viernes, 25 de octubre de 2024

PILAR AROCA, poeta, recibe a antiguos amigos en La Moraleja

Pilar Aroca, empresaria y poeta


Pilar Aroca recibe a antiguos amigos en La Moraleja: Antonio, Conchita, Pilar, Julia y Patricia

Julia Sáez-Angulo
Fotos: Patricia Larrea

26/10/24 .- Madrid.- Al fin llevamos a cabo el encuentro y almuerzo de amigos planeado desde finales del verano. La escritora Pilar Aroca nos convocó aprovechando el verano del membrillo, posterior al veranillo de san Miguel, para comer en una terraza soleada, pero el viernes 25 amaneció lluvioso y tuvimos que comer en el interior de El Barril, restaurante marinero en la plaza de la Moraleja. Allí acudimos Patricia Larrea, escultora ecuatoriana afincada en Madrid desde hace 54 años; su marido el físico Antonio de la Cuerda; Conchita Antolínez, viuda de Renán Flores Jaramillo, Secretario General Adjunto de la OEI, y yo.
La llovizna solo fue un calabobos, pero hacia fresco y se estaba bien dentro para disfrutar de una comida a base de pulpo, arroz con marisco y dados de solomillo. Para postre filloas calientes con crema. Para el vino, Antonio nos dio la solución: el buen vino en casa, y, en el restaurante, el vino de la casa.
La presencia de Conchita me hizo recordar que entrevisté en su día al escritor diplomático Renán Flores Jaramillo (Quito, 1926-2013), sabio escritor de una docena de libros y miembro de la Academia de la Lengua en Ecuador, en la que llegó a director en 2012. Un hombre culto, erudito, irónico y de buen humor. Amaba a Ecuador con todas sus fuerzas, si bien quería mucho a España. Un día se enfadaron los cónyuges de un matrimonio amigo, él español y ella ecuatoriana.  Y Renán le dijo a su esposa española con humor: “Yo solo puedo estar al lado de ella, ecuatoriana; es una cuestión de patriotismo”.
Pilar Aroca que, desde la Covid-19 sale muy poco de casa cuenta muchas historias domésticas y personales acumuladas. Tiene 84 años -la edad de las damas solo se puede decir a partir de los 80- y ella no los oculta. Con el pelo recogido, hoy tenía el aire de dama japonesa. Tiene una memoria prodigiosa y su narrativa oral es abundante y amena. Solo se queja de su corazón, que le fatiga al andar. Estudió Bellas Artes y pintó cuadros de gran formato que luce en su casa, pero su vida derivó por el mundo de la empresa y de la literatura, con seis libros publicados. Formó parte de la junta directiva de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, AEAE. Escribió en su día versos precisamente sobre el corazón:
En este corazón, vibrante caja,
han guardado los hados su memoria
de notas desgarradas y dolientes:
Tañidos arrancados de la tierra.
Y es, como una mujer enamorada,
símbolo de pasiones y placeres.
Es el amor, el odio y el olvido
Recordado en la noche cadenciosa.
(“En este corazón”. 2011)
        Le pregunto a la autora si sigue escribiendo poesía y me dice que tiene algunos poemas inéditos sobre Ucrania y Navidad. "Hay que ordenarlo todo y estoy un poco vaga", confiesa.
Por sus recuerdos pasa el del pintor Manuel Mingorance Acién (Málaga 1920-2º11), del que fue tutora y albacea. Uno de sus poemarios se ilustró con dibujos de Mingorance, que legó la obra pictórica a su ciudad natal. De este pintor contó una historia hilarante, con final sorpresa, que contaré algún día si Pilar me da permiso.
La verdad es que la vida de Pilar Aroca ha estado llena de avatares, y ella los transforma o sublima en relatos variopintos a lo Sherezade. A Patricia Larrea le gusta la historia de, cómo ambas se conocieron e iniciaron su gran amistad.
