Julia Sáez-Angulo
Fotos. Adriana Zapisek
24/2/25.- Madrid.- “La Dama Boba”, obra teratro de Lope de Vega, se representa con gracia y donaire en la Sala de Terneras del Corral de Cervantes, este último en obras, a la espera de permisos municipales.
La actriz Leticia Ramos representa de modo desenvuelto, fresco y grácil el papel de la dama boba/lista antes sus propios intereses y defensa ante los otros, en una trama llena de enredos hasta llevar a un final expectante y feliz. La obra está dirigida por Rodrigo Arribas.
Frente a la tesis de que el amor atonta y obnubila, Lope de Vega parece indicarnos aquí, que el amor abre la mente y otorga razón, a lo que antes era sinrazón.
Los actores del reparto llevan a cabo la obra con buen ritmo de palabra y gestos, pero ¡ay! el vestuario de la primera parte resta esencia y poética al hermoso teatro del Siglo de Oro. En primer lugar, con camisetas marineras de rayas, que más que graciosas, se me antojan patéticas. No digamos ya, de la falda marrón y blusa blanca ajustada, con coleta futurista de “Nise” o el traje de rayas diplomáticas de mafioso o malevo borgiano de uno de los actores. Echaba para atrás, en una representación de la Fundación Siglo de Oro, a la que no se le piden lujos como en el Centro Nacional Dramático, pero sí una mayor coherencia y respeto en su simplicidad, que no resultaría más cara, so riesgo de despistar y desorientar a la hora de sumergirse en esos dos siglos de Oro, XVI y XVII, como digen algunos críticos franceses. Punto a reflexionar.
Sinopsis.- La dama boba, terminada de escribir el 28 de abril de 1613, es una obra perteneciente al género de las comedias de enredo que plantea el recurrente y revisitado juego cómico entre el amor y la razón, propio tanto del Siglo de Oro como de su gran autor Lope de Vega.
La pieza se centra en la transformación de la boba Finea en dama discreta gracias al poder educativo del amor. En el Madrid del S.XVI, Finea, heredera de una gran fortuna, es prometida en matrimonio con Liseo. Laurencio, el enamorado de su hermana Nise, y por el interés en la dote de Finea, trata de enamorarla con palabras y requiebros que ella desconocía.
Llegado el momento de la presentación de los prometidos, Liseo decepcionado por el imprudente y “bobo” comportamiento de Finea renuncia a casarse con ella. Liseo y Laurencio acuerdan, tras su enfrentamiento provocado por los celos, cortejar cada uno de ellos a cada una de las hermanas que más le interesa. Tras esta orquestación, a espaldas de ambas hermanas, la personalidad de Finea se va transformando como resultado de su relación amorosa con Laurencio.
Nise, desconocedora del pacto alcanzado por los galanes y profundamente celosa de la relación de su hermana y su antiguo pretendiente, Laurencio, acude a su padre Octavio, que interviene para atender la solicitud de su hija mayor. El acrecentado ingenio amoroso e intelectual de su hermana Finea, generará un desenlace y resolución de las aspiraciones de todos los personajes como ninguno podía esperar de ella.
“La gran contemporaneidad del teatro de Lope nos reta a devolver sus historias al espectador de hoy con la misma riqueza con las que fueron concebidas, y no como el dibujo de una sociedad pasada, sino como retratos de hombres y mujeres que podríamos ser nosotros. La acción permanente junto al movimiento interno y coreográfico de sus versos precisan que la puesta en escena y los actores y actrices estén cambiando permanentemente como personajes. Son el reflejo de la constante variación del ser humano que, a velocidad de vértigo, se modifica a sí mismo y a los demás, en un obstinado y tenaz entorno mudable. Las obras de Lope no son naturalistas, no requieren recargarse de accesorios, necesitan más energía y fluidez que la vida cotidiana. Lope crea su propia realidad y sus personajes se mueven con cada incidente. Sus textos exigen este movimiento ya que en su obra, como gran coreógrafo de palabras, sentimientos y emociones que fue, hay una vitalidad sin límites.
La simplicidad necesaria en el salto de esta historia al escenario, su musicalidad poética y el permanente fluir de sus personajes, trasciende a la narrativa de La dama boba, convirtiéndose en su argumento principal, construyendo —tanto para el personaje como para el espectador— un equilibrio perfecto entre su fondo y su forma, entre nuestra razón y nuestro corazón, entre el deber y el querer. Los aspectos más característicos del teatro de Lope de Vega, estas historias psicológicas turbulentas que están adornadas con un lenguaje de belleza rica e ingeniosa, que sirven de paisaje a sus obras y que hacen del mismo uno de los autores más relevantes en la historia de la literatura universal, se entrelazan de manera magistral en esta pieza y permiten poner frente al espectador el intrincado juego de aspiraciones, contradicciones, ambiciones, amores y celos que componen la obra en su contexto original, mostrándonos cuán parecidos somos.”, escribe Rodrigo Arribas, director del montaje
REPARTO: NISE: Manuela Morales; FINEA: Leticia Ramos; LISEO: Martín Puñal; LAURENCIO / LEANDRO: Enrique Meléndez; CELIA / TURÍN / FENISO: Nuria Gil; OCTAVIO / PEDRO: Ángel Ramón Jiménez; DUARDO / CRIADA: José Ramón Arredondo.
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