Dejándose llevar por el inasible enigma de la poesía, Dinah Salama se ha centrado en los últimos años en algo tan inusual como la ilustración de poemarios. “Érase una voz”, de la poeta María Luisa García – Ochoa, es el último conjunto de poemas sobre el que Dinah Salama ha volcado su creatividad; y con las 25
imágenes que en un principio surgieron destinadas a completar la original obra literaria, ha compuesto la muestra “Pájaros y Párvulos”, que se exhibe en los bajos de la librería “Tipos Infames” (San Joaquín 3, Malasaña – Madrid), y que se podrá visitar hasta mediados de enero.
Con el atractivo cocktail entre los diferentes elementos que integran cada imagen, todas ellas en tamaños breves o medianos, sobre fondo claro y sirviéndose de una amplia gama de colores, la frescura se fusiona con la profundidad de un rostro con ojos velados; las cabezas con picos alargados de pájaros rematan las figuras femeninas – de perfil –, integrándose en una misma realidad; relacionándose dentro de una singular estética surrealista, que aporta su sello a casi toda la exposición.
Si la infancia no es sólo diversión, aunque desde su riqueza de matices pueda servir al juego ilustrativo, también supone hondura,
reflexión y pensamiento, cercanía y distancia. Envuelta por un amplio abanico colorista añadiendo vistosidad y sorpresa en estos dibujos que se sirven a menudo del collage, hechos a pincel y tempura. Y que en su etapa ya de madurez confirman a Dinah Salama el acierto que tuvo al prolongar su descubrimiento infantil:
“Empecé a dibujar desde muy niña, como si fuera un “tic” natural, irremediable”, confesaría en una reciente entrevista.
F. G. Román
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