Julia Sáez-Angulo
Las Cocheras del Rey situadas no lejos del monasterio de El Escorial ofrece siempre dentro de sus salas-museo, alguna exposición interesante. Recientemente ofreció la titulada “El Escorial, Ojo del Mundo Entero”, de la que permanecen importantes piezas en sus fondos.
El museo Cocheras del Rey presenta de modo permanente la muestra “El Escorial a paso de herradura”, un conjunto de más de 500 piezas históricas y evocadoras de un tiempo de esplendor y poder. Todo el museo es obra del arquitecto Pedro Martín.
La gran novedad es la gran “Figura Cúbica”, escultura situada en el centro del Patio de Carruajes, que reconoce la conjunción genial de una serie de personajes como el rey Felipe II y el arquitecto Juan de Herrera para concebir y apoyar uno de los monumentos más grandes, sobrios y hermosos de la creatividad humana, que ha merecido el reconocimiento de patrimonio de la humanidad por la Unesco: el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
“La dimensión y proporciones de la céntrica escultura “Figura Cúbica”, quedan fijadas y asentadas por el montaje de una figura de cuerpo entero y a tamaño natural realizada por Esteban Ortego en hierro, granito y metal, representando al arquitecto Juan de Herrera”, se explica en el museo.
En contraste con la fortaleza y grandes medidas de la “Figura Cúbica” se expone, ya en el interior, una delicada pieza de orfebrería en bronce, obra de Sebastián Solar, trabajada en alto relieve siguiendo los modelos de las figuras del Cenotafio de Felipe II por Pompeyo Leoni (1600), situado en el altar mayor (en el lado de la Epístola) del monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Para los organizadores, esta “Figura Cúbica” ordena el espacio del Patio de Carruajes como lugar confortable para exposiciones y exhibiciones al aire libre, además de las salas interiores.
Napoleón, gran depredador de El Escorial
La exposición anterior a “El Escorial, Ojo del mundo entero”, fue el memorial de la invasión napoleónica del monasterio escurialense, donde saquearon por completo sus riquezas de acuerdo con las instrucciones claras que traían de París. El ejército francés fue depredador al máximo y el gran azote del patrimonio histórico-artístico en España.
El general Murat fue un “auténtico genocida”, al decir en su día de la presidenta Esperanza Aguirre, puesto que proclamó un bando en el que se dijo que todo madrileño que llevara un arma blanca en su bolsillo –algo habitual en la época, simplemente para comer- sería pasado por las armas.
La noble villa de El Escorial tuvo a raya al ejercito napoleónico en su deseo de que no invadiera el célebre monasterio la codicia francesa.
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