lunes, 21 de octubre de 2024

“TRATADO SIN NOMBRE”. A propósito de los poetas y la poesía. Secretos de la poesía japonesa, por Kamo no Chomei, editado por Satori



L.M.A. 

    21/10/24.- Madrid.- Genio solitario y visionario, Kamo no Chōmei vivió durante una época de declive, caos y violencia que muchos asociaban con el final de los tiempos, y en cierto modo así fue: la refinada cultura cortesana sucumbió ante el feroz poder militar de los samuráis. 

Chōmei se propuso salvar a la poesía del desastre que se avecinaba y concibió este “Tratado sin nombre”, para preservar el arte poético tradicional adaptándolo a los nuevos tiempos y dotándolo de la libertad necesaria para perdurar eternamente. 

Comentarios sobre composición, las principales escuelas poéticas, los retos a los se enfrenta un poeta, el sutil equilibrio entre forma y fondo… observaciones y consejos que hacen de “Tratado sin nombre” un grimorio para poetas de todo tiempo y lugar y un disfrute para el lector contemporáneo gracias a la aguda mirada de su autor, su sentido de la ironía, su capacidad para retratar tipos humanos y su talento para captar la grandeza o la mezquindad de sus coetáneos. 

NO CHŌMEI (1155-1216), poeta, ensayista y crítico de waka (poesía vernácula japonesa), es unánimemente considerado una de las figuras más importantes en la historia de la poética nipona. Chōmei recibió una completa formación artística en música y poesía. 

A pesar de su origen comparativamente humilde, sus dotes poéticas le valieron el reconocimiento de la corte y la obtención de un cargo designado, al que renunció al tomar los hábitos budistas en 1204 y dar la espalda al mundo. 

Construyó su pequeña cabaña de ermitaño en las estribaciones de Hino, al sureste de la capital. Allí, atribulado por los violentos desastres naturales que asolaron Heian-kyō durante esos años, Chōmei escribió “Un relato desde mi choza” (Hōjōki), un canto a la vida retirada en la naturaleza de quien busca la soledad y la simplicidad en un mundo lleno de caos y desorden. 

A pesar de su retiro, Chōmei se mantuvo en contacto con la corte y el mundo poético. En 1205, diez de sus poemas se incluyeron en el primer borrador del Shinkokinshū, la octava antología imperial de poesía que fue promovida por el emperador Go-Toba, de quien Chōmei era protegido.

          Alrededor de 1208 o 1209, Chōmei comenzó a trabajar en esta su obra magna “Tratado sin nombre” (Mumyōshō). Otras de sus obras son Hosshin shū («Ejemplos de vocación religiosa», 1214- 15), y el Ise-ki («Registro de un viaje a Ise»), que lamentablemente no se ha conservado.


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