Mayte Spínola, junto a Santi López Vilas, aplaude a la Orquesta
Julia Sáez-Angulo. Fotos: Luis Magán
28/12/23.- Madrid.- Llegó el esperado concierto “Viena en Madrid” de la Orquesta Filarmonía de Madrid, dirigido por Pascual Osa, en el que no podía falta la presidenta de honor Mayte Spínola, por presidenta y por “vienesa”. El programa ha sido mayoritariamente de J. Strauss, trufado con algunas polcas. Lleno hasta la bandera y se veían niños algo siempre grato, en el Auditorio Nacional que nos acogía. El éxito y el aplauso fue total. El programa estuvo muy bien elegido. Salimos edificados por la grandeza de la música y el arte.
Al poco de entrar, en el hall del Auditorio, se elevaron voces imprevistas del coro de Filarmonía de Madrid, cuyos miembros asistían, esta vez, como espectadores. El director del coro coordinaba el canto del “Adeste fideles” y “Noche de paz”, para que entráramos entonados con sentimientos navideños.
Junto a mi butaca de primer anfiteatro, llegaron pronto Mayte Spínola, bien flanqueada por Santi López Vilas y enseguida Elena Menor de Osa, la esposa del director de la orquesta, pelo negro y cutis blanco, una belleza que a mí se me antoja entre italiana e iraní. Esta situación es de status, pensé, desde aquí es donde mejor se escucha la música, de ahí que se quitara en su día el palco real, para que nuestra melómana reina Sofía escuchara los conciertos desde el mejor sitio.
Mi vecina a la derecha, Martine Lafarge, y yo comenzamos a hablar de hípica y caballos de salto, por su empresa Emiralia en Villanueva de la Cañada, y ella me contó que su nieto de cinco años ya montaba a caballo, porque la familia lo lleva en el ADN. De pronto apareció en escena Pascual Osa, melena colombina, y como si nos hubiera oído a Martine y a mí, se arrancó con la Obertura “Caballería ligera”, de F.V. Suppé, seguida del “Galop Chino” de J. Strauss.
Viena llamaba a Strauss y Strauss complacía a Viena. La Compañía JACBallet, dirigida por José Antonio Checa hizo aparición con su belleza de bailarinas blancas de tutú o con gasas de rosa degradé. La coreografía era de Valeria Moreva. La elasticidad y energía artísticas eran absolutas. Los bailarines Xiena Barbu, Marc Riera y Roberto Piatto nos deslumbraron. Ellas y ellos nos trasladaban con mayor fuerza a la capital de Austria en sus tiempos de esplendor, que todavía conserva. Una dama me comentó, a la salida, que echó de menos el baile de un vals en el ballet, "en el concierto de fin de año en Viena, lo hacen", añadió.
Viena es la ciudad europea en que mejor se vive, según estudios y estadísticas, no en balde por ello -y otras cosas y personas- Mayte Spínola decidió abrir allí una hermosa residencia céntrica, junto a la barroca iglesia de San Carlos Borromeo, no lejos de la Ópera.
Cuando la Orquesta Filarmonía de Madrid interpretó el “Vals del Emperador” de Strauss, o el “Vals de las Flores” de Tchaikovsky, junto al ballet en pleno, se produjo un arrebato ucrónico. Pascual Osa nos trasladó a la Viena Imperial de Francisco José y Sissi Emperatriz. Yo al menos los entreví imperiales en sus sitiales de un palco imperial entre nubes. La Viena de hoy sigue viviendo del esplendor que le concedieron los Habsburgo en su día. La dinastía sigue insuflándoles divisas por doquier, así que los vieneses siguen siendo monárquicos in péctore y en bolsillo.
Cuando terminaron los valses todos, todavía transportados por la música, aplaudimos como locos. Y me di cuenta de que Luis Magán aplaudía como Carmen Valero, levantando las manos por encima de su cabeza, como si permanecieran en un arrobo de emoción. Mayte Spínola, Susana Arregui y yo, más contenidas, aplaudíamos desde el regazo.
Perplejidad ante la Marcha Radetzky
Yo escribía de vez en cuando, algunas palabras o frases en mi libreta, para hacer esta crónica ligera -no doy más de sí- y mi vecino de la izquierda, un italiano curioso y simpático, Giacomo, me preguntó qué escribía. Le conté que apuntaba algunas notas, porque, dada mi progresiva pérdida de memoria, tenía que atar las pocas ideas con una cuerda. Sonrió y seguimos hablando, hasta casi hacernos amigos.
Para los castizos, que siempre quieren algo español en el Auditorio, el programa ofreció la “Macha Española” de Strauss, con riqueza de castañuelas. Quedaron contentos.
