martes, 28 de mayo de 2024

CARLOS AGANZO, autor del libro "Don de la insolencia", sobre Juan de Tassis, Conde de Villamediana, “un gran poeta barroco del siglo XVII, más allá de hombre galante”

Carlos Aganzo, escritor, poeta
Ofelia Villagrande, Diego Alcázar, Carlos Aganzo, Alberto Gutiérrez y Emilio del Río

 

Julia Sáez-Angulo
Fotos: E. Pisonero y J. Sáez 

29/5/24.- Madrid.- ¿Quién mató a Juan de Tassis, conde de Villamediana? Un hombre, galante, tahúr, buen picador –“picaba muy alto"-, audaz, valiente en la Corte, con gran éxito entre las damas, incluida la Reina; aficionado a los burdeles; rico como monopolista del Correo del Imperio Español, con muchos “méritos” para ser admirado, envidiado, odiado y asesinado, como así lo fue, en la esquina de la calle Mayor de Madrid, con la de Coloreros, donde existe una placa que recuerda su muerte violenta el 21 de agosto de 1622. En este lugar,  Carlos Aganzo y una comitiva dejamos un ramo de flores, después de la presentación del libro “Don de la insolencia” en la célebre  Casa de la Panadería -no lejos de la estatua de Felipe III y de donde tuvieron lugar los hechos. 
¿Quién mató a Juan de Tassis y Peralta (Lisboa, 1582-Madrid,1622), II Conde de Villamediana?, es la pregunta que ha quedado en el imaginario popular, pero en su libro sobre el Conde de Villamediana, editado por Siruela, Carlos Aganzo insiste en que es además de caballero galante… Juan de Tassis tiene una faceta olvidada, la de ser un gran poeta en los tiempos de ese dotado Siglo de Oro, que dio nombres como Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Luis de Góngora o Francisco de Quevedo.
En el acto de presentación de “Don de la insolencia” intervinieron Emilio del Río, concejal de Bibliotecas y Archivos del Ayuntamiento de Madrid; Alberto Gutiérrez, concejal del Ayuntamiento de Valladolid; Diego Alcázar Silvela, marqués de la Romana y escritor, y Ofelia Villagrande, directora de la editorial Rayuela.
Carlos Aganzo recordó la intenta y agitada vida del Conde de Villamediana, que sufrió dos exilios y pasó más tiempo exiliado que dentro de la Corte, pero destacó fundamentalmente su olvidada faceta de poeta notable, muy dotado para la sátira y el amor, capaz de hacer realidad la leyenda de que incendió un teatro en Madrid, para poder sacar a la Reina en brazos. Aganzo leyó al final de la presentación del libro, dos poemas de Juan de Tassis: “Ícaro” y “Definición del amor”, ambos figuran en “Don de la insolencia”, un libro que participa de la biografía, el ensayo y la poesía, por lo que no es una biografía al uso.
Juan de Tassis picaba muy alto y era capaz de representarse como Mercurio, rey del Comercio y el Correo, junto al rey como Marte. “Amó tanto los caballos como los diamantes”, sus dos pasiones, según el escritor Carlos Aganzo. “Nunca vendió uno solo de sus caballos, cuando ya eran viejos”. Su atrevimiento e insolencia le hizo incluso disputar su valimiento al Conde Duque de Olivares.
Pero lo importante del libro y lo que se desea destacar es que fue un escritor del Barroco injustamente olvidado, que vivió el momento histórico clave del Imperio Español, la línea álgida entre su esplendor y el comienzo de la decadencia, un poeta que trajo el petrarquismo de Italia y después protegió a Góngora y se hizo culterano, forzando la tradición de la poesía, que le venía de Garcilaso. El Conde de Villamediana fue grande en los sonetos de amor y en las sátiras políticas, divertidas y fulminantes, que nada tienen que envidiar a las columnas críticas contra los políticos hoy. Más adelante, destacan los poemas del exilio del Conde de Villamediana, poemas de tristeza y diálogo con los cielos, las nubes, los ríos o los mares…
Don Juan de Tassis, Conde Villamediana, un personaje interesante, apasionado, poliédrico, ante el que siempre nos interpelará la pregunta de quién lo mató, no a espada ni a lanza, sino con un objeto contundente que lo atravesó de lado a lado, como si hubiera sido fabricado ex profeso para ello. Pero hay que insistir en que fue un escritor barroco más que notable, con poemas que bien vale la pena recitar en voz alta, como hizo el también poeta y autor del libro (y otros 50 libros más), Carlos Aganzo.
        Tras la presentación de "Don de la insolencia" en la Casa de la Panadería de la Calle Mayor, autor, presentador y comitiva de asistentes, acudimos a depositar una flores en la esquina donde fue asesinado el Conde de Villamediana. Y allí cantó el tenor Javier Recio, una hermosa canción italiana del XVII.
    Entre los asistentes: Águeda de la Pisa, Miguel Ángel Cortés, Gastón segura, Encarnación Pisonero...
  

Esquina de la calle Mayor con la calle Coloreros, donde fue asesinado Juan de Tassis, Conde Villamediana. Colocación de flores junto al poeta Carlos Aganzo

Carlos Aganzo y el tenor Javier Recio
Carlos Aganzo con su libro "Don de la insolencia"

Carlos Aganzo y el tenor

1 comentario:

  1. Queridos amigos
    Celebro un homenaje a un poeta que muchos olvidaron. Aproveché para releer algún soneto de él. Recuerdo sobre todo uno del beso de una dama. Nuevos saludos,
    Raúl

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