Beatriz de Coro, Series
fotográficas y Poesía en el Centro Nicolás Salmerón
Julia Sáez-Angulo
La fotógrafa Beatriz de Coro (Madrid, 1978) ha expuesto sus últimas tres
series fotográficas en el Centro Cultural Nicholás Salmerón de Madrid. La muestra,
comisariada por la crítica de arte Manoli Ruiz, permanecerá abierta hasta el 15
de noviembre de 2012.
“La otra escena” da nombre a la muestra en la que la
fotógrafa confiesa que desea mostrar su sensibilidad con los animales, su deseo
de que no sufran. Consta de doce fotografías. La fotógrafa ya está trabajando
en una nueva serie.
“…Tan segura como de encontrar serpientes en mis brazos” es
el título de la serie de cinco fotografías en blanco y negro, con revelado de
sales de plata, en la que no falta un tondo con un precioso paisaje.
“…bailando en carne y hueso” consta de diez fotografías y
cierra la exposición.
Los largos nombres de la series son versos de la poeta Emma
de Coro, que hace sus poemas a partir de las fotografías de Beatriz. Emma ha
publicado su primer poemario “Galápagos de California”(2007) y publicará en
breve uno nuevo.
Manoli Ruiz comisaría también la exposición de artistas que a su vez son críticos de arte en el Centro
Cultural Galileo y que se inaugurará el próximo miércoles día 7.
La otra escena (Poema de Emma de Coro)
Te alzas sobre infinitas patas de araña,
como el castillo ambulante del cuento.
Rescoldo de hoguera,
corazón de niño mago que duerme
y convierte la cama en tobogán.
Nunca serás más cierto que ahora,
nunca serás más,
tu cabeza, sobre la almohada,
se deshiela, permanece,
renueva, como la nieve,
los silencios sobre las laderas.
Hablan tan dulcemente tus huellas
que me tumbo sobre ellas y no tengo frío.
… tan segura como
de encontrar serpientes en mis brazos.
Oscura manía la de
convocar presencias
que quizá no quieran
ser convocadas,
como si de ellas
dependiera el curso de nuestros días.
Como si nos hubieran
traicionado con sus fugas:
“Todo podría haber sido tan diferente si te hubieras
quedado”
Nada cambia más allá de
los límites de lo fisiológico,
pese a que nos empeñemos,
con ese ardor poético
que nos lleva a llenar
la noche de versos y tristezas,
o sí... , y es esa duda la que no nos deja.
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