Madrid. Pero nunca hasta ahora, he tenido la experiencia de ser una paciente de ese mismo centro.
Siempre procuré como médico, ser una profesional digna, valiente y comprometida a tope con mi profesión y con mis pacientes. Alguien del que el propio Don Santiago Ramón y Cajal, pudiera sentirse orgulloso.
Pero este escrito, no va de este tema, sino de lo orgullosa y feliz que me he sentido como enferma, en un hospital de nuestra red pública de hospitales.
Comencemos los agradecimientos por el Servicio de Radiología del hospital, donde fui diagnosticada de un tumor óseo, probablemente maligno en el fémur de la pierna derecha. Profesionalidad y humanidad, conjugadas perfectamente, en sus médicos y en su personal auxiliar.
En mi caso, se alertó a la Unidad de Tumores óseos del Servicio de Traumatología. Allí me encontré en la Consulta, con un gran profesional, el responsable de la Unidad, el Dr. Israel Pérez Muñoz. Serio, pero la vez humano y con gran empatía hacia mis temores. El rápidamente consiguió, con pruebas radiológicas y con una biopsia, el diagnóstico exacto del tumor: un condrosarcoma. Un tumor maligno.
Israel Pérez Muñoz y su escueto equipo médico, me ofrecieron una solución quirúrgica a la altura de los mejores centros mundiales. Resección del tumor seguido del implante de una prótesis que sustituyera el hueso resecado. Es decir, como la antigua pata de palo de los piratas de ayer, pero hoy puesta al día, y sin que nadie pueda sospechar incluso, que llevo algo ajeno por dentro.
La larga estancia de dos semanas que requirió el postoperatorio, me hizo conocer la Planta tercera del ala centro del hospital, perteneciente al Servicio de Traumatología.
Allí todo el personal, sin excepciones, desde ATS, auxiliares de enfermería y celadores han sido de una amabilidad, de una sencillez, y de una profesionalidad que me atrevo a calificar de sobresaliente, sin excepción alguna.
¿Y qué decir de las comidas del hospital? Pues que son maravillosas. Nunca rechacé un plato por estar insípido o mal cocinado. La llegada de las comidas era festejada, porque sabía que todo iba a estar, “rico, rico” como dice Arguiñano.
¿Y sabían Uds. que se ofrecen cuatro comidas al día, incluyendo la merienda?
Y sabían que dan a elegir el menú el día antes, dejando dos opciones por cada primero, segundo plato y postre.? ¿Quien puede dar más en una sanidad publica?
Mi admiración ante el trato recibido y el nivel de sus sanitarios, hace que no quiera pasar muchos días sin dar esta nota de agradecimientos al hospital, pero también a la prensa.
En el servicio de Rehabilitación también se me trató con cariño, respeto y empatía tanto por los médicos como por el personal de fisioterapia.
En este momento preelectoral, en que por razones políticas se critica sin gran conocimiento de causa, a la sanidad publica, yo quiero afirmar que me parece un milagro, tener hospitales en Madrid con este nivel científico médico y con este trato tan humano.
Se podría aducir que fui tratada con especial esmero, por ser antiguo personal de la casa, pero yo no he visto diferencias en el trato, con el resto de los pacientes , vecinos de habitación y compañeros de fatigas y de patologías en la misma planta tercera, con los que entablé amistad y cambié impresiones sobre estos temas.
La sanidad pública española merece no solo aplausos, como los que se le dedicaron cuando la pandemia sacudió violentamente nuestra sociedad.
Merece respeto, reconocimiento a un mérito y dedicación indiscutibles. Siempre con escaso nivel retributivo, para el grado de responsabilidad que se les exige, y con unas condiciones, casi siempre en precario.
¿Para cuando amigos políticos, vamos a dejar, el subir una décima de nuestro PIB en el gasto sanitario, que permitiría cubrir esa necesaria subida salarial a todos nuestros sanitarios sin excepción?
Algo que les debemos, después de esa respuesta valiente y generosa que ofrecieron, frente a la pandemia COVID. No lo olvidemos, por favor.
Dra. Concha Moro y familia
ella es quien me descubrió mi aneurisma intrauricular, cuando tuve el ictus, en el Ramón y Cajal, directora del departamento de arritmias, quien me salvó la vida, y lo sigue haciendo, junto al Dr. Masjuan, de neurología, y el Dr. Hernández Madrid, todos ellos magníficos profesionales, dedicando su vida a salvar la nuestra , pacientes del Hospital Ramón y Cajal.
ResponderEliminarYo les debo seguir disfrutando de cada amanecer en mi vida, igual que muchisimas personas tratadas por todos ellos.....
La Sanidad pública en España es excepcional, fuera de serie y hay que mantenerla para que tenga todos medios a su alcance.... A mi, María, Luisa Valero siguen tratándome muchos especialistas después de mi ictus,, hace creo 23 años, hoy tengo revisión en neurología, y doy gracias a Dios por todo ello. Gracias,Ramón y CAJAL,, GRACIAS, CONCHA MORO, MASJUAN,HERNANDEZ MADRID, GRACIAS MIL por teneros en mi vida, como Angeles de mi guarda, junto a todos los que trabajan día a día, anónimamente....sabios y humildes trabajadores de la Sanidad Pública. Gracias mil. María Luisa Valero Espinosa, una paciente eternamente agradecida M LUISA VALERO
La Dra. Moro, además de ser una bellísima persona en el trato personal, cuando Julián tuvo un problema cardiaco, le atendió con una generosidad y cariño que nos dio una tranquilidad absoluta ante dicho problema, que es lo que más se necesita en esos momentos. Su marido, el Dr O’Connor, igualmente cardiólogo , demostraba una empatía con sus enfermos digna de destacar. Sobre su agradecimiento y reconocimiento a la Sanidad Pública tan denostada en este tiempo, no he oído palabras tan certeras al respecto.
ResponderEliminarVergüenza de ser humano y de familia, no sabemos como te da la cara para llamarte buena médica cuando eres la primera en permitir que tu hijo menor Jaime oconnor moro no se haga cargo de su propio hijo el cual se demostró hasta con adn que ha dado 99,99999% menuda familia, me daría vergüenza ser tú y seguir saliendo a la calle sabiendo que a tu nieto menor lo desprecias absolutamente
EliminarVergüenza de ser humano y de familia, no sabemos como te da la cara para llamarte buena médica cuando eres la primera en permitir que tu hijo menor Jaime oconnor moro no se haga cargo de su propio hijo el cual se demostró hasta con adn que ha dado 99,99999% menuda familia, me daría vergüenza ser tú y seguir saliendo a la calle sabiendo que a tu nieto menor lo desprecias absolutamente
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