Profesor Revilla Uceda, Margarita Díaz Leal y Luis Leal
Julia Sáez-Angulo
13/11/23.- Madrid.- Miguel Ángel Revilla Uceda, profesor titular desde 1996, ahora jubilado, de la Universidad de Granada, historiador del Arte hoy retirado en el cortijo de “La Parrilla”, situado en el Condado jienense, cerca de Castellar. Reside en un antiguo molino de aceite, reconvertido en una maravillosa “villa romana”, toda ella alhajada por el acendrado conocimiento estético del dueño, que ha sabido elegir los diversos oficios para reconstruir edículos con arcos de medio punto y reunir columnas fustes o capiteles, que se reparten por la casa y el jardín, amén de esculturas, reproducciones de “Donatello” del XIX u originales de José Seguiri, del XX.
Cuando le comento su buen gusto, Miguel Ángel Revilla Uceda (Beas de Segura, Jaén, 1943), con el brazo temporalmente en cabestrillo, me recuerda con humor el dicho de un célebre escritor que señaló “el repugnante buen gusto, esa invención de espíritus cobardes”. Con Luis Leal González y Margarita Díaz Leal, primos del profesor, iniciamos un recorrido por la casa y el jardín junto a su dueño
El cortijo/villa romana está rodeado de cipreses, porque ya sabemos que el ciprés es un árbol de bienvenida en el Mediterráneo, por más que en Castilla lo tomen como árbol luctuoso de camposanto. Árbol también de la memoria. El profesor lo alterna con tuyas, que ya se conocían desde los romanos, boj recortado, es decir un “jardín ultrajado” -explica- porque ha sido podado contra natura, una encina centenaria… además de tomillo, yerbabuena, santolina y otras plantas aromáticas que se extienden por el llamado “jardín secreto” en continuo cuidado y formación.
La piscina, convertida en alberca durante el invierno, está al fondo del jardín escalonado. Y a lo lejos las decenas y decenas de olivos del cortijo, hasta llegar a la cinta del río Guadalimar, con toda la sierra de Cazorla, Segura y las Villas al fondo. El pico del Yelmo, el más alto de Jaén, sobresale soberbio. "Esta sierra es el segundo parque natural más grande de Europa", explica el profesor Revilla.
En los salones y despacho, toda clase de ornamentación y objetos de arte, que envuelven con calidez, más que preservar del horror al vacío. Cordobanes en las paredes, grutescos en algunos puntos, ánforas, perfumeros, gran lámpara holandesa encargada ex profeso…Revilla Uceda, ya octogenario, me recuerda que más que colección de arte -conserva muchos grabados y dibujos-, pero lo mejor de su casa y su vida es la excelente biblioteca que ha ido leyendo y acumulado a lo largo de su vida académica.
-De toda esa biblioteca sobresalen unos mil libros excelentes, sobre todo de materias que no siempre se han apreciado, como las artes decorativas; casi todos esos libros son en lengua extranjera, me cuenta. Quise donarlos a la Universidad, pero me pedían que yo lo hiciera y pusiera todo: catalogación y estudio, transporte…Hoy me alegro de no haberlos donado, porque la Universidad -casi todas en general- “han dejado a un lado las Humanidades, que son las que nos enseñan a vivir pensando, con lógica, con naturalidad… A Pericles lo acusaron de prevaricación y malversación de lo público, cuando había gastado el presupuesto en levantar el Partenón, toda una filosofía en imágenes, que era lo que entonces comprendían todos”.
Seguidamente muestra con satisfacción los grabados de “Sketches of Spain” (1832) de David Roberts, viajero romántico británico del XIX. Allí aparecen los monumentos más relevantes de las ciudades españolas y los Reales Sitios. Señala el palacio de Carlos V en Granada y El Escorial de Felipe II y comenta: “Carlos V era medio tonto; apenas le interesaba España, solo Centroeuropa. Su hijo Felipe II sí fue mucho más listo e inteligente que él”.
El profesor Revilla Uceda dice que siempre le interesó de manera especial la Arquitectura, de ahí sus muchos libros en este campo, entre ellos muchos facsímiles de Ricci. También los libros de viaje singulares…
Le pregunto por el arte contemporáneo y me recuerda la gran exposición que él hizo como comisario del Grupo El Paso, en 1978, veinte años después de su fundación. Una muestra patrocinada por el Banco de Granada. “Nadie se acordaba ya de El Paso, a los 20 años. El Museo de Arte Abstracto de Cuenca ha ayudado a mantener bien viva su memoria”.
Revilla Uceda es coautor de una monografía sobre el artista granadino José María Rodríguez-Acosta 1878-1941, editada por Turner en 1993. Con ella rinde un homenaje al pintor y también al creador en su día de la Fundación Rodríguez-Acosta, motivos ambos relacionados con Granada. La calidad histórico-crítica y literaria del prólogo de Julián Gállego, así como la de las abundantes ilustraciones en color, tanto de la obra del pintor como del carmen-estudio, hacen del libro una valiosa aportación al patrimonio cultural. Completa el libro una selección de textos críticos sobre la obra del pintor, de Juan de la Encina, Ramón Pérez de Ayala, Emilio Orozco Díaz, Emilio García Gómez y Fernando Chueca Goitia, incluyendo una exhaustiva catalogación de toda la obra del pintor.
Otro de sus libros: José Seguiri: Pinturas, Dibujos, Esculturas.
Como todas tus crónicas, desde las escurialenses a las de tus otros itinerarios, es una joya cultural traernos a los que desconocemos algunos secretos humanos de personas como Miguel Ángel, así como la sabiduría que acumulan. Sigo siempre los post de La Mirada Actual porque siempre aportan elementos variados y que renuevan el alma. Además de sacar a la luz a quien merece la pena. No siempre, pero mayoritariamente, sí. Gracias por el esfuerzo. Los que amamos la cultura y la vida te lo agradecemos.
ResponderEliminarE.P.
Descubrimos e imaginamos con placer la que no podía ser menos la maravillosa casa de un gran esteta, profundo conocedor de arte y de gusto refinado, delicado y exquisito.
ResponderEliminarHace unos días vistando el trompe-l'oeil del cuartito de meditación del duque de Montefeltro en el palacio de Urbino no pudimos dejar de rememorar la persona de Miguel Angel y su profundo saber hacer a la hora de combinar su conocimiento en la vida cotidiana y rodearla de belleza, a la façon de Giorgio Vassari. ¡Enhorabuena Miguel Angel!