viernes, 21 de junio de 2024

"El enfermo imaginario" de Molière, en el Corral de Cervantes

Juanjo Díaz Polo, del protagonista "Argan"

Saludos al final de la interpretación


Julia Sáez-Angulo
Fotos: Adriana Zapisek

        22/6/24 .- Madrid.- "El enfermo imaginario" de Molière se ha estrenado en el Corral de Cervantes (Paseo de la Chopera, 8), dirigida por Jacobo Muñoz, en adaptación de Manuel Benito y Jacobo Muñoz. 
“El enfermo imaginario” de Molière es una comedia divertida, más bien una farsa, de burla a los médicos, sus latines y recetas incomprensibles, para regocijo del público del XVII y de nuestros días. La función dura una hora y tres cuartos, un poco larga quizás, con algunas secuencias reiterativas, como la de la lavativa. En cualquier caso, una obra genial del autor galo que nos hace pasar un buen rato con sus hipérboles y exageraciones. 
        La interpretación es ágil y cabría destacar la del portagonista Argán, interpretado por Juanjo Díaz Polo y Toñeta, por Lara Loher.
    No olvidemos la obra “El médico a palos” (“Le médecin malgré lui” -el médico a su pesar- también escrita por Molière, cuando estaba enfermo y quiso mostrar sus dudas, cuando no menosprecio por los médicos, verdadera obsesión del autor.
    (La dramaturga argentina Mónica Maffía ensaya una obra de Molière que no se ha representado en España, para el próximo curso)

SINOPSIS .- “El enfermo imaginario” de Molière es una brillante comedia que narra la historia de Argán, un hombre obsesionado con su salud y convencido de padecer múltiples enfermedades. En su afán por recibir atención médica constante, Argán se rodea de médicos charlatanes y tratamientos absurdos, mientras su familia y amigos aprovechan su hipocondría para manipularlo. Su segunda esposa, Belina, pretende quedarse con su herencia, mientras su hija Angélica lucha por casarse con su verdadero amor en lugar del médico que su padre ha elegido para ella. Con su característico ingenio y humor, Molière critica la medicina de su tiempo y revela la vulnerabilidad humana ante el miedo y la superstición.

Molière conectó con el público del XVII

Hablar de comedia sin mencionar a Molière es impensable. Este autor conectó plenamente con su público en el siglo XVII y continúa haciéndolo hoy en día.
    Estamos viviendo en un mundo donde la televisión, los diarios y las redes sociales están llenos de miseria, tensión y miedo… ¿qué mejor que Molière para mejorar tu estado de ánimo?
    Ninguno como él supo emplear el humor como herramienta comunicativa. Lo que es la caricatura para el dibujo, lo es Molière para el teatro.
    En palabras de su director:
    “Un Molière siempre nos invita a la reflexión. Sus personajes son nuestras caricaturas, y este autor nos hace preguntarnos continuamente: ¿qué personaje de la obra soy yo? ¿Con cuál personaje me describe Molière?”
    Concretando a El enfermo imaginario, no soy quien, para juzgar a los médicos, pero sí para criticar el uso del miedo para controlarnos. Aquí encontramos a Argán, un hombre con salud sorprendente que soporta todas las lavativas, medicinas y sangrías que sus médicos le recetan. Él termina insensible a las necesidades de su familia e incluso al egoísmo de su esposa. Naturalmente, tanta preocupación por uno mismo nos lleva a situaciones absurdas en nuestra vida.
    Dar vida a esta obra ha sido un viaje emocionante. El ritmo fue crucial para la comedia y la creación de personajes, acercándonos a estos “muñecos o fantoches de cartón y trapo” como define Jacinto Benavente en Los intereses creados.

REPARTO
Argán : Juanjo Díaz Polo
Silvestre/ Tomás Descompuestus : Iván Villegas
Toñeta: Lara Loher
Angélica / Lucinda: Chantal Martín
Belinda: Laura Martínez
Buenafé / Dr. Purgón: Alex Tormo
Cleantes / Sr. Oliscante: Nacho Laguna




Julia Sáez-Angulo y Mónica Maffía, dramaturga argentina

Foto en el panel horadado

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