jueves, 17 de abril de 2014

Museo Carmen Thyssen en Málaga, un lugar para el paisaje pictórico







Julia Sáez-Angulo

         La baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza articuló su colección en torno a la pintura del siglo XIX, por lo que el paisaje toma cuerpo y protagonismo en ella, ubicada en el hermoso palacio de Villalón, edificación noble del XVI. Actualmente ofrece hasta el próximo 20 de abril una exposición titulada Courbet, Van Gohh, Monet, Leger. Del paisaje naturalista a las vanguardias.

         El montaje ordenado de la exposición ordena las obras por los siguientes capítulos: Maestros antiguos, Paisaje romántico y costumbrismo, Preciosismo y pintura naturalista, y, Fin de Siglo. Andalucía es un buen lugar par esta colección, dado que buena parte del paisaje romántico y pintoresco de la pintura española del XIX refleja esta tierra y diversos pintores andaluces.

         Málaga es hoy una gran ciudad de museos con el de Picasso, Jorge Rando –que se inaugura el próximo 28 de abril-, Municipal, Revello del Toro y el Carmen Thyssen que nos ocupa.

Obra Romero de Torres

         El retrato de Julia (c. 1915) es la imagen del folleto del Museo Carmen Thyssen, con toda la significación icónica que esta elección tiene como elemento identificador del museo. Un autor catalán y no precisamente un paisaje. El cuadro de “Santa Marina” de Zurbarán es una buena pieza en su haber, pero no representaría bien el contenido del museo, tampoco el cuadro de Julio Romero de Torres, muy andaluz, pero con museo propio en Córdoba. Falta por tanto el buen icono identificador del Museo Carmen Thyssen, a menos que traiga al mismo su Mata Mua de Gauguin, que también es del XIX.

         En suma, la colección del Museo Carmen Thyssen acoge un siglo de paisajismo nada desdeñable, con todas las modulaciones que este género ha tenido a lo largo del XIX y principios del XX.

         En cuanto a la exposición temporal  cabe decir que buena parte de las obras expuestas pertenecen a la propia colección del Museo Carmen Thyssen, con un bello nocturno de Eliseu  Meifrèn, dos bellos Modesto Urgell, un buen Celso Lagar,  o del gran Rusignol, amén de puntuales representaciones de Friedrich, , Monet, Van Gohg, Leger, Derain o Sisley.

         Paisaje natural y paisaje urbano, este último más cercano a los vanguardistas. La luz a través del color es el gran resultado en los mejores cuadros de los pintores decimonónicos. Una muestra digna de ver, aunque no se encuentren las obras maestras de sus autores.



         

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