Julia Sáez-Angulo
Fotos: J. Sáez; Guadalupe R.; A. Queral
3/8/23.- Madrid.- Como en los últimos veranos, llegó Ana Queral, pintora mexicana, al Real Sitio de Felipe II, con la intención de pasar unos días con las amigas que disfrutamos aquí el estío. En esta ocasión vino acompañada de su asistente personal Lupita Rodríguez, una nicaragüense gentil, deseosa de conocer el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Después de visitar la Silla de Felipe II y los jardines de la Casita del Infante Don Gabriel (los horarios de la Web de Patrimonio Nacional y del cartel de entrada no coinciden con la realidad), almorzamos en los jardines de la Casita del Príncipe Don Carlos, al lado de mi casa, en el establecimiento de Paco Pastel, que sirve las mejores carnes de la vecina dehesa abulense. Se nos unió Carmen Valero Espinosa, que llegó con algo de retraso y una frasca de licor de madroño, obsequio para Ana. Alternamos hamburguesas y rabo de toro, servido por un amable camarero colombiano y atendidas por una maitre -una mesera que diría la mexicana- nativa local.
De Iberoamérica llegan a España muchos y buenos profesionales entre su emigración. En pocas horas, un peruano me arregló el móvil, y las sandalias, un argentino que acababa de lograr el traspaso del negocio zapatero. Son luchadores. Los nuevos llegados de Iberoamérica conquistan España con su trabajo y la nutren, frente a su escasez demográfica.
Pero me he ido del tema. Las amigas conversamos sin parar. Hablamos de la vida y el arte. Es lo nuestro. Ana tiene su casa/estudio en el madrileño pueblo de Alalpardo, donde se muestra como una “influencer” para mejorar la estética municipal. A medio pueblo, ella lo ha llevado a visitar el Centro de Interpretación de “Las Moradas” de Santa Teresa, que creó junto al convento carmelita de Villanueva de la Jara (Cuenca), donde hizo una singular “ambientación” de las siete moradas teresianas, al que peregrinan muchas parroquias. Ana nos cuenta también, que el pueblo ha progresado mucho con la "mina del Champiñón", en el que han invertido capitales chinos y mexicanos. “Están ganando tanto dinero que se han construido casas espléndidas por todo Villanueva de la Jara”, nos explica.
“Los de Alalpardo también viajamos juntos a Tierra Santa y fue emocionante seguir allí los lugares que pisó Cristo”, nos cuenta Ana, que tiene un notable lado ascético, que le viene seguramente de tanto leer a Santa Teresa, para hacer la “ambientación” sobre Las Moradas.
En el Coto de Puente Viejo
La pintora María Luisa Valero Espinosa (Cuqui) nos invita por teléfono a comer al día siguiente con ella, en el Coto de Puente Viejo (Ávila), donde veranea. No dudamos un momento en aceptar y allí nos presentamos con un bizcocho tierno y mi libro recién editado. Ella nos recibió en el jardín, vestida de negro como es su costumbre, pero animada con un delantal de colores. Había cocinado, para todas, bacalao a la riojana, con cebolla, tomate, ajo y pimiento (receta de su madre), que estaba soberbio. De entrada, en la gran ensalada, no faltaba de nada: lechuga Batavia, tomate pelado con atún, espárragos de Mendavia y aceitunas de Campo Real (no las hay mejores). Cada elemento en su recipiente, para que los comensales eligieran a su gusto y aliñaran con un aceite de almazara andaluza, que le suministran a Cuqui de modo particular. La cerveza Estrella de Galicia acompañaba el condumio.
Lupita bendice de modo piadoso y poético la mesa, antes de comenzar la comida.
Puente Viejo es una urbanización en el municipio de Maello, rodeada de encinas, de 650 casas construidas hace 70 años, una de ellas compraron en su día los padres de Cuqui y Carmen. De ellos, Antonio y Sofía, quedan muchos recuerdos en la casa, como la colección de platos de cerámica valenciana de Doña Sofía Espinosa; el apostolado neorrománico, que Cuqui les regaló con su primer sueldo; un par de serijos junto a la chimenea; unos curiosos zuecos de madera contra el barro o la nieve… pero la pintora nos muestra, sobre todo y con entusiasmo, sus cuadros en las paredes y en el taller. “Más bien pinto Naturaleza al aire libre”, explica y se suceden flores y más flores con su sinfonía de color: girasoles, rosas, claveles…”Una vez que me apropio de la forma de una flor, compongo el cuadro libremente con ella”, nos señala.
El paisaje es otro género que MLuisa Valero cultiva con gusto, y allí vemos pinturas en gran formato de las murallas de Ávila, la iglesia de Villacastín (Segovia), casi una basílica, construida por Fray Antonio de Villacastín, ayudante del arquitecto escurialense Juan de Herrera. La obra más sobresaliente, quizás, sea la del madrileño y dieciochesco “Jardín El Capricho”, que mereció un premio en un concurso de pintura al aire libre. “Siempre utilizo el óleo, aunque tarde en secar, me da unas calidades matéricas, que no me ofrece el acrílico”, explica la artista.
Ana Queral dialoga con Cuqui sobre técnicas, composiciones y recomendaciones mutuas. Se indica que los trabajos de estaño deben barnizarse varias veces, para controlar sus emanaciones venenosas; se comenta sobre la conveniencia y el trato con agua del lino para que tense… Las críticas de arte escuchamos atentas, porque sabemos más de estética que de “trucos y cocina de taller”.
Al final del almuerzo, alguna, es decir, yo misma, me retiro a la hamaca para el dulce placer de la siesta. El resto cambia de mesa, más a la sombra, para seguir con el otro placer de la palabra. Todas contemplamos los árboles del jardín: un olivo, un manzano, dos prunos, una arizónica… Al borde del porche, una hilera de macetas con petunias, claveles chinos, rosas, plantas crasas… que compiten en color con la pintura de Cuqui. Ya sabemos que la Naturaleza, envidiosa, siempre imita al Arte.
"Iglesia de Villacastín", O/L de MLuisa Valero
Precioso relato, me encantó y te felicito xq está precioso !!!
Adriana ZAPISEK
Siempre es un placer leer tú crónica, de maestría y deleite.
ResponderEliminarTe deseo un feliz viernes.
Un saludo. Romseneí.
Preciosos los cuadros de "Cuqui".
ResponderEliminarMaría Tecla Portela Carreiro
Enhorabuena a Ana Queral y M.Luisa Valero, magnificas obras y
ResponderEliminarbuen verano también a Julia, Carmen y Lupita.
Un cordial saludo.
Vicente Heca.