En las dos casas, sucesivas en La Moraleja, de Pilar Aroca han tenido lugar numerosas tertulias de literatos y artistas. Por allí han pasado, además de embajadores, sobre todo, hispanos, poetas como Luis López Anglada, Renán Flores Jaramillo, Luis del Pozo, Carlos Murciano, Jorge del Arco, José Javier Aleixandre, Fina de Calderón, Jesús Ríosalido, Carmina Casala, Juan Van Halen, Emilio Porta, Julia Sáez-Angulo… o pintores y escultores como Evaristo Guerra, Capa, María Ángeles de Armas, Pepe Carralero, Patricia Larrea, Santiago de Santiago, … De todos ellos – llegaban a juntarse casi un centenar- se guardan obras en sus paredes o archivos y vienen a mostrar una secuencia de amigos.
Para terminar, una de las historias singulares, que tanto Pilar como Patricia la califican de “el milagro”. El Dr. José Sánchez Barrado, médico en Escalona, un auténtico santo (vivió por y para su esposa, la pintora M. Ángeles de Armas, de la que escribió su biografía) le recomendó en un tiempo de tribulación por el que pasaba Pilar, porque tuvo un accidente y se quedó sin poder andar y necesitaba moverse en silla de ruedas, que fuera a encomendar el asunto a María Auxiliadora, la Virgen patrona de los Salesianos. 
Pilar, con una fe pálida y sin entusiasmo alguno, acudió a la iglesia que le recomendó el amigo y se encontró ante una imagen de la Virgen, a la que miró reticente y pensó para sus adentros: Pero, ¿qué hago yo aquí, ante una imagen fea, deteriorada y con un pie horrible, deformado por los besos de la gente? De pronto sintió un calor inmenso, de la cabeza a los pies, que le pareció algo extraño, fuera de lo normal. Extraordinario.
Regresó a su casa y Pilar durmió muy bien toda la noche. A la mañana siguiente bajó a desayunar como todos los días y ve la cara atónita de Rosita, la doméstica de toda la vida, que le dice: ¡Señora, está usted bajando sola las escaleras! Ella cayó entonces en la cuenta.
    Al poco tiempo, le llamó por teléfono el santo amigo, José Sánchez Barrado, y le preguntó: ¿Qué? ¿Como te encuentras? ¿Estás ya bien del todo?
Pilar Aroca creyó y rezó siempre a María Auxiliadora, a partir de aquel día. En su casa hay una pequeña capilla dedicada a la Virgen, pintada en verde Palermo, por la propia dueña de la casa, que tiene también manos prodigiosas; corta y maneja las maderas como un ebanista, para enriquecer arcos, dinteles y jambas de sus salones. Es su habilidad manual y estética que debe venirle de las Bellas Artes.
En suma, un encuentro grato, divertido y rumboso entre amigos, en el que Pilar Aroca, pintora, empresaria y poeta, llevaba la voz cantante. Quedan muchas historias por contar y contaremos.

Patricia, Pilar y Julia
Plaza de La Moraleja
Sísifo en el jardín de Pilar



5 comentarios:

  1. Que momentos más entrañables y mágicos ayer junto a Pilar, se derramó en mis mejillas unas lágrimas al reencontarnos junto a ella y abrazarla, Pilar significa mucho en mi vida, grande como persona grande como amiga, desde la pandemia ella decidió ser un colibrí en jaula y no salir, solo nos llamamos, gracias Julia, hermoso todo como lo relatas, volvimos a casa felices, y es que Pilar la tenemos muy dentro de nuestro corazón!
    Patricia Larrea

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  2. Pilar Aroca, escritora, pintora, compañera y amiga, siempre tendrá un hueco en mi corazón. Espero que por muchos años.

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  3. Estela Elmquist : Hermoso almuerzo con comida exquisita y tanta cultura.

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  4. Julia Marina : Gracias por contar en tu crónica un milagro .( Los milagros existen ! )

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