lunes, 2 de agosto de 2010

Pinturas rupestres en el Abrigo de los Aljibes de La Pedriza de Manzanares el Real



L.M.A.


La Comunidad de Madrid cumple este año un cuarto de siglo

cuidando del patrimonio histórico de los madrileños en una labor que

comprende desde la recuperación de vestigios arqueológicos y

paleontológicos hasta la rehabilitación de monumentos de todo tipo para el

disfrute de los ciudadanos. Coincidiendo con esta fecha tan señalada, el

director general de Patrimonio Histórico del Gobierno regional, José Luis

Martínez-Almeida, visitó hoy uno de los tesoros más antiguos que se

conservan protegidos por la Comunidad de Madrid: las pinturas rupestres

del Abrigo de Los Aljibes, en La Pedriza.

Durante su visita a las pinturas, que tienen en torno a 4.000 años de

antigüedad (fueron creadas entre las fases finales del Neolítico y las

primeras etapas de la Edad del Bronce), Martínez-Almeida anunció que la

Comunidad estudia diversas alternativas para hacer accesible a todos los

madrileños este tipo de arte primitivo localizado en una veintena de

enclaves de los extremos norte y suroeste de la región.

Las pinturas del Abrigo de Los Aljibes fueron descubiertas en 1989.

Hasta esa fecha no se conocía ningún enclave con arte rupestre

esquemático en la Comunidad de Madrid, por lo que el hallazgo alertó a

los investigadores sobre la posible existencia de otras manifestaciones

rupestres prehistóricas en el territorio madrileño.

El Abrigo de Los Aljibes se encuentra en las estribaciones orientales

de La Pedriza de Manzanares El Real. Se trata de una pequeña oquedad

natural (6 metros de profundidad, 2 metros de anchura máxima, 1,50 de

altura máxima), que posee amplias vistas sobre el valle del río

Manzanares. Las pinturas se ubican en la pared derecha del abrigo,

ocupando un panel vertical de 1,25 metros de ancho por 0,80 de alto.

El contenido artístico de este abrigo se compone de varios signos

geométricos y hasta 25 figuras antropomorfas de tipo esquemático

realizados en color rojo de varios tonos. Los elementos más significativos

son sin duda las citadas figuras antropomorfas, realizadas con trazos

simples, que parecen conformar una escena.

Debido a las escasas dimensiones del abrigo y la fragilidad de las

manifestaciones rupestres, no está abierto al público y se encuentra

cerrado mediante unas rejas de seguridad instaladas por la Comunidad.

Arte rupestre prehistórico en la Comunidad de Madrid

Hasta el año 1989, fecha del descubrimiento del Abrigo de Los Aljibes, el

arte rupestre prehistórico de la Comunidad de Madrid se reducía a un

único yacimiento, la famosa Cueva del Reguerillo, situada en las

formaciones calizas del término de Patones, en la que se encontraron a

principios del siglo XX grabados que han sido atribuidos al Paleolítico

superior. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1944.

Con el paso de los años fueron descubriéndose otros y los hallazgos

más recientes de arte rupestre esquemático han tenido lugar en la banda

de calizas cretácicas que recorre el término de Guadalix de la Sierra, área

donde ya se había señalado anteriormente la presencia de

manifestaciones artísticas postpaleolíticas. En el año 2000 se descubrió la

figura aislada del arroyo Albalá, en 2001 las pinturas de la Cueva del

Quejigal y en 2005 las del Abrigo de los Alcores.

En la actualidad se conocen en la Comunidad de Madrid un total de

19 enclaves con pinturas esquemáticas postpaleolíticas y un único

ejemplo de arte rupestre atribuido al Paleolítico superior, los grabados de

la Cueva del Reguerillo (Patones).

Extremos norte y suroeste de la región madrileña

Se han definido dos grandes núcleos de arte esquemático, situados en las

estribaciones del Sistema Central. El primero, en el extremo norte de la

Comunidad, cuenta con once estaciones localizadas entre Patones y

Guadalix de la Sierra pasando por los municipios de Torremocha del

Jarama, Torrelaguna, y El Vellón, otras tres estaciones situadas en los

ambientes graníticos de la Pedriza de Manzanares El Real y una más en

las proximidades de Buitrago del Lozoya.

El segundo grupo se sitúa en el extremo suroeste de la provincia, en

el valle del Alberche, con las cuatro estaciones de San Martín de

Valdeiglesias y Pelayos de la Presa, localizadas todas ellas en el ámbito

del Cerro de San Esteban.

Los motivos más frecuentes en las pinturas postpaleolíticas de la

región son las barras, las puntuaciones, los motivos abstractos y

geométricos y las representaciones esquemáticas de figuras humanas y

de animales.

25 años conservando el patrimonio

Estas creaciones artísticas de nuestros antepasados son sólo una muestra

de la enorme riqueza histórico artística que se conserva en la región. Hace

25 años, la Comunidad de Madrid asumió las competencias en materia de

conservación y difusión del patrimonio histórico, etapa que Martínez-

Almeida calificó hoy de “enormemente positiva, ya que durante estos

años, el Gobierno regional ha tomado medidas que han permitido que los

madrileños disfruten del legado de sus antepasados. Se trata de iniciativas

clave como la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid,

10/1998; la creación del 1% Cultural, que destina el 1% del presupuesto

de obras públicas a financiar actuaciones sobre el patrimonio histórico

artístico, y la aprobación del Plan de Yacimientos Visitables, que ha

permitido abrir ya al público nueve de los 26 con los que contamos”.

El 1% cultural ha complementado el esfuerzo presupuestario

realizado por la Comunidad para restaurar desde restos paleontológicos

hasta joyas arquitectónicas de todos los tiempos, incluyendo

infraestructuras civiles (la Plaza de Chinchón, la calzada romana de

Galapagar; la antigua fábrica de Cervezas El Aguila, que alberga la

Biblioteca Regional; el Museo Casa Natal de Cervantes…), recintos

amurallados (Buitrago del Lozoya…), castillos (Manzanares…), iglesias y

conventos (Capilla del Obispo, Convento de las Comendadoras…), etc.

Además de aprobar la Carta Arqueológica de la Comunidad de

Madrid, se ha establecido un control arqueológico y paleontológico sobre

todas las obras que se realizan en zonas en las que se estima que puede

haber restos. Se trata de una medida conocida como arqueología

preventiva que ha permitido dar con hallazgos como la cápsula del tiempo

de Cervantes, los restos paleontológicos prehistóricos de la M-30 y de la

estación de Metro de Carpetana, o los vestigios arqueológicos del Metro

Opera y la estación de Cercanías de Sol, y exponerlos, muchas veces en

el mismo lugar en que se localizaron.

Investigación en marcha

Por supuesto, la Comunidad ha apoyado la investigación en campañas en

diversos yacimientos, entre los que destacan, por mencionar tan solo dos

de ellos, el yacimiento paleontológico de Pinilla del Valle y la ciudad

romana de Complutum, en Alcalá de Henares. todo ello se suma la labor

de investigación y difusión que realiza la Comunidad y, especialmente, el

Museo Arqueológico Regional, cuyas instalaciones, abiertas en 1999, van

a ser ampliadas en los próximos meses para ganar espacio destinado al

público. La Comunidad ha organizado durante estos años múltiples

exposiciones temporales (ahora mismo pueden visitarse la muestra de la

Cápsula del Tiempo de Cervantes en la sede del Gobierno regional, en la

Puerta del Sol, y la exposición Oro y Plata en el Museo Arqueológico

Regional, en Alcalá de Henares).

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