miércoles, 12 de septiembre de 2012




Teresa de Calcuta, recordada y añorada a los quince años de su muerte



Julia Sáez-Angulo

         Quince años hace de la desaparición de la madre Teresa de Calcuta y su nombre, ya elevado a los altares como santa para los cristianos católicos, sigue despertando veneración y respeto

         Nacionalizada india, pero nacida en Macedonia en 1910 y fallecida en Calcuta (India) en 2007, Teresa de Calcuta fue una mujer consagrada a los pobres a través de una gran labor humanitaria en la India por medio de la Congregación Misioneras de la Caridad que ella misma fundó. Además de la aureola de santidad que le otorgó la Santa Sede a los cinco años de su muerte, en vida mereció el premio Nobel de la Paz.
        
Una mujer menuda, de apariencia frágil tenía una voluntad grande, movida por el amor a Dios y su sentido profundo de la oración para estar en contacto con Él y sacar las fuerzas necesarias para la entrega a los demás, para vivir plenamente el

Son muchas sus afirmaciones en vida que se le recuerdan como  elocuentes de su pensamiento ascético y místico: Evangelio. Quizás la más significativa sea: “El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz”.

“Contra el aborto, adopción” fue una de las frases más rotundas a la hora de definirse ante la masacre de los concebidos, destruidos y  no nacidos”.

Teresa de Calcuta fue una mujer muy unida al Romano Pontífice Juan Pablo II con el que se entrevistó en ocasiones y permanecen fotografías impagables de aquellos encuentros. Hoy, los dos personajes históricos, la religiosa Teresa de Calcuta y el papa Juan Pablo II están en los altares; el segundo como beato.

La princesa Diana de Gales fue también a visitar la ingente labor de la religiosa de origen albano en la India, antiguo territorio de imperio británico. Los rostros sonrientes de ambas perduran en las hemerotecas.

Un bello lema para la vida que Teresa de Calcuta nos brindó fue: “No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz”.



  
        
        

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