J. S. A.
17/5/24 .- Madrid.- César Augusto Franco (Piñuecar, Madrid, 1948) es el autor del poemario “Visiones, ganador del XLIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, libro que ha sido publicado recientemente por la Fundación Fernando Rielo. El premio cuenta con una dotación de 7.000 €, la edición de la obra y una medalla conmemorativa. La obra ha sido seleccionada de entre 268 poemarios procedentes de 22 países.
El Jurado ve en la obra Visiones que “hay un sereno fluir en camino purificativo hacia la luz que Dios es. Esa luz puede ser la que peregrina con el poeta en su camino viador, o la que, proféticamente, confía alcanzar en el amanecer definitivo de la parusía: “No me dejes ser pasto de la nada, / polvo olvidado en el hondón del Hades, / mortal despojo del sepulcro cierto. / Hiéreme con tu amor, dime verdades, / y déjame la herida al descubierto / ungida con tu luz enamorada”.
Junto al ganador, el jurado distinguió a once finalistas: Soledad Sánchez Mulas (Salamanca, España); Robert Morrison Randolph (USA); Oswaldo José Sánchez Pieri (Buenos Aires, Argentina); Antonio Bocanegra Padilla (San Fernando, Cádiz, España); Luis Ángel Ruiz Herrero (Sevilla, España); Teresa Martínez Espejo y Lucrecio Serrano Pedroche (Madrid, España); Javier Alvarado (Panamá); María Eugenia Suárez de Balza (Puerto Ordaz, Venezuela); Sonia Losada Domínguez (Madrid, España); Elena Martín Otín (Madrid, España) Carlos González García (Fresnedillas de la Oliva, Madrid, España).
El autor, Monseñor Cesar A. Franco es en esta ocasión el obispo de Segovia des 1914, doctor en Teología por la Universidad de Comillas y diplomado en Ciencias Bíblicas. Ha publicado diversos libros y artículos de investigación sobre el Nuevo Testamento, algunos de ellos traducidos al italiano. Ha tenido diversos cargos dentro de la Conferencia Episcopal Española.
El Premio Mundial de Poesía Mística fue creado por Fernando Rielo en 1981 con el fin de promover la poesía mística y encontrar y dar a conocer a aquellos poetas que unan una elevada espiritualidad a una auténtica expresión literaria. Cuando esta doble premisa no se cumple, se pretende otorgarlo, antes que declararlo desierto, a verdaderos poetas que, aunque no puedan ser estimados místicos en un sentido estricto, aportan una delicadeza digna de respeto.
Deseando leer el poemario. Siempre es un deleite gozar la poesía mística.
ResponderEliminarEnhorabuena a Mons. César A. Franco.
Rogelio Sánchez