jueves, 26 de junio de 2014

Donaciones de Rita Donagh, la compañera de Richard Hamilton, al Museo Reina Sofía




 Rita Donagh y Richard Hamilton



Julia Sáez-Angulo

         Richard Hamilton es el padre del pop europeo y actualmente se expone su obra casi completa en géneros y estilos en el Museo Reina Sofía. Rita Donagh, la compañera del artista, presente en la inauguración, ha donado varias instalaciones al museo nacional que la expone y donde se fraguó el proyecto hace cinco años, cuando el autor lo visitó.

       Dadas las pocas obras que de Richard Hamilton (Londres, 1922 -2011)hay en España, la noticia constituye un enriquecimiento especial del patrimonio histórico artístico del museo y nuestro país.

Manuel Borja-Villell explicó la exposición a los periodistas a lo largo del recorrido de las 270 obras. La Fundación Abertis ha contribuido con su patrocinio a la exposición

         Vicente Todolí y Paul Schimmel son los comisarios de la muestra, quienes hablan de la complejidad y personalidad de la obra “Richard” –así le llamaban familiarmente en la rueda de prensa-, que supo colaborar con otros artistas como Picasso y Duchamp, este último sin duda su maestro y figura central, del que se exponen obras referenciales.

La vinculación Hamilton con los citados artistas de la modernidad tuvo lugar a través de Cadaqués. En Cataluña –explica Rita- compraron un gran arcón con la cruz de Montesa, que figura representado en un cuadro de  la última sala de exposiciones titulada “Interiores II y últimos trabajos”, donde Rita posa desnuda para muchos de ellos.



Objetos e Interiores

         Richard Hamilton (1922 – 2011) nació en una familia humilde y muy pronto se dio cuenta de que los objetos, la presencia y consumo de los mismos, eran clave definitoria en la sociedad contemporánea. De ahí su empeño y estudio de los objetos diseñados, que iban a formar parte, no solo en la iconografía sino con la presencia, de su obra.

         Los interiores fascinaban a Hamilton, por lo que tenían de instalación de nuevos diseños, a veces gélidos como los de hotel, de los que él da cuenta en sus fotografías y collages, así como en instalaciones. Los espacios impersonales y claustrofóbicos fueron su obsesión o preocupación.

         Hamilton no era narcisista, aunque su imagen aparezcan en algunas de sus obras. Su contemplación o más bien observación de la vida y la sociedad de masas es un testimonio irónico frío.



         En la exposición podemos ver la réplica que hizo de su célebre cuadro Qué es lo que hace que las casas de hoy sean tan diferentes y atractivas? , título que habla de su interés por los nuevos espacios domésticos donde el magnetofón o el aspirador forman parte de la decoración contemporánea. El original de este cuadro pertenece a una colección alemana que se niega a prestarlo, por lo que el artista, enfadado por ello, hizo un réplica para poder exponerlo.

         Las obras van reflejando que Hamilton es pintor e instalacionista al mismo tiempo. Sus últimos cuadros dejan testimonio de un paralelismo entre la fotografía y la pintura realista de las mismas, en un juego visual muy interesante y libre,  de afirmaciones sobre los géneros artísticos. La última pintura de Hamilton fue criticada como conservadora por la opinión británica, que quizás no comprendió la libertad y el juego que el artista quiso poner de manifiesto.

         A Hamilton le ha faltado unas señas de identidad tan contundentes como las de Warholl o Lischtentein, quizás porque no quiso quedarse en la cárcel del estilo. Su arte refleja la vanguardia radical a partir de los 60 y la posmodernidad. Es una sucesión abierta y rica donde se perfila su interés por la arquitectura (preciosa serie completa de Gugenheims, los interiores, los objetos, la fotografía, los carteles, la pintura, la escultura… Un artista observador e irónico. Un artista total en la segunda mitad del XX.





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