Con el “Perpetuum Mobile, la polca “Champagne” o la “Marcha egipcia” -todo de J. Strauss naturalmente-, el director Pascual Osa, se permitió algunos juegos con el respetable público, fingiendo una desobediencia puntual de la Orquesta, o el servir copas, tras el estallido del tapón de la botella espumosa. La gente rió y disfrutó la ocurrencia. Yo me acordé de mi abuela Julia (¡se llamaba como yo!), que era muy seria y sin mucho sentido del humor, cuando veía algún gag humorístico en la tele o en algún espectáculo, decía: “eso son sosadas”. Ella era muy riojana. Lo que nunca hubiera dicho es lo de “no mezclar churros con Meninas”. La música es solemne y ella sufría alipori con las bromas.
Al final, llegó fuera de programa, el anuncio de la Marcha Radetzky, también de J.Strauss. “Cuando llega esta Marcha, los italianos nos cruzamos de brazos, me comenta mi casi amigo Giacomo”. Le miro interrogante y me explica: "Fue compuesta en honor al mariscal de campo austríaco conde Joseph Wenzel Radetzky, que salvó el poderío militar de Austria en el norte de Italia, durante la revolución de 1848-49”.
Al sonar, yo no sabía si solidarizarme con Giacomo y su acompañante, con los brazos cruzados, o aplaudir a la Orquesta. Fue una decisión muy dura para mí. Luego le conté al director Pascual Osa esta situación con mi casi amigo italiano y, como el mundo es un pañuelo, me dijo que él había residido una temporada en Milán, viviendo en el apartamento que en su día ocupó el mariscal Radetzky.
Del Auditorio, a la cena de amigos entreverados del Grupo pro Arte y Cultura, músicos, cantantes y bailarines, presididos por Mayte Spínola y Pascual Osa. Hubo brindis y laudatio para ellos, que acarician proyectos de actuación musical en la Santa Sede y en Andalucía. En la mesa, los diplomáticos Andrada-Vanderwilde (no lejos su hija Blanca, muy joven, también directora de orquesta) y el profesor Ramón Lopez Vilas e Ingrid, su encantadora esposa holandesa, con una chaqueta preciosa.
En nuestra mesa: las pintoras Aracely Alarcón y Paloma Casado; la coleccionista de arte Dolores Tomás; el escritor Rogelio Sánchez Molero y la coordinadora perfecta e imprescindible Carmen Palomero. Grachia Barreiros, Carmen Duerto, Manuela y Carmen Picó no pudieron quedadse a la cena. No se puede citar a todos, bajo pena de ser cansinos.
Para mayor abundamiento en frivolidad, contaré que Mayte Spínola estaba radiante en grana y oro (por el pelo, todo hay que explicarlo), y yo, en negro y plata, ambas como los toreros. Dolores Tomás lucía un envidiable abrigo de lince -supongo que ruso, porque el ibérico está protegido- y me contó que en el Museo Pushkin de Moscú se exhibe una magna exposición de pintura española con los fondos de los museos rusos, algo que no debiéramos perdernos. La cultura y el arte, por más que se empeñen los sembradores de discordia, nos salvan y nada tienen que ver con la violencia de la guerra. ¡Paz y feliz año 2024!
Saludos finales de la Compañía JACBalletBrindis. Pascual Osa y Mayte SpínolaPascual Osa saluda a Mayte Spínola
Mayte Spinola, junto a Pascual Osa, da las gracias
Buena sintonía
José Luis Marsá, Martine, Aracely Alarcón, Carmen Palomero , Paloma , Rogelio, Susana, Carmen Valero y Julia
Un poco de foto-call final
Queridos amigos
ResponderEliminarMe alegra mucho admirar, a la distancia, la grandeza de la cultura que ustedes muestran. Renovados saludos en este tiempo navideño,
Raúl
Muy amena instrutiva. Y culta. Como tú. M S
ResponderEliminarEmotiva, cercana, mundana y entrañable en definitiva Soberbia esta MIRADA ACTUAL , con un titular acertadisimo. L.M.
ResponderEliminarMuy interesante tu crónica ligera sobre una velada magnífica de música y de convivencia R.S.M.
ResponderEliminarMagnifico
ResponderEliminarQuerida Julia, que gusto de crónica musical, con toques y ternos taurinos incluidos. Una maravilla. Feliz y muy artístico año 2024.
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ResponderEliminarMaría Tecla Portela Carreiro : Lo de los churros con meninas es un hallazgo, como una danza trivial o nadar en la ambulancia...
JULIO MENDOZA : Querida Julia, disfruto con tus crónicas, son un deleite y una lección de saber estar. Por favor se inmortal. Hace años asistí a un concierto de Año Nuevo en Viena con Ana. Tres placeres: Ana, Viena y el concierto. Brindo por el resurgir, ¡Feliz 2024! Tu amigo y admirador, Julio Mendoza
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